Ronnie: El consejo del ángel de la muerte

Capítulo 28

«A la muerte se le toma de frente con valor y después se le invita a una copa.»

Edgar Allan Poe

21 de marzo del 2019

Se dice que cuando sabes que algún ser querido llega a su fin tú lo sientes en el fondo de tu corazón, tu conciencia llega a reconocer que la muerte esta cerca y sin dudar se la enfrentada con osadía pero como dejar ir a un ser que parecía inmortal.

¿Acaso todo lo que amaba en este vida remontaría así? Muerta. Y sin dudar el mismo día que mi madre murió hace un año. Parecía que los que me rodeaban terminaban con la misma tragedia aunque me negara aceptarlo. 

Mno deseaba verle morir, no así, no aun que apenas lo había visto de nuevo. Muriendo en mis brazos, de su pecho emanaba mucha sangre, y sus bocanadas de aire eran débiles y desesperadas. 

—Tienes que ayudarme, ¡haz algo, maldita sea!

Vocifere en cólera y sin dudar conmigo mismo porque era causante de su dolor. Sus ojos penetrantes negros como la oscuridad me parecían estrellas que dejaban de brillar, pero su mano recogió mi rostro trazando líneas por mis mejillas, labios y mi frente cuando me dio un beso tierno sobre mi frente. 

Su tacto era frío y sus labio de aún más, agonizaba frente a mí sin saber que hacer por él más que solo llorar e implorar ayuda. 

—¡AYÚDALO! 

Su cuerpo estaba inmóvil al ver a Shill y luego a Ezequiel quien estaba intentando que soltara su cuerpo sin dudar no podía dejarlo pero sabía que al contrario moriría. 

—Oliver, mi deuda contigo está saldada —comentó Charlie cuando vio a su viejo amigo con pavor en el rostro pero no por él ni peor por mí sino que estaba estupefacto sin creer que su amigo desfallecía sin poder hacer algo. 

No me importo de que hablaba pero lo supe minutos después cuando unos recuerdos entraron a mi mente. Los de la infancia de Charlie, cuando se encontró con la niña del bosque en el trayecto a ver a su hermana, junto con ese niño que reconocía como Oliver Shill D. 

—El precio que tiene su que pagar por tu acto de invasión —mencionó una bruja que daba miedo con sus uñas largas y su melena negra que se tornaba blanca por sus años—. Tu amigo cree que puede salvarte y, piensa que debe protegerte pero quien debe protegerse de alguien eres tú. No es de mi, si preguntas.

Rio la bruja con malicia y pura maldad destilando sus ojos, y mi corazón palpito al escuchar los gritos de ira de Oliver y a mi hermana Emma quien observaba todo a distancia sin poder hacer nada.

Moriría, pensé. Pero la bruja parecía decir una verdad y una mentira al mencionar «Cuando la muerte te abracé sentirás peor dolor que en este momento y, será tu dicha que tu amigo presencie tu muerte. Es tu deuda que el destino te ha impuesto por tus propias acciones. Lo entenderás llegado el momento...» Se burló la bruja que había presenciado mi muerte entre las llamas que ardían a mi al rededor. 

Estaba amarrado y sin duda sin más fuerza que para gritar y cuando sentí es escozor arder en mi piel supe que mis actos tenían consecuencias graves. Las llamas danzaban al rededor mío y mis ojos se volvieron más negros al presenciar como estas llamas del fuego se colaban quemándome las alas, mis fuertes y veloz alas quedaron chamuscadas y el dolor que sentí fue como si me arrancaran algo, una parte de mi, y también vi esa melena anaranjada ondulando en mi mente cuando mi agonía acabó

La niña fue lo último que vi...

Nadie podía matar a un demonio pero Charlie estaba ahí  casi sin fuerza, su vida escapando de mis ojos, pero heme allí que vi una pequeña sonrisa en sus labios.

De mis brazos arrancaron a Charlie y solo sentí desesperación al ver como Ezequiel intentaba con su magia curarlo pero seguía sangrando, emanando su sangre que manchaba toda mi ropa tiñéndose de rojo, y cuando sentí un fuerte jalón de mi brazo supe que Shill deseaba matarme.

Sería mi fin...

Pero antes de que lograra detenerme fui hacia Ezequiel, quien al verme supo que debía detenerme, y lo hizo aunque le esquivé cuando vi sus intenciones.

—¿Planeabas matarme?   

Cuestione enfadada al ver que iba a usar su daga, queriendo clavarla en mi cuello, y sin dudar el sonrió con gracia.

—Eres inestable y peligrosa —siseo mientras saque una daga para combatir y al ver llegar a más sombras persiguiéndome y deseando matarme—. Así que eres tú o yo quien morirá.

Me acerque sigilosa con intención de matarla y sin duda intranquila e imposible de controlar mis sentimientos cuando le clave la daga a las sombras que ya estaban muertas en vida solo que con poder mágico para parecer vivos. Degolle uno a uno, sin importarme nada y a lo que vi el lugar sentía terror mi misma. Era peligrosa y letal.

Los muertos estaban allí uno entre otros, sus gargantas degolladas y sin piedad ni duda alguna. —. Los mate a todos —susurre temerosa y sin fuerza mis piernas cayeron al suelo con un estruendoso golpe que parecía decir que mi cuerpo ya no tenía fuerza. 

Él se acercó a mí y también sin temer que estuviera tan cerca me sostuvo entre sus brazos pronunciando —. Recién a comenzado ten calma, Hada. Pronto solo será un recuerdo...

No vi a el que disparó una flecha directa hacia mi hombro pero esa fue con intención de que fuera directo a mi corazón. Sin dudar había sido Shill. 

La música llenaba la instancia cuando sentí esas manos tocando mi cabeza y pronunciando palabras confusas para mi. No entendía sus palabras pero podía ver sus ojos llenos de lágrimas cuando pronunció la última frase con las palabras que si entendí.

«Espero no volver a verte más Ronnie. Lo hago por Charlie»       

Y sin más mi cabeza sintió un profundo dolor al ver recuerdos de Charlie, y su mundo junto a mi que desvanecía poco a poco de mis memorias. Quedando en recuerdos olvidados como si nunca hubiera existido. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.