Rosa Carmesí

Recuerdos

Capitulo: 6 Recuerdos

Ya era de noche y por fin llegué a la casa después del trabajo horrible y agobiante

—Llegue - dije abriendo la puerta y Lanzando la mochila al suelo, él estaba ahí en el sofá con algo en la mano —¿Qué tienes en la mano?

—La encontré tirada en el piso, es una fotografía.

—Si es cierto, es una fotografía de mis padres, viven en la ciudad vecina —Dije y me senté al lado de él delicadamente —Yo me mude para estar lejos de ellos, no quiero hablar del tema, oye cuéntame sobre ti.

—No necesitas saber nada o al menos no por ahora

—Que molesto que eres— refunfuñe, yo levantadme del sofá

—¿En serio?— replico él

—Ya vuelvo, voy a aguardar esto - dije agarrando la foto de sus manos, contemple por unos montos la foto

Estaba mi madre, mi hermano y mi padre un año antes de que me fuera, era la típica foto familiar que se toman una vez al año las personas con estatus

Tenía 15 años y mi hermano mayor 21, mi madre con su fría mirada y mi padre con una leve sonrisa de triunfo, mi hermano avía logrado ganar un concurso de tenis y mis padres orgullosos de eso

solté la foto en un cajón de la gaveta donde no pudiera verla más, volví a su lado tratando de olvidarme de eso

—¿Oye te puedo hacer una pregunta?

—¿Sí?

—¿Cómo pudiste hacer ese reporte tan bien hecho? Dudo que mi profesor creyera que lo hice yo.

—Todo el tiempo estoy leyendo.

—¿Así que te gusta leer?

—Sí -- Podría decir que eso me avía dado una idea

—Está bien, ya es tarde me iré a dormir —me levante para dirigirme al baño de mi habitación para ducharme y poder acostarme a dormir, pero por algún motivo no podía, escuche un ruido en la cocina —¿Qué fue eso? —me levanté y me dirigí a la cocina de manera sigilosa,

Todo estaba igual, no avía nada, no se avía caído o algo por el estilo, nada raro en el lugar —que importa, de seguro fue algún animal —Regrese a mi habitación al no encontrar nada y me arroje sobre la cama nuevamente para quedarme dormida

Sentí como alguien me sacudía y el brillo de la ventana en mi cara

—¡Despierta!

—Los sábados no estudió quítate —Dije y lo empujé—Aunque debería levantarme.

Esto ya parecía rutina de mañana. Fui a arreglarme con ropa sencilla, ya que pensaba salir y me dirigí a la cocina para prepararme un café y una tostada, la cual se me quemo como siempre

— lo mío no es cocinar, — lo unció que me queda decente es el café,

Él se acercó a mí sentándose a mi lado leyendo un libro al cual no le preste atención, le solté una taza de té a su lado y él la agarró de forma discreta.

—Oye, creo que hoy iré a la biblioteca, ¿te gustaría ir?— pregunte de manera relajada Tal vez esperando que se negara

—no

Qué manera más directa de negarse sin pensarlo, no le dije nada, ¿qué le Iba a decir? Él era algo que yo aún no lograba descubrir, que pasaba por su mente, como actuaba, no lo sabía, pero estaba dispuesta a saberlo

Él me hacía cambiar mi manera de parecer, de romper la rutina como lo que haría el día de hoy

Lo que era para mí un sábado de tirarme y revolcarme en mi desgracia durante todo el día este iba a hacer un sábado diferente

Después de tomar un café, me fui rápidamente a mi habitación, me vestí con ropa fresca, una linda falda y suéter de lana de color beige, una coleta alta y ya está bien.

Mis ojos azul zafiro eran lo que más me gustaba de mí, a lo igual de mi cabello azabache y tez blanca, algo mío que no tenía ninguno de mi familia, lo cual me agradaba. Pero no de la manera de única y diferente, podía veme al espejo sin pensar en mi familia

Salí de la habitación y la casa estaba vacía, tome mi bolsa y camine por las calles y antes de que pudiera darme cuenta estaba sonriendo mientras el sol de la mañana daba en mi cara y las calles era trascurrirás por personas que desbordaban Felicidad, algo que me dio igual, y no perturbó como siempre




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