Rosa de Medianoche

Capitulo Unico

Acto de Kato:

Todas las noches escuchaba sus pasos en el silencio más horrible que se pudiera experimentar. Siempre que llegaba el podía sentir un alivio en su corazón, una luz de esperanza arremolinarse en la habitación, alejando los sonidos de las maquinas que le mantenían con vida.

Kato, que se sentía muerto en vida, volvía a renacer una y otra vez, con la sonrisa cansada pero feliz al despertar a la mañana siguiente y encontrarse con la rosa fresca, vivaz, tan viva y esplendida, dentro de su florero. El tallo libre de espinas y apenas algunas hojas hundido en el agua cristalina.

— ¿De nuevo?

Movió los ojos aun con el cansancio hacia la voz, una enfermera habia ingresado a su cuarto más sin embargo se veía interesada en saber de la rosa, prácticamente le habia ignorado a pesar de su situación.

Seguramente, pensó, ella no estaba a su cuidado.

Aun asi lo que más le dolió fue ver al florero y su rosa alejarse entre nébulas que inundaban sus ojos. La puerta se cerró bruscamente y de nuevo quedo sumido en su cansancio y aburrimiento.

En el ruido de las máquinas y los del bullicio fuera de su "jaula". Impropiamente dicho.

No sintió el tiempo pasar porque dormía profundamente, ni siquiera fue capaz de presenciar cuando vinieron a asearlo y revisar su historial médico para ver si habia evolucionado o empeorado.

No tenía fuerzas ni capacidad para alimentarse, pero habia notado que le habían renovado el suero y aun asi seguía sintiendo un nudo en el estómago.

Lo que le hizo remontarse a algunos años atrás, cuando las rosas y su debilidad se hicieron cotidianas en su vida.

Hace dos años.

Estaba trabajando como todos los días, era su propio jefe asi que podría decirse que lo tenía todo controlado y ganado por parte de la hermosa novia que le acompañaba en su dia a dia. Pronto le propondría matrimonio.

Aquel dia en particular iría a beber con sus subordinados, cadetes a los que les enseñaba el campo de trabajo, bromeaba en el camino acerca de que no se les ocurriera abandonarlo y luego paternalmente les decía que si avanzaban hacia adelante, en nuevos campos el estaría orgulloso de soltar sus manos.

Kato no podía tener hijos propios, esta era su manera de compensarlo.

Recordaba estar tomando una botella de sake y felicitando al cadete más antiguo, por las buenas nuevas, seria padre en unos meses, asi que brindo a su lado toda la noche y justo antes de la media noche se precipito, asi sin más, sobre la mesa.

Y todo se entorno negro.

— ¿Qué quiere decir?-interrogo al médico, ya hacia un tiempo que estaba consciente y se colocaba la camisa después de una revisión.

—Aun no lo sabemos Kagure-sama, debemos hacer estudios de sangre y revisar como salieron los cardiogramas y radiografías. Le hare una cita para mañana a primera hora.

A primera hora del dia siguiente camino hacia el inicio de su fin, sin saberlo.

En pocos días pudo entonces saber que padecía de cáncer terminal, el tratamiento bien pudiera tener éxito y darle una nueva oportunidad de seguir viviendo, asi como también... podría solo alargar su sufrimiento.

Su novia lo habia dejado, era difícil lidiar con todo aquello. Aún era "joven" decía ella y quería disfrutar su vida junto a una persona sana. Al menos, se consoló Kato, su dinero no era la carnada para quedarse a su lado pese a su estado.

La dejo irse.

Lo siguiente fue pensar en su empresa, evaluó el primer mes a sus cadetes, vio en el futuro padre un sucesor inminente y sin decir nada fingió que se iba de vacaciones, arreglo el papeleo con sus abogados, y lo dejo a cargo como una "prueba" para un futuro cargo cercano al de jefe.

Comenzó entonces su tratamiento.

Yui llego relativamente rápido a su vida los dos primeros meses, cuando ya no tenía cabello y sus ojos parecían hundidos en cuencas negras.

Jugaban a las damas chinas y algunas veces le facilitaba contenido adulto, para su disfrute.

Era más que enfermero, su único amigo. Estuvo ocupado en su trabajo haciendo crecer su corporación como para tener uno.

Yui le acariciaba la espalda cuando corría a vomitar, no le dejaba ganar a las damas como acto de compasión a su enfermedad y, Yui sí que sabía hacerlo.

Yui era... siempre pensaba en él, incluso lo celaba internamente cuando debía irse y ocuparse de otros pacientes. De un tiempo para acá se habia dado cuenta que lo amaba, por su simple y sincera manera de ser, en especial con él.



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En el texto hay: homosexual, romance, sobrenatural

Editado: 21.02.2019

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