? Capítulo 19 – Sospechas en la oscuridad

La información llegó en una carpeta negra.
Sin remitente.
Sin firma.
Solo la certeza de que alguien lo sabía todo.

Elías hojeó las páginas con el ceño fruncido.
Documentos.
Fotografías.
Registros.

Un cargamento de armas interceptado.
Una ubicación filtrada.
Un nombre falso relacionado con la traición.

Isa.

No directamente.
Pero el hilo conducía hacia ella.
O hacia su pasado.
O hacia alguien que sabía demasiado sobre ella.

Elías cerró la carpeta.
Su expresión era de piedra.
Pero sus pensamientos eran dinamita.

Llamó a Matteo.

—¿Alguien más vio esto?

—No, señor.

—Bien. Si alguien lo hace, matalo.

Cortó la llamada.

Y se quedó sentado en la oscuridad de su despacho.
Fumando un cigarro que ni siquiera disfrutaba.

¿Era posible?
¿Era Isa?
¿La mujer que había hecho que disparara sin pensar?
¿La que dormía en su cama con perfume de traición?

No podía permitirse la duda.
Pero tampoco podía ignorarla.

Cuando Isa entró al despacho más tarde esa noche, con una taza de té entre las manos, Elías la miró como si la viera por primera vez.

Ella notó el cambio.
Inmediato. Sutil.
Como una sombra que se desliza por la pared.

—¿Todo bien? —preguntó, acercándose.

Él asintió.

—¿Tenés enemigos que aún no me hayas contado?

Ella ladeó la cabeza, sonriendo con dulzura.

—¿Solo uno o querés la lista completa?

Elías forzó una sonrisa.
Pero sus ojos seguían oscuros.

Ella se acercó más.
Le tendió el té.

—¿Me estás preguntando algo, Elías?

—No todavía —dijo, tomando la taza—. Pero pronto.
Porque tarde o temprano, todo se sabe.

Isa le sostuvo la mirada.
Y fue ahí cuando Elías lo supo.

Ella estaba ocultando algo.
Y no era algo pequeño.

Pero también supo algo más:

Si ella era la traidora…
no estaba seguro de poder matarla.

Y eso lo aterraba más que cualquier bala.