Día de chicos

*Narra Emmett:

Las chicas nos habían dejado solos. Edward estaba encerrado en su nueva pieza, Carlisle volvió a su estudio y Jasper estaba sentado en su nueva cama. Decidí ir a conocerlo. Algo tenía que hacer sin Rose acá. Oh cielos, Edward tenía razón, soy un dominado.

-Ei, Jasper, ¿Qué tal?. Por favor no me lances lujuria de nuevo, vengo en son de paz.

Jasper se rio y me ofreció pasar.

-Lamento mucho llegar así, con ésta patudez. Ya ves, mi mujer es un tanto… .

-¿Hiperactiva?. – Respondí por él

-Podría decirse que si. Pero es buena persona. Ella los vio y decidió que eran una buena familia.

Jasper tenía sus ojos negros con un tono carmesí. Me hizo recordar cuando Rose me pilló luego de cazar un humano y tuvimos nuestra primera pelea. Sentí mucha pena.

-¿Por qué fue eso Emmett?.

-¿Qué?.

-Sentí pena viniendo de ti. ¿Puedo saber el porqué?.

-Oh, cierto, también puedes sentir emociones. Es que, bueno, yo tuve ciertos problemas con la caza al principio. Ya sabes, humanos. – Asintió apoyando mi punto de vista. – Entonces recordé cuando Rose vio en mis ojos que me había salido de la dieta Cullen y tuvimos una pelea muy grande.

-Oh hermano, puedo sentir que realmente fue muy fuerte para hacerte tener toda esa pena.

-Si, pero bueno, ya pasó y seguimos más unidos que nunca.

-Si, algo así me dijo Alice de ustedes.

-¿Qué te dijo exactamente?.

-Que ustedes son… . Bastante cariñosos.

-Jajaja, si, ya sabes, es cosa de mirar a Rose, no puedes no amarla así.

Jasper se veía intimidado con tanta información. Sentí una ola de vergüenza. Mejor me callo.

-Y bueno, esa demostración tuya en la mesa fue genial. De verdad controlas las emociones eh.

-Si. – Sus ojos negros acompañaron una sonrisa maléfica en su rostro.

Empecé a sentir mucha ira de repente. Quería controlarlo pues sabía que Jasper me estaba jugando una trampa pero era más fuerte que yo. Simplemente me descontrolé y atiné a pegarle a la pared más cercana que tenía. Entonces sentí todos los cuadros del segundo piso caerse y romperse. Una ola de calma me invadió y volé a mi habitación. Y entonces vi la foto que Esme y Carlisle me habían regalado de Rose. Nuevamente la ira me invadió pero ésta era mía. Completamente mía.

-¡Jaaaaaaaaspeeeeeeeeeeeeeer!. – Grité mientras salía corriendo a velocidad vampírica. Jasper iba corriendo escalera abajo pero lo alcancé.

Lo tomé de la camisa y lo levanté.

-¡Tú hiciste que rompiera la foto de mi Rose!. – Y lo tiré a la mesa de centro, haciendo que ésta se partiera. Jasper se paró listo para pelear cuando vi a Carlisle tras de él para afirmarlo. Mucho mejor, podría pegarle fácilmente. Pero también sentí a alguien detrás de mí. Edward comenzó a afirmarme con todas sus fuerzas. Intenté escaparme pero mi fuerza neófita había disminuido y tenía el mismo potencial que Edward. Estuvimos luchando por zafarnos y pelear por tanto rato que no nos dimos cuenta que las chicas estaban en casa mirándonos con cara de espanto.

-Cálmense chicos. ¡¿Qué le hicieron a mi mesa?.! La traje desde Vancouver. Era mi favorita.

-Fue culpa de Emmett, él me lanzó haciendo que se rompiera. – gruñó Jasper.

-¡Pero diles por qué chico emoción!. – Respondí.

-Jasper, cálmate. – Ordenó Alice. – No venimos acá a pelear. - De pronto toda la sala se calmó y no sentí más la necesidad de partirle la cara. Carlisle y Edward nos liberaron. Estúpido don.

Rose se acercó a mí y Alice a Jasper. Esme revisaba su mesa para ver si "podía arreglarla". Imposible. Una vez calmados hablamos.

-Emmett, ¿por qué querías pelear con Jasper?. – Partió mi Rose.

-Amor, él hizo que rompiera tu foto, aquella que sales tan hermosa. – Le lancé una mirada furiosa a Jasper.

-Sólo quería demostrarle de nuevo mi don. – Se defendía Jasper mientras Alice lo miraba enojada.

-Jazz, te he dicho que tu don debes usarlo bien. No se como no lo ví venir. Debe ser por que estaba tan concentrada con las chicas teniendo visiones de lo que me dirían.

Rose se inquietó.

-Como sea niños, si vamos a vivir juntos debemos aprender a estar en paz. – Habló Carlisle para todos.

-Si Carlisle. – Dijimos casi todos. Rose fue la excepción.

-¿Rose?. – Insistió Carlisle.

-Ok, pero conste que no soy yo la que causa alborotos. Emmett vamos a la pieza. –Me ordenó mi mujer.

Llegamos a nuestra alcoba y Rose tomó el cuadro roto del suelo. Rompió con sus manos lo que quedaba y sacó la foto intacta. Me la mostró en la cara moviéndola de un lado a otro.

-¿Ves?. Está entera, ningún rasguño. Compraremos otro marco y listo. Tenías que agarraste a pelear Emmett. Hoy me iré a conversar con Alice, toda la noche, así que búscate otra diversión. – Rose abandonó la habitación.

Me fui de caza mejor. Estaba enojado y mi mujer me había cambiado por una charla de chicas. Genial. Salté por la ventana y azoté un árbol casi partiéndolo. Tomé rumbo al norte, sólo quería olvidarme de los problemas.