— Ya me voy— me despedí de Paula mientras salía del local, tranquilamente abandonado el horrible lugar para sumergirme en mi vida peor.
Las calles oscuras, como siempre, casi solitarias. Podría decir que a estas horas solo encontraría personas extrañas, raras como cierto idiota que conozco.
Mientras caminaba, me topé con una chica algo rara enfrente de mí. Su cabello era café y unos ojos oscuros que no reflejaban ninguna expresión, ojos muertos, pero su belleza no se veía opacada por eso.
—¿No ves por dónde caminas? —Le pregunté, después de que intencionadamente se chocara conmigo, un gato negro bajo de sus brazos, lo cual me sorprendió, ya que no intentó agarrarlo o algo.
—Lo siento mucho —ella se disculpó, mientras me ayudaba a recoger mis cosas de la escuela, las cuales se me habían caído desparramándose por el suelo.
—¿Y esa marca en el cuello? —ella me miró como si yo fuese algo extraño, la que me confundió un poco —. ¿Puedo saber cómo te llamas?
—¿He?… No es nada que te importe —me tapé la herida con el cuello de mi camisa. Al terminar de recoger mis cosas, retomé el rumbo a mi casa lejos de ella lo más rápido que pude, Tuve miedo de tropezar, pero no lo hice.
—Alto —la chica extraña me tomó de la muñeca jalándome hacia ella, me asusté y me alteré casi teniendo un ataque de histeria, sus ojos me asustaban—. No puedo permitir que te vayas.
—¡SUÉLTAME! —grité yo, pero cada vez ella lastimaba más mi muñeca, su mirada me aterraba y mi pulso se aceleró. —Mierda, ¿Qué es lo que quieres? —me giré para enfrentarla, pero el gato corrió hacia mí y me mordió una pierna.
Ella se me acercó y me lanzó algo al rostro. Yo sentía cómo mi cuerpo perdía su fuerza mientras tosía y caía al piso. No podía entender lo que pasaba a mi alrededor, escuchaba unas extrañas voces mientras poco a poco mi vista se iba nublando y me hundía en una oscuridad.
La cabeza me dolía y podía sentir que algo golpeaba mi cuerpo, de forma fuerte, pero no veía ni podía hablar y tampoco veía nada.
🌹
Volví en sí al sentir cómo mi cuerpo chocaba de manera violenta contra el suelo y me quitaban una venda de los ojos. Cuando logré enfocar la vista, noté que no reconocía nada a mi alrededor.
—Qué secuestro tan peculiar, ¿se puede saber quién es mi noble secuestrador y qué quieres de mí? —dije, sintiendo la furia, correr por todo mi ser.
—Nada o al menos yo. Tengo que dejarte, pero más tarde alguien vendrá por ti —ella hablaba mientras amarraba mi cuerpo por la cintura, atrapando mis brazos a una pequeña columna de lo que parecía ser una especie de cárcel—. Bueno, adiós, si pudieras huir, huye —su voz se tornó seria y cruel. Me miró por última vez y se fue.
Vete, quise decir, pero preferí, guardé silencio. Ella salió y yo me quedé completamente sola. —¿Qué se supone que haga? —Este lugar es raro y se siente pesado. Yo forcejeaba intentando soltarme, pero no podía.
No sé cuánto tiempo ha transcurrido, tengo hambre, estoy exhausta de tanto forcejear con mis ataduras, pero no logro nada, solo hacerme más daño. Me sentía cada vez más fatigada y con ganas de dormir. No sé si era mi imaginación o mi cerebro jugándome una broma, pero por momentos escuchaba gritos fuertes, hasta que escuché pasos que se dirigían a donde me encontraba.
—¿Ella es la chica? —Era una hombre mayor, canoso y muy alto, el cual me miraba con decepción en su rostro.
—Sí, es ella —la chica extraña me miró, en sus ojos no había expresión alguna, era como si sus ojos no tuvieran, su voz era fría como el hielo.
—¿Quién mierda son ustedes? Suéltenme, ¿Quiénes se creen para tratarme así?— Trate de enfrentarlos, pero no se sentían amenazados, era claro, ellos no eran los que estaban amarados al suelo.
—Cállate, mujer—dijo el anciano acercándose a mí, con una pequeña pero latente expresión de asco.
—No me calles, idiota. Yo hablo si quiero —le gruñí con rabia.
— Claro que no —dijo él dándome un golpe en el rostro —. Deja que se muera aquí, —dijo mirando a la chica extraña—. Después de que pasen las 24 horas, ya estará muerta; después de todo, eres una estúpida humana.
Las palabras salieron de sus labios, como si un niño pequeño se burlara de otro de forma infantil.
Ellos salieron dejándome sola, sumida en la desesperación de no entender qué estaba pasando. Al fijarme en el piso pude observar un frasco que se le cayó al la chica sin percatarse.
Pero luego pensé en la frase morirá después de las 24 horas porque es una maldita humana. Claro, era humana, pero no era una maldita.
Deja de pensar en eso
Es que acaso ellos no eran humanos, ¿Qué era Carl exactamente? Sí, sabía que él era un vampiro, pero no por qué ni cómo se había convertido.
Wow eso me pasa por no querer escuchar sus paranoias
Pero yo sí había intentado escuchar y al idiota le dio por no hablar. No sabía nada, pero sabía que esto era su culpa.
Carl ayúdame