*Narra Rosalie:
La pequeña vampiro, Alice, llegó sin previo aviso y además venía para quedarse junto con su pareja. No me gustaba para nada la situación, sobre todo porque su pareja no era vegetariano y sus costumbres nos traerían más de algún problema. Además Emmett estaba saliendo de su etapa de neófito y no era conveniente que llegara un cazador de humanos. Ella se había instalado como si viviera con nosotros por años. Aunque debo admitir que no me gustaba su patudez, era agradable. Un poco hiperactiva pero agradable. Carlisle un tanto desconcertado aún, nos invitó a nuestra sala de reuniones: el comedor. Esme se sentó junto a Carlisle en la cabecera. Emmett y yo a la derecha de ellos y nuestros visitantes a la izquierda. Edward estaba llegando de caza y entró rápidamente. Carlisle lo llamó y él estuvo enseguida con nosotros. Ahora estábamos todos. Edward cada tanto ponía caras de confusión y risa, seguramente leyendo los pensamientos de la pequeña hiperactiva.
-Muy bien Alice, ¿puedes empezar desde cero por favor?. - Le dio la palabra Carlisle.
-Por supuesto, mi pareja Jasper y yo hemos venido para quedarnos. Lo he visto. Ustedes son el clan perfecto para nosotros. Yo también cazo animales como ustedes, y Jasper… , bueno, él se está acostumbrando. – Decía mientras le tomaba la mano al vampiro aterrador que tenía al lado.
-¿Lo has visto?. - Inquirió Esme.
-Si Esme, yo poseo un don. Puedo ver el futuro de una persona, cuando éste ha decidido que hacer. Lo he desarrollado al ser convertida en vampiro.
Todos la oíamos con atención, menos Emmett que de pronto empezó a mirarme mucho. Yo le hacía muecas para que pusiera atención. De pronto sentí su mano sobre mi rodilla, luego por el muslo. Lo tuve que detener bruscamente. Un afán de enojo me sobrevino.
-¡Emmett Cullen puedes dejar de toquetearme enfrente de la familia!. Compórtate y madura. – Grité pegándole a la mesa la cual crujió. Esme me miró con terror. Edward de pronto empezó a reírse, pero no era una de sus burlas habituales. Era exagerado. Se reía muy fuerte. Emmett seguía mirándome lujurioso y a mí me entraban más ganas de gritarle. De pronto Edward dejó de reírse y se calmó. Emmett empezó a mirar la mesa en forma vergonzosa por lo que había hecho, Esme ya no me miraba con horror si no que con su ternura de siempre. Yo empecé a calmarme y me senté tranquila. Demasiado tranquila.
-Increíble. - Dijo Edward pensativo.
-¿Lo has visto Carlisle?. – Habló Alice. – Ese es otro don.
-¿Tienes dos dones?. – Preguntaba intrigado.
-No no, yo sólo veo el futuro. Jasper puede sentir y manipular los sentimientos y emociones de las personas que estén a su alrededor.
-Disculpen que les haya hecho pasar por momentos de lujuria, ira, miedo y extrema alegría. Quería probarles que tan bueno es lo que hago. – Habló por fin Jasper. Era muy educado pero aún así se veía como alguien a quien hay que temerle. Era tan distinto a su pareja
-Increíble. – Repitió Edward. - Lo había leído en tu mente pero no pensé que fueras capaz de manipularme de esa forma. Bueno lo de Emmett yo pensé que lo hacía por voluntad propia igual que Rosalie. – Le lancé un gruñido.
-¿Ves Jazz?. Te dije que él tenía un don como nosotros. – Le decía Alice a Jasper. Luego se dirigió a Edward. - Tú y yo vamos ser grandes amigos, seré tu hermana favorita. – Edward me miró irónicamente. - Ah, y gracias por darnos tu habitación. Es la más hermosa de la casa y tiene una vista genial.
-Yo no te he d… .
-Oh sí, lo harás, lo he visto. - Dio su última palabra para el asunto. Edward cerró su boca y por fin se resignó.
Al fin alguien "dominaba" en cierto modo a Edward.
-Rosalie, tu y yo seremos grandes amigas. – Guardó silencio y su mirada se perdió. - Oh, ¡compartiremos gustos de moda!. Que increíble, debemos ir de compras. A todos en ésta casa le hace falta un "fashion emergency". Excepto tu Rose, al fin alguien sabe de moda.
Quedé perpleja por todo lo que dijo y lo único que pude decir fue un "Gracias".
-Está bien Alice, Jasper. Creo que ustedes tienen todo planeado mejor que nosotros. – Explicó Carlisle.
-En realidad ella planeó todo. Yo insistí en que al menos debíamos preguntarles. – Opinó Jasper.
- Shh Shh Jazz, yo he visto todo. Para que enredarnos en tanta explicación. Ellos nos aceptarán. Seremos parte de la familia Cullen. – Aseguró la pequeña.
-Pues si así lo desean y si están de acuerdo todos. – Se dirigió a nosotros. No nos quedó otra que asentir. – Creo que pueden quedarse.
*Narra Emmett:
Sentía vergüenza por lo que había hecho. La mayoría de las veces no me importaba que me vieran con Rose en la situación que fuera. Pero ésta vez extrañamente sentí mucha vergüenza. Debe ser ése Jasper y su don. ¿O acaso era yo?. No, definitivamente toquetear a Rose enfrente de alguien no me daría vergüenza.
Repentinamente ya no éramos cinco, sino siete. Esa pequeña vampiro parecía tan segura de lo que decía y hacía. La idea de que ellos llegaran me daba igual. Pero empecé a quererla cuando le quitó su habitación a Edward.
-Ok Edward ya que tu habitación es la que mejor vista tiene y estás de acuerdo en que ahora es nuestra, ¿Te importaría mover tus cosas ahora?. Necesito poner mi ropa, oh, necesito ir de compras. ¿Rose me acompañas?. Jasper podemos colocar la cama de ésta lado. Tiene mejor perspectiva. Y el armario, lo podernos agrandar obviamente, es demasiado pequeño.
Alice me tenía mareado. Rose la miraba como si estuviera loca pero veía que estaba un tanto emocionada. Edward estaba entre la espada y la pared. Esa pequeña era como un torbellino y nadie la podía parar. No pude evitar empezar a reírme al ver a Edward mover todas sus cosas a la última habitación que quedaba disponible, la cual era la mitad del tamaño que la de Alice y Jasper. Éste obedecía en todo a Alice, llevaba sus ropas y movía los muebles que le ordenaba. A éste hombre lo dominaba su mujer.