Hoy fue un día como cualquier otro. Me levanté temprano, desayuné rápidamente y me dirigí a la escuela. Las clases transcurrieron sin sobresaltos, y después del almuerzo, me reuní con mis amigos en la biblioteca para estudiar. Después de la escuela, practiqué un poco de guitarra en mi habitación. La música siempre ha sido una forma de relajarme y expresarme, y hoy no fue la excepción. Pasé un par de horas tocando algunas canciones antes de cenar.
Por la noche, quedé con Seraphine para dar un paseo por el parque. El clima era agradable, y disfrutamos de la tranquilidad del lugar mientras conversábamos sobre nuestras cosas. Fue un momento sencillo pero significativo, ya que siempre valoro el tiempo que pasamos juntos.
Al regresar a casa, me dediqué a hacer algo de lectura antes de acostarme. Siempre he sido un apasionado de la literatura, y sumergirme en las páginas de un buen libro es la forma perfecta de terminar el día. En resumen, hoy fue un día tranquilo y rutinario, pero lleno de pequeños momentos de felicidad y tranquilidad que hacen que la vida valga la pena.
Debo agregar que antes de que lo peor estuviera por venir, hubo un momento con Seraphine que fue mas especial que cualquier otro.
Decidí que era hora de sorprender a Seraphine con una cita romántica inolvidable. La llevé a cenar a su restaurante favorito, donde disfrutamos de una deliciosa comida a la luz de las velas. Durante la cena, nuestras conversaciones fueron llenas de risas y complicidad, haciendo que el tiempo volara.
Después de la cena, la llevé a un lugar especial donde había organizado una sorpresa aún mayor. Un helicóptero nos esperaba para llevarnos a dar un paseo nocturno sobre la ciudad. Mientras nos elevábamos en el aire, la vista de las luces de la ciudad era impresionante, pero lo que más me importaba era la expresión de asombro y felicidad en el rostro de Seraphine.
Para hacer el momento aún más especial, preparé una lista de reproducción con su canción favorita, "Love Me Like You Do", de fondo. La música creó una atmósfera mágica y romántica mientras volábamos sobre la ciudad iluminada.
Durante el paseo en helicóptero, nos abrazamos mientras disfrutábamos de la vista y de la compañía del otro. Fue un momento de intimidad y conexión que nunca olvidaré.
Al regresar a tierra firme, nos miramos a los ojos y supe que esta noche había sido especial para ambos. Nos tomamos de la mano y caminamos por la ciudad, recordando cada momento de esta noche inolvidable.
Sin embargo hubo un día en la escuela que comenzó como cualquier otro, pero pronto se convirtió en uno de los peores días de mi vida.
Todo comenzó cuando llegué tarde a la clase de historia. Había olvidado por completo que había un examen ese día y cuando entré a la clase, todos los demás estudiantes ya estaban tomando la prueba. El profesor me miró con decepción y me indicó que me sentara y comenzara lo más rápido posible.
Después de un intento apresurado de completar el examen, salí de la clase sintiéndome derrotado. Sabía que no había hecho mi mejor esfuerzo y eso me afectó.
Las cosas empeoraron cuando fui a mi casillero para cambiar los libros y descubrí que me había olvidado la combinación. Traté de recordarla desesperadamente, pero sin éxito. Tuve que pedir ayuda a un conserje para abrirlo, lo que me hizo sentir aún más torpe y descuidado.
Para colmo, durante el almuerzo, Seraphine, me vio tropezar y derramar mi comida sobre mí mismo en medio del comedor. Me sentí completamente avergonzado y no supe cómo manejar la situación.
El resto del día transcurrió con más contratiempos y desastres menores, pero para mí, cada uno de ellos se sumaba a la sensación de que todo estaba saliendo mal.
Al final del día, cuando finalmente llegué a casa, me senté en mi habitación y reflexioné sobre lo que había pasado. Me di cuenta de que había sido un día terrible. Ese día no fue fácil.
Después de ese día desastroso en la escuela, me di cuenta de que necesitaba hacer algunos cambios en mi vida. Decidí empezar por organizarme mejor, llevando un registro más detallado de mis tareas y compromisos para evitar olvidos como el de la combinación de mi casillero.
También decidí tomarme las cosas con más calma y aprender a reírme de mí mismo. Seraphine me ayudó mucho en este aspecto, ya que su actitud positiva y su capacidad para encontrar la alegría en las pequeñas cosas me inspiraron a hacer lo mismo.
Además, ese día me hizo darme cuenta de lo importante que era para mí Seraphine. A pesar de haberme visto en uno de mis peores momentos, ella no me juzgó ni se burló de mí. En cambio, me ofreció su apoyo y comprensión, lo que me hizo valorar aún más su presencia en mi vida. Desde entonces, cada vez que tengo un día difícil o las cosas no salen como lo planeado, pienso en ese día en la escuela y en cómo logré superarlo. Me recuerda que los malos momentos son temporales y que siempre hay una oportunidad para mejorar y crecer a partir de ellos.
Pero todo cambio ese viernes por la tarde.
Aquel fatídico día.
Aquel día donde no pude apartar mi ego y el único al que se le rompió fue a mi.
Ella rompio mi ego.
Pero yo rompi mas que eso.