Rosas de Sangre

Cápitulo 4

-¿Qué querés que haga ma? ¿Te pensás que yo tengo la culpa de algo? –me defendí.

-¡No digo que tengas la culpa! ¡No salgas con cualquier cosa como siempre Emilia! ¡Te digo que debe haber otra solución que irte a Bosque Viejo!

- ¿Cúal? ¿Cambiar de carrera? ¡Esa no es una opción! –estaba furiosa con mamá. Ni naciendo de nuevo me llevaría con ella.

-¿Pero se van y listo? ¡No puede ser! –negó –¡Algo van a hacer! ¡Espera un poco más!

-¡No puedo esperar ma! –dije agobiada –¡Si espero me quedo sin estudiar! ¡Entendé que se van en abril! –en realidad del todo se iban en mayo, pero quería irme antes para buscar un trabajo en los pueblos cercanos –Me queda poco tiempo para juntar la plata para irme. Por lo menos para el comienzo –dije con intención de persuadirla.

- Bueno no sé. Contále a tu papá también. Va a ser difícil. ¡Y vos lo sabes mejor que nadie! Aparte te tenés que ir sola, o con las chicas. Pero es mucho, alquiler, comida, material. Va a ser muy complicado –recalcó mamá con el entrecejo fruncido.

     Tenía razón iba a ser complicado que yo me trasladara a Bosque Viejo a estudiar. Y yo lo sabía muy bien. Miré mi reloj. La una en punto.

-Bueno me voy a la facultad. A la tarde le cuento a papá.

-Bueno anda. Llévate el paraguas –dijo mamá entrando en la cocina, tratando de ocultarme un destello de tristeza que se había formado en sus ojos. Me maldije. Nunca había sabido tratar temas delicados con ella. Mi padre, inconvenientemente, no había regresado a almorzar, por lo que solo había tenido la posibilidad de decírselo a ella.

   Salí a la calle con un nudo en la garganta.

-Hola chicas –saludé con desgana.

-Hola –contestó Morena -¿Te pasa algo? ¿Estuviste llorando?

-No, no dormí bien anoche, me desperté a las cinco de la mañana.

-Ah... –dijo sin creerme -¿Hablaste con tus papás lo de irnos a Bosque?

-Sí –respondí con un gesto que hablaba por sí solo.

-A mi tampoco me fue muy bien –dijo Mía con desilusión.

-¡Que mal! –More arrugó la cara –¡A mamá le pareció genial la idea de que vayamos juntas!

-No es eso lo que le cayó mal a mamá –dije –es la economía.

-Exacto –agregó Mia –A mi se me complica con lo mismo. Pero todavía nos queda la opción de trabajar hasta la fecha de partida ¿O no?

-Sí, supongo -susurré sin mucha convicción. Veía aún más difícil esa parte -Pero no le dije eso todavía. A la tarde cuando este mi papa, voy a hablar con los dos. Además va a ser difícil encontrar un trabajo que no se superponga con la facu.

   Nos miramos y no dijimos nada. Iba a ser difícil. Entramos a clase. 

 

© Todos los derechos reservados a Melina Sol Gual

Safe Creative. Registro de Propiedad Intelectual

Número de registro: 1712065033174



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En el texto hay: fantasia, vampiros, amor

Editado: 13.05.2019

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