Capitulo 9 Métodos de defensa
—¿Brujas?— pregunté confundida mientras "leía" el libro que tenía en las manos ocultando el hecho de que me importaba más su conversación que mi informe de historia
—Brujas— afirmo el tirado en el suelo del pasillo igual que yo frente mío
—y quién es exactamente esa bruja— dije tirando el libro al suelo a su lado para que él lo tomara, lo ojeara y me gritara en la cara que estaba mal
—Le vendí mi alma a cambio de la inmortalidad
—qué idiota— dije tomando una botella con agua
—Lo dice la que no puede hacer un simple informe—Camine, hacia él y voltee la botella en su rostro después de haber tomado un sorbo
—¡¿Por qué hiciste eso?! —dijo él sobresaltado.
—¿Por qué? No importa, cuanto se golpee nunca te duele, ahora haz algo bueno y ayúdame con mi tare...a, ¿qué te paso? —Él se sentó en el suelo, secándose la cara.
—¿Por qué tu rostro es diferente? ¿Qué mierda te paso? ¡Se te quito lo horrible!
—Espera, ¿qué?
—Si mira – yo agarre el espejo de pared quitándolo para después dárselo.
—Qué mierda, mis ojos son rojos y mi cabello blanco, espera ya sé qué paso, tú...
—Espera, ¿de qué hablas? —él tomó el cuello de mi camisa y me acerco a él de forma intimidante
—Es tu culpa —él me miró de manera intimidante, con una expresión de furia— No debiste haberla dejado entrar
—Puede que sí, pero ella entró sola ¿ok?
—¿Cómo permites que entre así y ya?
—Pues —yo arqueo una ceja, él me soltó y se levantó hacia la sala.
—Alto —dije tomándolo del hombro.
—¿Qué te pasa? —él giró la cabeza y me miro a los ojos.
Por ar alguna rara razón estaba más hostil que hace unos minutos, su postura y su mirada eran hostiles hasta su postura
— cuando vuelvas, ¿volverás hacer normal?— un escalofrío recorrió mi cuerpo e hizo que me estremeciera
—¿Y eso a ti que te interesa? —él se fue en dirección a la sala y se sentó en el sofá mirando cada uno de los movimientos que yo hacía
—Idiota.
Yo me levanté, fui a la cocina continua a la, sala sintiéndome observada, serví una taza de café y me senté en el sofá esperando que él dijera algo que me hiciera sentir menos hostilidad de su parte
Pero aunque era hostil ya no sentí tanto miedo como por la mañana porque el hecho de recordarlo me hacía sentir asustada
—Y bueno, me dirás más sobre eso— dije tomando un sorbo de la taza
—No sabría decir si es bueno que sepas más de cuenta
—ah bueno está bien— lo miré fijamente durante unos minutos en silencio esperando que se arrepintiera y hablara, pero no lo hizo lo que me hizo recordar la primera vez en que nos vimos cuando estaba tratando de explicarme una locura con todas las ansias del mundo— en serio no me dirás nada más
— No— dijo con rudeza, quise mandarlo a la mierda, pero sabía que eso no sería de mucha ayuda
—Está bien, no me digas nada, pero yo tampoco te diré nada— Por un momento pensé que ya lo tenía, pero su sonrisa cínica dijo todo lo contrario
Me levanté del sofá y me encaminé por otra taza de café, sus ojos se posaron en mí de repente con una mirada penétrate de hostilidad.
Pero no tuve miedo, tuve curiosidad
—Carl— dije casi en un susurro, pero él pareció no escucharme
El ladeo la cabeza, pero lo que pudo haber sido un gesto amble o tal vez de curiosidad, ahora era un gesto hostil
Me sorprendió que no tuve miedo, es como si todo el miedo posible se hubiera pasado a la noche anterior haciéndome casi temblar
Lo miré casi ausente, la curiosidad era grande como si tomara mi autocontrol y mi instinto de supervivencia y lo hubiera trasformado en algo loco
Tome un cuchillo el mismo de la primera noche en que lo conocí, lo tome de la misma forma torpe de aquella noche
Esta vez no iba destinado a defenderme
Pose la hoja sobre mi muñeca como un adolescente depresivo, sus ojos y su cuerpo se pusieron en alarma y antes de que pudiera darme cuenta la sangre ya se derramaba en mi piel
Se movió tan rápido como un parpadeo, estaba afrente mío con su mirada penetrante y su compostura hostil
en ese momento ya sentí miedo
Muy tarde para eso
sus manos me empujaron con una fuerza brutal hasta la pared haciendo que perdiera el aire de golpe
Genial voy a morir
Lo miré a los ojos un momento mi corazón latía como loco, Sus ojos demostraban algo que jamás había visto en él
Odio y despreció
El pecho me dolía, tal vez por el golpe o por mi corazón indetenible ahora. Nos separamos por su brutal impacto contra ami y lo miré aterrada
La muñeca empezaba dolerme, la adrenalina del momento hizo que la olvidara, la sangre caí sobre mi pecho, ya que sujetaba el brazo contra él por el dolor
Pero no estaba preparada para lo que luego pasaría
Se abalanzó sobre mí, y yo sentí como mis latidos incrementaban agarro, mi muñeca donde procedía la sangre la apretó con gran fuerza haciéndome aullar de dolor
La llevó a su mandíbula, yo cerré los ojos esperando lo peor, pero no fue como esperaba, fue peor
Sus colmillos se clavaron en mi piel haciendo que gritara. Podía sentir como traspasaba la piel y la hacía sangrar más, rompiéndola como un animal salvaje que muere de hambre
Mire ami al rededor para buscar algo para intentar usarlo contra él, pero nada que sirviera el cuchillo había caído demasiado lejos para alcanzarlo y el dolor no me deja pensar con claridad
Mire el pequeño florero con rosas de plata —un regalo de mi padre— la parte del tallo era puntiaguda y simulaba espinas, eso tenía que ayudar
Estire mi mano con cuidado, pero el dolor era insoportable como si un perro salvaje mordiera tu piel con increíble fuerza. Me sentía pálida y mareada como si en cualquier momento podía caer al suelo y morir desangra por el pasar de los minutos
Claro, solo si no lograba evitarlo