Castillo Crags Wilderness
Desde que amanece hasta el momento en que me despido de ella, Seraphine es mi primer pensamiento y mi última visión del día. O al menos eso pienso y siento desde ayer. Cada encuentro, cada mirada, cada sonrisa compartida es un tesoro que atesoro en lo más profundo de mi ser.
Esta mañana decidí pasar por Seraphine para llevarla a la escuela, le comente a los chicos que no podria pasar por ellos, que debía hacer algo antes. Cuando llegué a su casa, ella ya estaba lista, radiante como siempre. Me miró con esos ojos llenos de amor y emoción.
Juntos nos fuimos hacia la escuela, tomados de la mano. Las miradas curiosas y los susurros al llegar se hicieron presente a nuestro alrededor, no pasaron desapercibidos para nada, pero en ese momento, solo éramos Seraphine y yo.
―¿Escuchas eso? ―murmuró Seraphine, apretando mi mano con cariño.
Asentí con una sonrisa, sabiendo exactamente a qué se refería. Los rumores y las especulaciones seguían su curso a nuestro alrededor, pero no me importaba. Estaba con Seraphine, y eso era todo lo que necesitaba.
―No importa lo que digan ―susurré, acercándome para besar su frente―. Lo único que importa es que estamos juntos.
Ella me devolvió la sonrisa, y juntos continuamos nuestro camino hacia nuestras clases, ignorando las miradas y los murmullos. Nos detuvimos en nuestros casilleros encontrándonos con Oscar y Blass.
―Vaya que era importante lo que debías hacer― comento Oscar sonriéndole a Seraphine― Hola Wen.
―Hola Wen.
―Hola Chicos.
―¿Y bien?, ¿Ustedes...?―indago curioso Blass.
―Cállense― reí empujándolos soltando la mano de Seraphine.
―Ahi viene Jul, nos vemos después para ir al Castillo― dijo besándome la mejilla y despidiéndose de los demás con la mano.
―¡Amigo! ¡ganaste!.
―Silencio Blass.
―Creo que esto debe parar― hablo Oscar mirándonos a ambos―Ella sufrirá, se ve bastante enamorada, es como si ambos hubieran...―se detuvo a mirarme y no pude evitar desviar la mirada― Mierda Vale, es mi hermana, esto no era parte de la apuesta, solo debías protegerla de Jhonnatan.
―¿Te acostaste con ella?.
―Silencio Blass― volví a decir―Ayer paso, solo paso, jamás pensamos que ocurriría, además, le "confesé" mi amor a la locutora y no termino bien, a ella le gusta alguien mas.
―¿Y mi hermana es tú repuesto?.
―¿Que?, no, yo realmente siento algo por Seraphine.
―Vete a la mierda, me acabas de decir que le dijiste a la locutora que estas enamorado de ella, ¿y ahora sientes algo por Wen?.
―Oscar― susurro Blass― Tranquilo.
Él nos miro a ambos y solo se fue.
―Lo arruinaste.
―¿Tambien me dirás eso?.
―Dime la verdad, ¿Estas jugando con Wen?.
―No, solo estoy muy confundido.
―Si hermano, eso es jugar con alguien, debes dejar de estar confundido para estar con alguien de la mano y esas cosas. Iré por Oscar, hablaré con él.
Asentí, y vi como su silueta se perdía entre la multitud que caminaba hacia sus clases. El timbre toco y camine a ingles, pase toda la mañana pensando en mis amigos y Seraphine, ¿Realmente estaba jugando con ella?, ¿era ella la segunda opción?.
Salí de clases con la intención de buscar a mis amigos y tratar de resolver la discusión que habíamos tenido anteriormente. Sabía que se encontraban en el campo de rugby, así que me dirigí hacia allá con determinación.
Cuando llegué, los vi entrenando con intensidad, concentrados en el juego. Me acerqué a ellos con cautela, sintiendo la tensión en el aire. Algunos de mis amigos me vieron llegar y dejaron de jugar, mirándome con expresiones serias.
―¿Dónde has estado, Lysander?― preguntó uno de ellos, con tono desafiante―Llegas tarde a entrenar otra vez, "Capitán".
Me disculpé rápidamente por mi tardanza, explicando que había tenido algunos problemas y que había perdido la noción del tiempo. Mis amigos parecían escépticos, pero estaban dispuestos a darme una oportunidad para explicarme. Al menos eso pensaba.
―Perdón Oscar.
―¿Sabes el por que pides perdón?.
―Si, estoy confundido y solo estoy jugando con los sentimientos de Wen al no aclarar mi mente o corazón.
―Wow jamás pensé vivir para presenciar como le dices Wen―comento Blass.
―Tiene razón―rio Oscar― Creo que es muy obvio solo debes darte cuenta. El entrenador te matara si no te ve con el uniforme.
Asentí y corrí a los camarines, poniéndome rápidamente mi uniforme y de una manera muy torpe debo decir. Al salir corriendo de allí con mi casco en manos vi en las gradas a Seraphine junto a Julia, a quienes le sonreí y salude con mi mano.
―¡Vamos romeo al campo!―grito el entrenador de lejos.