Ronin: Orígenes arcanos

ACTO III

Al mediodía, Ronin y Akira salieron para realizar otras compras, y vieron que había más gente de lo normal en el lago, colocando adornos y preparándose para otro festival, cosa que sorprendía a Ronin.

—Son muy festivos ¿Cierto?

—En estos días, se ha montado una obra que habla sobre el encuentro de dos amantes —respondió Akira—. Si quieres, podemos ir a verlo esta noche. Hoy es la presentación del último arco.

—¿En serio? Me encantaría verlo.

—En ese caso, pasaremos por unos buenos atuendos —añadió la mujer.

Akira compró un kimono de color durazno, así como un anaranjado manto de seda, mientras que Ronin eligió llevar un yukata de color verde azulado. Llegada la noche, el pueblo se vistió de luces que coloreaban cada espacio de la aldea. Las lámparas de papel no sólo flotaban en el lago, también se elevaban en los cielos, ofreciendo una atmósfera sin igual.

Luego de que la pareja dio varios recorridos, se acercaron para contemplar “el combate por el reencuentro de los amantes”, obra en la que participaban dos individuos enmascarados que bailaban en sincronía con la música y la historia a relatar. Toda esa serie de sonidos e imágenes despertó algo en los recuerdos del hombre.

big_5e70da3c0be5376f21824cd22bc20f9f.png

—Creo que recuerdo esta historia.

—¿En serio? ¿De qué trata? Aún me cuesta comprenderla.

—En épocas bélicas, existía un bosque hermoso. Sin embargo, en dicho sitio había un árbol marchito, hasta que un hada le otorgó un corazón para sentir la bondad de la gente —dijo Ronin.

—¿Y luegp? —cuestionó Akira, intentando convencer al hombre de continuar la historia.

—Es que esta otra actuación me recuerda a otra leyenda — dijo el hombre tras ver la entrada de un bailarín envuelto en hilos rojos—. Si te soy sincero, me encantaría ver cómo termina. Así podré sacar mis conclusiones.

Sin embargo, la obra fue interrumpida cuando un cohete estalló. Tal proyectil pertenecía a un antiguo enemigo que logró infiltrarse con éxito, los involucrados en el proyecto Okami – Kujaku. Tras el seguimiento que ellos le estuvieron dando a la nueva aldea, supieron que su espécimen estuvo ahí todo el tiempo, y pensaron que ese festival era una excelente ocasión para atacar.

En medio del evento, varios hombres comenzaron a atacar a los civiles. Dado que Ronin traía su espada como añadido a su vestimenta, se preparó para atacar. En su intento por defender a los aldeanos, el hombre desató toda una carnicería, hasta que uno de ellos le disparó un tranquilizante.

Akira corrió para reanimar a Ronin, pero unos hombres se acercaron para atacarla. Apenas el hombre despertó, volvió a entrar en su estado inconsciente, y, tras ver cómo los soldados arrojaron a la dama hacia un barranco, corrió hacia ellos para eliminarlos.

Una vez que Ronin vio a Akira, pudo recuperar la conciencia, y quiso comprobar que su amada se encontraba bien. Tras reanimarla con el agua de un arroyo cerca de ahí, la ayudó a levantarse.

—¿Segura que te sientes bien?

—Sí, solo que… —Akira quiso responder, pero tropezó y se lastimó la pierna, así que Ronin la tomó en sus brazos hasta llegar al destrozado festival.

—No te preocupes, no te dejaré atrás.

—De verdad, muchas gracias —respondió Akira, cruzando sus brazos en el cuello del hombre para sostenerse.

El resto de la gente se alegraba por ver a la pareja desde lo lejos, pues aquella imagen hacía que todos recordaran una de las leyendas que también había aparecido en una obra anterior.

No obstante, la alegría se esfumó con la aparición del señor Cruauté, convertido en un decrépito que, gracias a varias prótesis de Bestiazulli, mantenía su fuerza y movimiento. El hombre pateó a la pareja, al mismo tiempo que se preparaba para dar su presentación.

—Señoras y señores, aunque mi rostro haya sido muy maltratado por el paso del tiempo, mi ingenio me ha ayudado a alcanzar esta evolución.

—Eres tú… —susurró Ronin.

—¿Qué? —preguntó Akira.

—Proyecto Okami – Kujaku, podrás haber formado una alegre vida aquí, pero no importa cuántos años dure, porque llegará el final de esa vida, y tú volverás a quedarte solo, abandonado y olvidado.

—¡Basta! —gritó el hombre, intentando contener su ira.

—Ronin, resiste, por favor…

El anciano dedujo que Ronin podía controlar sus emociones con ayuda de Akira. Usando sus botas, voló para raptar a la mujer, cosa que llevó a que Ronin corriera con toda velocidad para alcanzarlos.

La persecución tuvo su fin en una pagoda abandonada, las ruinas del antiguo hogar de Ronin. Literal y figurativamente, el hombre volvió a donde todo empezó.

— ¡Suéltame! — gritaba Akira.

—No tan rápido, tú eres la clave para controlar… — dijo el señor Cruauté, pero fue interrumpido por un fuerte grito de ira.

Aquel rugido era de Ronin. Gracias a su reencuentro con la persona que le entregó lo que tanto sufrimiento le ha traído, su furia y odio relucían.

El hombre se arrojó contra el señor Cruauté. Apenas le dio un rasguño en la cara, su rival pudo regenerarse, pues aquellas prótesis también le brindaron dicha capacidad.

—¿Lo ves? Ahora soy igual de fuerte que tú —dijo el decrépito, lanzando a Ronin—. Ven y hiéreme mil veces, y esas mil veces me levantaré. ¿Quién como yo? ¿Quién contra mí?

Aún carente de conciencia, Ronin realizó toda clase de ataques, pero todo era en vano. Cansado de pelear, el señor Cruauté procedió a tomar del cuello a su enemigo para poner a prueba las posibles debilidades del poder que ambos tenían.

—Ya veremos si eres tan inmortal como para que tu cabeza baje de mi muro e intente volver a tu descompuesto cuerpo.

—¡No tan rápido! —gritó Akira, tomando una viga para enterrarla en el pecho del hombre, distrayéndolo para que soltara a su presa. Tras eso, la mujer arrastró a Ronin para esconderse de su cazador.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.