Rosa Carmesí

Su maldita forma de ser

Capitulo 11 Su Maldita Forma De Ser

—Lo siento— Susurro débilmente, yo lo ignore y solo me quede en un estado de paz mientras sentía su cuerpo frío junto al mío, pero no me importo

—Elizabeth— llamo la voz de Paula cuando se desesperaba por la clientela

Al abrir los ojos estaba sola, sonreí para mis adentros, camine hacia la puerta para después abrirla, me prepare lentamente, para luego pasar un insoportable día de trabajo de mierda

—Está bien Emma— le respondí de mala gana y le cuelgue la llamada sin despedirme o darle la oportunidad a ella

—Adiós— dijo paula desde su oficina como todas las noches y yo la ignore como todas las noches

Pero esa noche obtuvo algo de diferencia, dañando la rutina cuando él apareció detrás de mí con sus pisadas inaudibles, matándome de un infarto cuando apareció a mi lado

— ¡Deja de hacer eso!— él se rio de forma burlona como siempre lo hacía cuando yo me enojaba. Yo me enfadé pero seguí caminado

Mi corazón sé acelero cuando se acercó a mí, yo camine unos cuantos pasos para alejarme, pero su brazo me lo impido, acercándome a él por los hombros en forma de abrazo

Lo miré confundida y él me dedicó una sonrisa

—Está Bien Elizabeth—yo lo miré otra vez más confundida— ¿Sigues molesta?

Estaba molesta, pero ya no tanto unas horas antes pude haberlo golpeado como una loca histérica, sabiendo que más daño me haría a mi que a él mismo, así que solo le sonreí

—no estoy molesta— dije susurrando— pero que quieres que haga que me lance a tus brazos y te adore— él se rio y me apretó nuevamente, hacía a él después de mi intento de alejarme

—que cosa algo como esto— mis ojos se abrieron de par en par cuando se acercó a mi rostro con una sonrisa en su el suyo, mi corazón se aceleró, ¿me pensaba besar? Mi cuerpo no se movía, no pensaba con claridad pero me dejé llevar, nunca había estado tan cerca de el

Pero el imbécil solo me dio un suave beso en la mejilla. Su rostro se separó del mío y yo estaba confundida

—¿Esperabas más?

Imbécil.

Yo lo empujé de mala gana y me alejé caminado a una considerable distancia para evitar que pudiera agarrarme de nuevo, lo cual era estúpido considerando su fuerza y su velocidad

—bueno, me voy— dije después de ver la casa pequeña color crema y saltar los escalones torpemente.

Entre corriendo en la habitación y cerré la puerta de un portazo, logre escuchar como él cerraba la puerta de la entrada suavemente

—Espera, ¿qué día es hoy?— mire la marca presente en el calendario, a punto de caerse de la pared, la marca roja apuntaba al 20 de noviembre— mañana es la fiesta de Emma, pero si voy que se supone que haré... ¿Y si le digo que tuve algo que hacer?, ya no se lo creerá y se enojará conmigo. No, lo mejor será que le diga la verdad que no quiero ir, pero ¿y si se molesta?...

Hablaba más para mí que para alguien más, mire el piso confundida

—Dile la verdad —Se escuchó un grito por fuera de la habitación.

—Tú cállate y vete —Dije golpeando la puerta de una patada.

—Entonces no hables en voz alta —Reprocho él.

—Solo vete ok?, ¡Metiche!

Yo tomé mi celular y le marqué a Emma, no respondía, pero al cabo de unos minutos lo hizo.

—Hola Emma yo...

—¿Hola Elizabeth, se me había olvidado llamarte, por cierto la fiesta es mañana, a demás ya tengo el vestido, solo pasa buscándolo ok?, bueno te marco, después me tengo ir, te espero en mi casa, adiós.

—Ah, bueno..., mierda ya colgó, ¡ah! ¡Tendré que ir!

Yo salí, y él estaba parado al frente de la habitación, así que empujé su cara con mi mano y fui a la cocina.

—¿En serio estás molesta conmigo?— yo lo miré confundida y enfadada, él se acercó a mi y yo retrocedí, no sabía como Hiba a racionar si hacía otra idiotez, hasta que choque la espalda a la pared —¿quieres que te desenfade?

—¿Qué? —dije, confundía, estaba loco, me estaba volviendo loca, me moví de forma rápida y torpe lejos de la pared e intente correr hacia la puerta

—¿Adónde vas? —Él me tomó del hombro intentando detenerme.

—A ti no te importa, adiós —Cerré la puerta empujando su mano de mi hombro y salí tropezando —Bueno, tomaré un taxi.

—¡Taxi— grité al ver como uno se detenía a unas cuadras más lejos de mi casa

El taxi dio media vuelta en mi dirección y pude ver a un chico de unos 19 años al volante, el cual me sonrió de forma penosa, pero lo ignore y solo subí al coche

Cuando iba en camino empezó a llover, el agua cae como balas sobre el suelo, eran gotas gruesas y fuertes. Yo miraba por la ventana, pero podía notar que el taxista, me veía con insistencia por el retrovisor, en una ocasión casi choca en una curva por estar distraído.

—¿Acaso no sabes manejar mejor? —Él me miró por el retrovisor, mientras, yo lo miraba con odio.

—Lo siento.

—Tarado. ¿Acaso todo me tiene que salir mal? —murmure, pero el parecido escucharme.

Al llegar vi la casa de Emma, la cual era de dos pisos y un poco grande, con razón siempre se sentía sofocada en mi casa, la cual era pequeña. Yo giré y el taxista recostó el hombro en la puerta del carro, su cara me recordaba al imbécil de Carl.

Cuando me dio el beso en la mejilla y me dejo como una estúpida pensando que me lo daría en los labios, y cuando me empujo hasta la pared mientras se burlaba de mí. Qué idiota

—¡¡MIERDA!! —Yo grité tirando un puñetazo hacia al frente, el cual le pego al taxista, en la nariz. —Lo siento, ¿se encuentra bien?— dije desesperadamente.

El tomo su nariz entre sus manos, entre sus dedos se veía la sangre caer.

—Tengo tanta fuerza, bueno, no importa, espera un segundo y te ayudaré. —Él asintió, toque la puerta de la casa con impaciencia hasta que los dedos me dolieron, la puerta se abrió por Liam, el cual miro el suelo al darse cuenta de que era yo

—Cuanto tiempo pequeña. —Él sonrió y acaricio mi cabeza enredando mi cabello, ya que era mil veces más alto que yo. Bueno, todo el mundo es más alto que yo, lo empujé corriéndolo hacia atrás.




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