Rosas de Sangre

? Capítulo 22 – Bala marcada

La reunión fue en Berlín.
Subterránea. Códigos en lugar de nombres.
Ni siquiera los rostros eran visibles: todos con máscaras.
Una organización externa contrataba a Umbra.

Querían una ejecución quirúrgica.
Precisa.
Silenciosa.
Como solo su red podía lograrlo.

Isa, en su papel de Umbra, escuchó la información filtrada con interés.

Un objetivo masculino.
Mafioso.
Poderoso.
Inestable.

Había traicionado a más de una familia.
Su nombre no fue revelado.

Solo un alias:
El Cuervo.

Isa entrecerró los ojos.

—¿Ubicación?

—Varias —respondió la voz del contacto—. Su última aparición fue en Buenos Aires.
Pero ahora opera desde un penthouse blindado en la ciudad de los muertos.

Isa frunció el ceño.
No por miedo.
Por una punzada de presentimiento.

La ciudad de los muertos.
Así le decían…
a la zona controlada por Elías.
El corazón de su imperio.

Pero eso podía ser una coincidencia.
¿Verdad?

Aun así…
decidió encargarse ella misma.

—Será hecho —dijo.
Y se levantó.
El contrato estaba sellado.

Tres noches después, Isa observaba la torre desde un edificio cercano.
Tenía su traje táctico.
El rostro cubierto.
El rifle montado.
Y la mirada fría.

Era su trabajo.
Era su arte.
Era su mundo.

Hasta que, entre las sombras de la mira telescópica…
lo vio.

A él.

Elías.

Sin traje.
Sin armas.
Solo su camisa abierta, el cigarro en los labios y su expresión de hombre que jamás se siente vulnerable.

El corazón de Isa se detuvo por una fracción de segundo.

Él era el blanco.
El Silenciador.
La traición.

Su dedo se mantuvo firme sobre el gatillo.

Podía hacerlo.
Desde esa distancia.
En un solo disparo.

Pero no lo hizo.

Apagó el visor.
Cerró el arma.

Y supo algo con absoluta certeza:

La guerra había comenzado.
Y ahora, estaba entre los dos.

Esa noche, cuando Isa volvió al penthouse, Elías ya dormía.
O al menos eso fingía.

Ella se metió en la cama.
Le besó el hombro.
Y se abrazó a él.

Con el mismo cuerpo que había estado a segundos de matarlo.

Y en silencio, pensó:

¿Qué vas a hacer, Elías, cuando descubras que la única mujer que amás…
también fue contratada para matarte?




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