Rompiendo Paradigmas

39: ¿Noah?

Leslie Belmont.

Leslie Belmont

Los cursos de verano terminaron, pero no podía regresar a casa debido a que Henry Hudson nos citó para darnos la asignación de grupos en el auditorio, el cual si consideraba una sala de conferencias. Ahí fue donde me dieron mis pláticas de inducción cuando entré al diplomado. Aquello me ponía sentimental porque pasé de estar ahí como alumna recién llegada a formar parte de la plantilla docente; del otro lado. Al llegar, se encontraban los demás jefes de carrera quienes estaban en el templete junto a Henry. En los asientos, ya se encontraban varios docentes, pero faltaban. Incluso, había caras desconocidas. Alcé la mirada buscando a mis compañeros hasta que vislumbré una silueta alta alzando la mano desde su asiento; era Jeong. Subí las escaleras y me senté en un asiento que encontré libre. Al no haber tantos docentes, el auditorio tenía muchos espacios libres. Lo que, si era evidente, era que los docentes de cada carrera se sentaban juntos como en los grupos sociales de la preparatorio o universidad. Cuando comenzó la junta, Henry le dio la bienvenida al Agente Darian Loss y al comandante Ashton Brake. Tal vez estaban aquí para dar a conocer a todos lo que nos comentaron en la junta de negocios.

—Buenas tardes a todos. Antes de comenzar con la habitual asignación de materias por jefatura, queremos presentarles formalmente al Agente Darian Loss y al Comandante Ashton Brake del Departamento Policial de Ottawa, quienes llevan a cabo el caso de la demanda contra el licenciado Maxwell por la deportación de todo el personal docente de Niagara College. Antes que nada, quisiera que les pusieran completa atención porque tienen noticias que darles.

El comandante agradeció que le cedieran la palabra. Se acercó al podio que era donde estaba el micrófono. Cualquiera podía decir que alguien externo podía escuchar, pero precisamente por ello fue la junta en la tarde; después de que todos se habían ido. La escuela estaba vacía, a excepción de administrativos quienes eran pocos. Al principio de la junta no puse atención porque efectivamente, estaban repitiendo lo que nos habían anticipado a nosotros. Sin embargo, Heda no se encontraba con nosotros. Ella estaba en unos asientos abajo, muy cerca del podio.

—Queremos informarles que encontramos a su Director el Ingeniero John Truse.

Todos nos sorprendimos. Los murmullos no se hicieron esperar, incluso cuando el director entro al auditorio. Estaba más delgado de lo que recordaba. Todos, absolutamente todos teníamos muchas dudas. Jeong y yo intercambiamos miradas nerviosas. ¿Qué había del video? Todo indicaba que Maxwell le había hecho algo, porque Carl estaba muy preocupado de que los descubrieran. Debía ser algo más fuerte que solo la posibilidad de perder su trabajo.

—¡Buenas tardes a todos! —habló el director—Antes de entrar en materia, quiero pedirles una disculpa y hacerles saber que tome un periodo de certificación internacional para mejorar mi perfil profesional, pero, sobre todo, mejorar mis habilidades como director de esta honorable institución. —se quedó callado mientras observaba al personal que se encontraba sentado en las butacas—Sé que muchos tienen preguntas, pero quiero que sepan que estoy bien, al igual que toda mi familia. —hizo una pausa—En segundo lugar, quiero extenderles mi enorme preocupación por la situación en la que se vieron inmersos la mayoría de ustedes al ser difamados y amenazados de una deportación de un excolaborador.

¿Qué? ¿Excolaborador? ¿Es lo que creo que es? Jeong se enderezó de su asiento al igual que yo y que muchos de los presentes. Alguien le extendió un micrófono inalámbrico al comandante Ashton.

—Si, efectivamente. Como les mencionamos, al encontrar a los docentes que fueron perjudicados, recabamos su testimonio y obtuvimos las pruebas suficientes para que la Secretaría Provincial de Educación Superior de Ontario despidiera al Licenciado Maxwell como Gerente de Administración Escolar, así como retirarle su cédula profesional impidiendo que ejerza en cualquier otra institución tanto pública como privada dentro del territorio canadiense y mucho menos a nivel internacional.

Los aplausos no se hicieron esperar. El auditorio estaba celebrando y no era para menos.

—¿Qué va a proceder? —preguntó Emm en susurró. Baruj movía insistentemente las piernas. Jeong no dijo nada.

—Espero que cárcel. —afirmó Hakim. Jeong se paró de su asiento caminando en dirección a la salida de emergencia que se encontraba por arriba; dos filas arriba de la nuestra.

—Antes de despedirnos, queremos informarles que se efectuó un juicio el pasado miércoles donde tanto Maxwell como Carl fueron arrestados. —habló el comandante—Estoy seguro de que hablo por parte del Departamento Policial de Ottawa al decirles que ha sido un placer cerrar este caso. No obstante, estamos abiertos para ayudarlos en el momento que lo requieran.

Jeong Wong.

Jeong Wong




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