Rompiendo tú Ego.

19

 

Ultimo viaje del proyecto (destino Balboa Park)

 

Era miércoles, mitad de semana y mañana seria el ultimo viaje que realizaríamos, ya que hoy había una fiesta. Me encontraba estacionado afuera de la gran casa de los Elowen, un blanco aperlado deslumbraba en aquella casa, era inmensa, se me había olvidado lo grande que podía llegar a ser. De pronto veo a Seraphine en la entrada discutiendo con su padre y Oscar estaba en lo correcto, eran el mismo tipo, y de pronto un golpe llego hasta la mejilla de Seraphine.

Baje lo mas rápido que pude y corrí a su lado.

―¿Quién mierda eres tú niñito?.

―No tiene derecho a levantarle la mano a Seraphine.

―Tranquilo Lysander, no pasa nada.

―¿Nada?, te golpeo.

―¿Es tu novio? ¿este es el idiota de la fiesta?.

Él la iba a golpear de nuevo, y antes de que eso pasara la tome de la muñeca caminando lejos de allí.

―¡Es mejor que no regreses!―grito desde la entrada.

―No lo hará, no se preocupe.

La sangre me hervía y el odio hacia los hombres aumento, ¿Cómo podían ser asi?, ¿es que acaso no tienen madres, esposas o algo?.

―Sander... debo volver, no tengo donde quedarme.

―Te quedaras conmigo.

Pero ella se detuvo.

―¿Qué pasa contigo?―dijo sin caminar―No puedes venir aquí y sacarme de esa forma, mucho menos actuar tan amable conmigo cuando toda tu vida me haz odiado, no soy un juego que tu y tus amigos puedan jugar.

―Seraphine.

―Vete― dijo soltándose de mi agarre-No quiero que te acerques de nuevo a mi.

Seraphine camino de nuevo a su casa y yo a mi auto golpeándolo con un puño.

Mierda.

―¿Oscar?―dije cuando contesto la llamada―¿Llegaste a la fiesta?.

―No amigo, aun no salgo.

―Quédate ahi, iré a tu casa.

Conduje lo mas rápido que pude, la ira corría por mi cuerpo. Sentía que podria matar a un oso de lo enojado que estaba. Al llegar me baje y azote la puerta de mi auto, corrí a la entrada de la casa de Oscar, donde tome mi llave de su casa y entre sin avisar, Oscar me vio y vino hacia mi.

―¿Estas bien? ¿Y Wen?.

―Es tu padre Oscar, tu maldito Padre.

―¿De que hablas?.

―La golpea, él...él la golpea―dije llorando. Por mi mente solo pasaban los recuerdos de todo lo que tuvimos que vivir con la familia de Oscar, cuando su padre abusaba de su madre, cuando Oscar llegaba con moretones y quemaduras de cigarro al jardín de niños, éramos niños y no sabíamos que hacer ante esta situación.―No quiero que pase lo mismo que tú.

Oscar me abrazo y yo solo llore en sus brazos, hasta que llego su madre y nos pregunto que ocurría. Le contamos la situación y ella dijo que siempre le quiso quitar a Seraphine, que gracias a su madre ella pudo liberarse de aquel infierno y sabia que ella era una buena mujer y fue por eso que por un tiempo estuvo peleando por Seraphine, pero no tuvo éxito.

―Mamá, no podemos dejarla sola.

―Ya no quiere saber de nosotros― susurre.

―Haremos algo amigo, te lo prometo.

―Realmente no quiero que nada le pase.

Oscar me abrazo y apoye mi cabeza en él. Sentía que había vuelto a tener 5 años, escondidos en la casa del árbol de Oscar, tapándonos los oídos de los gritos de la mamá de Oscar y escondiéndonos del padre de Oscar. O aquellas tardes donde Oscar se quedaba en mi casa y con mi madre le curábamos las heridas que tenia. Y de todas las veces que fuimos su refugio.

Quizás aun sentía odio por quien era Seraphine, pero podía entender el porque podía ser asi.

Quizás su ego no era nada más que una mascara de todo el dolor que llevaba detrás.

Quizás había una historia detrás.

Quizás.

 

◇°•♤°•♧°•◇

 

 

Estaba en una fiesta con mis amigos, pero mi mente no podía dejar de pensar en Seraphine. Sabía que su padre era violento y que a veces la maltrataba. Y ella no me dejo ayudarla. Intenté llamarla varias veces, pero no respondía. También intenté comunicarme con su mejor amiga, Julia, pero tampoco obtuve respuesta. La preocupación crecía en mi interior mientras imaginaba lo peor.

Decidí salir de la fiesta y dirigirme a la casa de Seraphine. Mientras conducía, mi mente divagaba entre pensamientos oscuros y esperanzadores. ¿Estaría bien? ¿Habría algo que pudiera hacer para ayudarla? ¿le habrá pasado algo peor?.

Al llegar a su casa, vi que las luces estaban apagadas. Llamé a la puerta varias veces, pero nadie respondió. Temiendo lo peor, decidí caminar hasta su ventana, y comenzar a lanzar pequeñas rocas, mi corazón latía con fuerza en mi pecho, lleno de angustia y preocupación por Seraphine.

Finalmente, ella se asomo y yo entró a la casa por la ventana. Después de unos minutos, con Seraphine, quien parecía estar en estado de shock reacciono para mirarme. Me acerqué a ella con cautela, sintiendo alivio al verla a salvo, pero también una profunda tristeza por lo que había pasado.




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