El primer día de inducción a la vida universitaria había llegado. Me levanté temprano, lleno de emoción y nerviosismo ante lo desconocido que me esperaba. Vestido con mi mejor atuendo, me dirigí hacia el campus, rodeado de estudiantes que compartían la misma mezcla de ansiedad y expectativas.
El campus estaba lleno de actividad. Estudiantes corriendo de un lado a otro, buscando sus aulas, revisando sus horarios, tratando de orientarse en este nuevo entorno. A pesar de la multitud, me sentía solo en mis pensamientos, preguntándome qué me depararía esta nueva etapa de mi vida.
Mientras caminaba por los pasillos abarrotados, perdido en mis reflexiones, un choque me sacó de mi ensimismamiento. Una chica había tropezado y estaba botando todas sus cosas. Sin pensarlo dos veces, me agaché para ayudarla a recogerlas.
Al levantar la vista, mi corazón dio un vuelco. Era ella. Seraphine.
Sus ojos se encontraron con los míos, y por un instante, el mundo pareció detenerse a nuestro alrededor. La sorpresa y el asombro se reflejaban en su rostro, al igual que en el mío. ¿Cómo era posible que nos encontráramos de nuevo, en este lugar, en este momento?. Al final el destino, nos puso en la misma Universidad.
Sin decir una palabra, nos ayudamos mutuamente a recoger sus cosas. Una vez que todo estuvo en su lugar, nos quedamos parados frente a frente, sin saber qué decir. Las emociones se agolpaban en mi pecho, pero antes de que pudiera articular alguna palabra, Seraphine rompió el silencio.
—Sander— murmuró, su voz apenas un susurro.
—Seraphine— respondí, sintiendo un nudo en la garganta y estomago.
No había necesidad de decir más. En ese momento, nuestras miradas lo dijeron todo. Había pasado tanto tiempo desde aquella noche en el baile de graduación, tantas preguntas sin respuesta, tantos sentimientos guardados en lo más profundo de nuestros corazones.
Pero ahora estábamos aquí, frente a frente, listos para enfrentar lo que sea que el destino tuviera reservado para nosotros. Juntos.
El primer día de la universidad había traído consigo un giro inesperado, pero también la promesa de un nuevo comienzo. Y esta vez, estaba decidido a no dejar escapar la oportunidad de tener a Seraphine en mi vida una vez más.
Tenia otra oportunidad junto a ella.
Tenia otra oportunidad de ser su amigo.
De ser algo mas.
De ser su todo.