Rosa Carmesí

Algo Inusual

Capitulo: 5 Algo Inusual

Caminaba todo en silencio y oscuridad total

—Oye, ¿No es peligroso que una chica camine a estas horas sola?— esta vez no me asuste tanto como antes sabia de quién se trataba

—Pues, creo que sí, podrían aparecer locos como tú— dije de manera sarcástica tratando de burlarme de él

—No me refería a eso, a un que creo que tienes razón. Hablo más de Fantasmas, monstruos

—¿cómo tú?— me apresure a decir yo

—au eso dolió— en sus labios se formó una sonrisa leve pero hermosa

—Entonces cállate... bueno, aunque mi casa no queda tan lejos.

Después de un rato de caminar, llegamos a mi casa y yo abrí la puerta después de tropezarme como habitualmente con los escalones de la entrada

—Bueno, yo me voy tú, te quedas afuera, adiós —Luego cerré la puerta y caminé hasta la cocina, llené una taza de café y me dirigí a un pequeño cuarto en el cual solía hacer mis deberes – Bueno, hoy no duermo— declare

Me senté en una mesa y saqué unos libros de texto y empecé a leer, pero yo tenía mucho sueño y flojera de hacer eso, como todos los días, cuando escuché un golpe a mis espaldas y eso hizo que me despertara de mi eventual siesta de 1 minuto cada 2 y al mirar atrás, era él.

—¡Ah! ¿Qué estás haciendo aquí? ¡Me asustaste!

—¿Qué lees?

—Oye te estoy hablando. — Dije, pero él me ignoró y se acercó a mí y sostuvo el libro con una mano y empezó a leer.

— ¿Qué haces?— pregunto el curioso mientras hojeaba el libro de texto

—Un reporte para la escuela, pero tengo sueño.

—Está bien— dijo soltando el libro sobre la mesa

—¿Eh?— inquirí confundida

—Yo lo haré

—Que tú que.

—Sí, no te preocupes, vete a dormir, y no estorbes

—Mira, no te voy a cuestionar, yo solo me iré —Yo me levanté, salí de la habitación y me acosté a dormir, sin quitar nada, solo me lancé sobre la cama y me dormí al instante

A la mañana siguiente, sentí como alguien me empujaba indicando que me despertara, y era él.

—¡Oye deberías levantarte, el despertador ha estado sonando desde hace rato, oye que te levantes!— grito nuevamente

—Si ya se quítate— Yo empujé su mejilla, lo quite y me levanté – ¿Podrías salir?

—Claro —Él salió y yo cerré la puerta.

—¿Que es eso? —Me acerque a la pequeña mesa de madera al lado de la cama, en la cual había unos libros y hojas perfectamente ordenadas – ¡¿En serio la hizo?! Y su letra es mucho mejor que la mía, considerando que esta es un asco, está muy bien hecha.

Estaba atónita, estaba asombrosamente echa a la perfección

Yo me vestí con ropa casual y salí después de cepillar mi cabello torpemente, él estaba sentado en un mueble de la cocina de cuero negro

—Hola— murmuré yo

—Buen día— respondió el de manera educada alejando la vista de su libro

—¿Qué estás leyendo?— pregunte, pero la verdad estaba más concentrada en lo que iba a hacer

—Un libro antiguo, ¿te interesa acaso?

—¿Comes?— evité su pregunta. Se sentía raro preguntarle a alguien si comía o no

—Sí, regularmente, aunque da igual si lo hago o no— afirmo el

—Ten té —le entregue una taza y yo tome café —Oye, por cierto, gracias por lo de mi reporte.

—Está bien, gracias por el té.

—Oye, hoy quédate en la casa, yo iré a la escuela, ¿ok?

—Claro-afirmó el

—Espero lo tengas claro, ¿ok no quiero que me sigas?

—Adiós.— dijo el cuándo tome mi mochila y abrí la puerta, hice un ademán con la mano

Salí pegando saltitos por los escalones, y me dirigí hacia la escuela, caminando por las calles que de día eran hermosas, pero que de noche podían ser aterradoras

La escuela fue lo mismo de siempre, comí con Emma y el imbécil de Liam, su novio, y la egocéntrica de Lilit, que raramente hablaba o comentaba cualquier cosa, me atragante con el pan y volví a tomas otra taza de café Emma me volvió a regañar por tanta cafeína, me queje durante toda la clase de Matemáticas. El día paso volando de nuevo y antes de que pudiera darme cuenta ya era hora de la salida

—Adiós Emma— dije de manera raramente, ¿feliz?

—Ok Elisabeth— dijo Emma corriendo a mis brazos, aprovechándose de mi expresión de Felicidad

Lilit me indico con un movimiento de cabeza que la siguiera, era su manera de comunicarse, estaba tan perdida en su celular que nada de lo que pasaba a su alrededor le importaba algo

caminamos juntas hasta la plaza en la cual ella tomó un taxi y yo seguí caminando hasta mi casa. Me sorprendió que siguió mis indicaciones de que no me siguiera por las calles apareciendo repentinamente

Me detuve en una biblioteca donde abundaban los libros, mañana compraría unos cuantos

y si estaba pensando en él, en su manera compulsiva de siempre leer




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