Ronnie: El consejo del ángel de la muerte

Capítulo 24

«Era una verdad innegable que el vicio más grande de él, su ser lleno de amargura y devastado, su adiccion y dosis era sus bellos ojos azules»

Ella fue abandonada por él, de sus brazos y se sintió que su piel ardía como el fuego ante no sentir su tacto, le dolía cuando pronuncio las siguientes palabras:

—Te liberó de mi marca, el contrato se rompe, Ronnie. Eres libre como el pájaro que siempre pareces querer sacar  esa jaula—. Mi sueño de  aquel pequeña ave, esa criatura, y que encerrada no lograba salir y volar libre con sus alas ya curadas de las cortadas pero con pavor a despegar sus alas y surcar por el aire.

“¿Qué hago?”

Sigue tu camino —advierte con una sonrisa y la reducida escasez de luz solo dejaba escuchar sus palabras más no ver sus ojo. Esos ojos que no mentían, y virtuosos cuyos había aprendido a no temer.

—¿Por qué terminas tu juego, es el fin?

—No mi final sino nuestro camino juntos. Tú —su rostro mostrándose a luz sin expresión descifrable, la señaló, y mostró sus ojos brillantes tal cual como un gato con su presa el ratón, añadió— y yo te ya no estamos unidos por el pacto de sangre. Te libero Ronnie. 

«vale in sempiternum»

Pronunció la última palabra en otra lengua y sin más un dolor, ardor y un desgarrador grito broto de mis labios, y mi grito se escuchó hasta los cimientos de las ruinas del infierno. De su mano chorreó mucha sangre, brotaba más, y más. En mi piel también emanaba como si no se detuviera jamás y además como si quemara mi brazo en las llamas más ardientes del abismo.  

Parecía su cara contraída al verme con tanto dolor, sufrimiento infligido para ser libre. Pero la libertad duele o lo que provoca tal sentimiento es perderlo quizás para siempre. Eternamente porque un trato entre demonios es la alianza más sagrada para él, su ley y mi condena.

Su pacto rompió con él mío. Sus palabras de un juego, una apuesta termino en mi ruina.

15 Horas antes 

—Shill lárgate. Márchate de una vez o...

Él mencionado no dio marcha atrás y vociferó sin importarle el ángel de la muerte en absoluto. Era letal su cercanía y más que parecía que nadie temía a ese ser más que yo.

—¿O qué, Charlie? Arruinarás mi diversión de nuevo. Me debes un favor, y debes pagarlo. Mi querido Charlie como siempre metido en embrollos de los que no sabes salir solo. —Negó con la cabeza. Se acercó a donde estaba él y pronunció con ninguna pizca de gracia— ¿Deseas apostar o prefieres que te diga mi deseo?, cuál sea que elijas siempre gano yo así que apúrate, y si me aburro quizas un juego sería mas divertido. Matando a tres pájaros de un tiro.

Señalo al ángel de la muerte, Charlie, y Will. Mientras que Merida y yo estábamos aquí sin mencionar palabra. 

—La apuesta tus juegos son artimañas sin duda —Y él había caído en su trampa, ese era un pequeño juego, donde las brazas ya se habían encendido y no había quien las apague.

Charlie acaso no lo ves. Serás ciego.

—No hay marcha atrás, y si rompes la apuesta pagarás caro las consecuencias como cuando intentaste salvar a Emma, la brujita de tu hermana, ¿como le ha ido, digo siendo mitad todo? 

Will estaba apunto de estrellar contra Shill si no fuera porque intervino el ángel de la muerte.

—¿Y que ganaría yo con tu apuesta, Shill? 

Pronuncio y un brillo malvada recorrió el rostro de él susodicho al saber que tenía más competidores al juego. Un juego peligroso donde debes ser precavido o te quemarás con fuego.

—A la hada, supongo. 

Chasqueo los dedos y también al instante Merida atacó a las sombras que aparecieron tratando de atraparnos a ambas. 

—Pero eso si ganas el reto. No es por nada pero creo que perderás al ser tan viejo como la misma eternidad, ¿no te aburres, acaso?

Sus palabras salieron atropelladas al pronunciar un idioma desconocido, la lengua antigua, y atento a esto se una barrera. No servía por mucho tiempo pero resistiría lo suficiente para correr.

—No es parte de la puesta —le riño Charlie. Y el otro se encogió de hombros aludiendo “las reglas se rompen, no existen para mi. Pero los tratos y pactos son sagrados”

Los susurros volvieron incontrolables y demandando ser escuchados. Los había controlado pero eran más fuerte al ser más débil en el mundo humano. 

—Ella es el premio y tienes ventajas, o acaso Will desea algo diferente a ti. 

Tentó el demonio y al bajar la guardia vi como él se adentró en mi cabeza.

“Ronnie. No temas de mi, soy como tú solo que aún no lo aceptas y a diferencia de ellos se como enseñarte a ser libre sin estar atada a alguien con un estúpido collar“

Sin mas ese rubí en el collar dejó de brillar, rompiéndose en mis añicos y la cadena se soltó de mi cuello rompiendo el silencio que se había convertido al estar luchando por controlar mi mente, recuerdos y atesorar cada detalle sin querer que me roben uno más de mis recuerdos. 

Los monstruos dan miedo, mami... Quiero dejar de ver a esos ojos obscuros que intentan atraparme. No quiero verlos, me aterran, los odio.

Sin más sus manos acariciaron mi cabeza y ella con la voz temblorosa pronunció la lengua antigua que no comprendía y mis recuerdos se habían ido. No recordaba nada más que estaba contándole algo que me aterraba y ella sonrió.

—Dulzura solo es un sueño pero no pasará nunca. Te lo prometo, Izzy.

NO TE LO PERMITO

Grite al recordar algo escondido en mi memoria, algo que él había visto al escarbar en mis recuerdos más aterradores. La pesadilla de esos seres que deseaban atraparme.

—Pobre, ni tú madre deseaba decirte la verdad. Yo lo haré por ti. 

Tenia más poder sobre mi aquí. Más poder y más fuerza desgarradora para traer recuerdos que parecían inexistentes y además que le divertía hacerme recordar el dolor. 




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