Rosa Carmesí

Libros

Capitulo 7 Libros

—Que estoy haciendo aquí —Yo tomé unos libros de la biblioteca y se los di a la bibliotecaria y ella me los entregó —En serio los estoy comprando para él, qué estúpida soy.

Salí del lugar y camine al supermercado a hacer unas compras, superficiales no comía mucho.

Me encontraba en la tienda al lado de un gran estate tomando bolsas de café cuando alguien hablo tras mío

—No crees que es mucho café— gire temiendo lo peor, que fuera Carl, pero era aún peor el imbécil de Liam

—eso que te importa-dije desinteresado mientras tomaba otras cosas y una pequeña bolsa de té

—¿¡tomas té!? —grito él sacándome de quicio

— ¿Y eso que coño te importa? - preguntó yo

—pero a ti ya no sete puede hablar —dije fastidiado agarrando algunas cosas, yo solo miré y seguí en lo mío

—que te den Liam— casi murmure cuando pase a su lado para irme

Luego tome un taxi de regreso a casa, y empezó a llover cántaros. Salí del taxi al frente de la pequeña casa tratando de no mojarme con mi chaleco en la cabeza y con toda la torpeza del mundo logré abrir la puerta después de al menos 30 segundos de forcejeo

—Hola, ya llegué, ¿estás ahí...? ¿Carl? – entre, pero él no estaba en ninguna parte visible— bueno, eso no importa ahora

Dejé las compras en la encimera y los libros en la pequeña mesa de estar, saqué las cosas de la bolsa.

— ¡Mierda! ¡¿Qué haces ahí?!— grite después de verlo a mi lado repentinamente

—¿Te asuste? —Yo lo mire fijamente y él se sentó en una silla apoyando su cabeza en la mesa— Eso parece— dijo bromeando— ¿qué hacías?

—Compraba comida, ¿tú que hacías?

—Estaba en tu habitación.

—¿Qué hacías en mi habitación?

—¿Qué tiene de malo?-suspire, tenía que acostumbrarme de que hiciera ese tipo de cosas

— En fin, lo de la mesa es tuyo— dije con desdén

—¿Lo de la mesa...? ¿Libros? —dijo él levantándose de la mesa y tomando los libros – Está bien, pero ¿por qué?, ¿Por qué, eso?

—Es para que no toques los míos, ¿ok?— dije sacando tremenda escusa, en el fondo quería ganarme su confianza

Él acostó su cabeza en la encimera, ojeando los libros mientras yo sacaba las cosas, luego él dejó caer el libro y me miro fijamente durante unos momentos, esto me asusto, sus ojos gritaban algo que yo no podía entender, pero mi cuerpo decía aléjate, le hice caso a mis instintos y me fui de la cocina a mi habitación

Me lavé la cara y me miré en el espejo, peiné mi cabello y salí de la habitación, mire al rededor de mi habitación, todo estaba calmado por un momento, me pregunte que hacía mire la habitación casi vacía a acepción de que estaba yo pensando en qué aria o estaba haciendo con mi vida

Pensé en Liam y Emma, los cual ya vivían juntos con tan solo 17 y 19, tenían una vida feliz, el uno al lado del otro, tenían buena relación una con la familia del otro y no tenían que preocuparse de mucho en su pequeña casa solo Liam de que Emma no llevara más gatos de la cuenta

Lilit solo vivía con sus padres, los cuales eran amorosos y buenos con ella

Pero luego estaba yo, sola con mis padres al otro lado de la ciudad, era triste para cualquiera, pero para mí era un gran alivio tenerlos lejos, peor al final del día estaba sola, lo que me hacía cuestionarme:

¿Era mejor estar sola o con ellos?

No era capas de responder a eso

Todo en silencio por acepción de los ruidos del exterior como los carros en alta velocidad, algunos pájaros y la fuerte ventisca del exterior que no llegaba a la casa por las ventanas cerradas

Salí en dirección a la sala, estar sola en la habitación, me estaba taladrando el cerebro, vi a Carl sentado en el sofá leyendo un libro

¿Acaso esto era real? Acaso, ¿ya no estaba sola?

Me acerqué a su lado para que le me mirara por el rabillo del ojo de manera hostil, porque aunque sus facciones demostraban tranquilidad y suavidad, a veces sus miradas demostraban hostilidad y recelo

—Hola— dije tratando de que me prestara atención y dejara de verme de esa forma

y así fue

Su mirada se relajó y su postura igual y aunque sus gestos me daban un cálido abrazo de bienvenida, sus ojos no reflejaba nada en absoluto

— Hola Elizabeth - dijo de forma cálida y suave, yo le sonreí con sarcasmo que estúpida era creándome un escenario de felicidad— siéntate

Yo asentí luego me senté a su lado

—está bien, pero debes quedarte

Él sonrió y yo me reí, pero no de la situación de lo imbécil que era




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