Rompiendo tú Ego.

21

La oportunidad perfecta finalmente se presentó. Después de semanas de complicidad y amistad con Seraphine, decidí dar el siguiente paso y invitarla a salir en una cita especial. Sabía que quería que fuera algo inolvidable, algo que capturara la esencia de lo que sentía por ella.

Un día, después de clase, la invité a dar un paseo por el parque. Mientras caminábamos entre los árboles y las flores, sentí que era el momento adecuado. Me detuve y, mirándola a los ojos, le pregunté con un tono seguro pero lleno de emoción: ―Seraphine, ¿te gustaría tener una cita conmigo?.

Ella me miró sorprendida por un momento, y luego una sonrisa brillante iluminó su rostro. ―¡Claro que sí, Lysander! Me encantaría.

Esa noche, me aseguré de que todo fuera perfecto. La llevé a un restaurante elegante en el centro de la ciudad, donde compartimos una cena exquisita y conversaciones animadas. La miraba maravillado, sin poder creer que estaba allí con ella, compartiendo esos momentos especiales.

Después de la cena, decidimos dar un paseo por la ciudad. Nos detuvimos en un mirador con vistas panorámicas, donde las luces de la ciudad se extendían hasta el horizonte. Allí, bajo el manto de estrellas, me tomé un momento para expresarle lo que sentía.

―Seraphine― comencé, tomando sus manos entre las mías―desde que te conocí, mi vida ha sido mucho más brillante. Me has enseñado a ver la belleza en las cosas simples, a valorar cada momento que pasamos juntos. No puedo imaginar mi vida sin ti.

La vi sonreír, sus ojos brillaban con ternura. ―Lysander, yo también siento lo mismo. Estar contigo me ha enseñado tanto sobre el amor y la felicidad. Eres realmente especial para mí.

En ese momento, supe que estábamos conectados de una manera única y especial. Nos abrazamos, sintiendo la calidez y la felicidad de estar juntos. Aquella noche, en medio de la ciudad que brillaba a nuestros pies, supe que había encontrado a la persona con la que quería compartir el resto de mi vida.

Nos subimos a mi viejo jeep y nos dirigimos a las afueras de la ciudad, donde la contaminación lumínica era mínima y las estrellas brillaban con todo su esplendor en el cielo nocturno. Aparqué en un mirador que tenía vistas panorámicas, y nos sentamos en la parte superior del jeep, envueltos en mantas para protegernos del frío.

Nos quedamos en silencio por un momento, admirando la belleza del cielo estrellado sobre nosotros. Seraphine se recostó contra mi hombro, y sentí una oleada de calidez y felicidad inundándome.

De repente, Seraphine se giró hacia mí, sus ojos brillando con determinación. Sin decir una palabra, me tomó el rostro entre sus manos y me besó apasionadamente. Sentí como si el tiempo se detuviera en ese momento, como si solo existiéramos ella y yo, perdidos en el éxtasis del momento.

Nuestros besos se volvieron más intensos y necesitados, como si estuviéramos tratando de expresar todo nuestro amor y deseo a través de ellos. Mis manos se deslizaron por su espalda, acercándola aún más a mí, mientras ella me rodeaba con sus brazos, aferrándose a mí como si nunca quisiera soltarme. Se monto sobre mi y comenzó a mover sus caderas, desfreneticamente. Podía sentir como la sangre bombeaba en mi parte intima y como este se hacia mas grande. Tenia la necesidad de estar dentro de ella, y de esta manera deje de controlar mis manos y la desnude sin importar si alguien nos veía, me baje un poco mi pantalón y ropa interior y mi miembro se hizo presente entre nosotros, de esta manera Seraphine se introdujo en el dejándome escapar un gemido cuando la sentí. Ella movía sus caderas con fuerzas y rapidez, dejándome jadeando cada vez mas fuerte, mis manos rasguñaban su espalda y la besaba con fuerzas. hasta que paso lo inevitable. 

―Te amo.

Deje escapar en un gemido mientras ella se movía y puse sentir como el agua escurría por mis pantalones y piernas. Se había venido, lo que me hizo sonreír. 

Finalmente, nos separamos, jadeantes y con el corazón latiendo con fuerza. Nos miramos a los ojos, sin palabras. Ignorando por completo lo que había dicho. 

 En ese momento, supe que estábamos destinados el uno para el otro, y que nuestro amor sería eterno.

Ambos en ese momento nos bajamos del jeep y nos subimos, conduje hasta la casa de Oscar y Seraphine se bajo sin decir nada, solo se despidió y yo me quede mirando su reflejo desaparecer en aquella noche que nos acompañaba.

¿Acaso ese te amo fue real?.

¿Acaso ya me había enamorado de ella?.

Para:Yellowcatprincess@gmail.com
De: blue35@gmail.com

"Querida Yellow:

No olvides que estaré con un traje negro cuya flor será del color de tu vestido, te esperare en la puerta de aquel palacio al que iremos, pero me temo que no podre quedarme por mucho tiempo, pero prometo que será inolvidable.

Con amor Blue"




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