-¡¡¡YA DÉJAME EN PAZ!!!- Un joven de cabellos rojizos y un Bindi de un tono similar, le gritaba a un rubio con la larga coleta -¡¡¡SIEMPRE ESTAS MOLESTÁNDOME!!!-
Sin duda, la molestia en sus palabras revelaban como se estaba sintiendo, o como tuvo que aguantar al otro.
-¡¡¡¿QUÉ DICES?!!!- No comprendía por que el pelirrojo le hablaba de esta forma –Shijima… Estas… Jugando ¿Verdad?- Tembló su voz, sus verdes ojos se abrieron de golpe.
-¡¡¡CLARO QUE HABLO ENSERIO!!!- Siempre tan tranquilo, apenas si hablaba con cualquier otra persona, callaba lo que sentía, pues prefería ser así, pero este joven rubio había colmado su paciencia. –Cardinale… No sé qué te está ocurriendo, pero… Me molesta que actúes así- Se giró, para darle la espalda –Considera nuestra amistad terminada- Sin voltearlo a ver, dirigió sus pasos para dirigirse a su hogar.
Después de todo, las clases habían terminado, pero ya no soportaba a su más viejo amigo y del cual se había enamorado, pero… Ahora es completamente irreconocible.
Su forma tan fría de actuar, coqueto con cualquiera, arrogante por su belleza.
En su mente, ese no era el Cardinale del que se había enamorado profundamente desde su corta niñez.
-¡¡¡ESPERA POR FAVOR…!!! ¡¡¡SHIJIMA!!!- No podía verlo partir sin decirle nada, más cuando el pelirrojo rompió su amistad, quería una explicación y debía dar una.
Sin pensarlo, corrió detrás, para abrazarlo por la espalda.
El rubio de ojos verdes, usando un uniforme con chaqueta y pantalón rojo, igual al del contrario, representado que se encuentran en último año.
-Por favor… No te vayas- Comenzó a llorar, dejo escapara sus lágrimas en la espalda del contrario –Dime… ¿Qué hice mal? Por favor… Dame la oportunidad de cambiar…-
-Cardinale… ¿Qué no se supone que nadie debe ser digno de tus lagrimas?- Como deseo quitar esas suaves manos de su cuerpo, como lo rodeaban, pero su corazón se lo impidió.
Recordó, aquella vez… Que el rubio le dijo esto de una manera tan desagradable, en una pelea que ambos tuvieron y el Budista derramo lágrimas.
-Shijima, lo siento… No debí haberte dicho eso… Pero…- Bajo su mirada, apretando sus labios con fuerza, no podía confesar su amor aun.
-Tus nuevos amigos son más importantes para ti- Aparto aquellas delicadas manos, el dolor al decir aquella oración –Sera mejor que no nos vean juntos, si no… Tu popularidad bajara- No lo quiso ver, solo quiso seguir su camino, con el peso de su corazón.
Sus manos temblorosas, por aquel toque tan indiferente que Shijima le dio, las lágrimas nublando su vista, mirando el suelo.
Sus piernas flaquearon y se dejó caer de rodillas al suelo.
Su manera de comportarse los últimos meses, como había hecho sufrir al pobre pelirrojo por su comportamiento tan errático, presumiendo que la adolescencia lo trato tan bien, volviéndose un joven tan hermoso, y recibiendo tanta atención de todo su salón.
Volviéndose bastante popular, y sin contar que siempre ha sido brillante en el estudio, tenía todo en su mano.
Pensaba que podría tenerlo siempre, su mejor amigo, el de su infancia, Shijima se conocieron en la primaria, y desde el primer momento se volvieron tan unidos.
Durante su infancia, molestaban tanto al rubio, por ser bastante delicado, delgado incluso diciéndole que le quedaba ser doncel, pues en vez de ser un niño “Normal” parecía una fea niña.
El pelirrojo de cabellos largos ahora, varias veces tuvo peleas para defenderlo.
Fue su héroe desde muy chicos, y la admiración que tenía, se volvió una fuerte amistad y esta… Un profundo amor.
Cuando su belleza incremento, creía que podría tener la confianza de declarársele a Shijima, pero este nunca hizo ningún comentario de lo físico, siempre serio, sincero y hablando cuando fuera solo requerido.
Había pensando erróneamente que debía hacer algo más, para atraer su atención ahora de adolescentes.
Se juntó con personas que solo lo querían por su belleza, otros para aumentar su popularidad.
Incluso fue capaz de molestar a Shijima para divertirse un momento con sus nuevos amigos, pues ahora el pelirrojo fue bastante marginado, pero le daba igual.
Mas en un punto dijo algo que en verdad no sentía.
Que sus nuevos amigos eran más importantes para él que Shijima.
Si bien fue un instante en que discutieron, porque el rubio no ayudo al otro con un trabajo en binas y termino haciendo todo solo.
Recordó todo lo malo que ha hecho, todo por una sola razón.
Utilizo métodos equivocados, hirió a quien no quería lastimar nunca, y ahora la peor consecuencias es… Que termino su amistad y no para evolucionar a otra cosa.
Si no, para desparecer su contacto, no lo podía permitir, no quiera vivir en un mundo donde su hermoso héroe de cabellos rojos lo despreciaba.
-¡¡¡SHIJIMA, YO TE AMO!!!- Grito con todas sus fuerzas, no importaba si el otro estuviera lejos, quería ser escuchado -¡¡¡PERDÓNAME POR SER TAN ESTÚPIDO!!! ¡¡¡PERDÓNAME!!!-
Cerró sus manos en puño, para abrasarse a sí mismo, dejo escapara miles de lágrimas.
Todo fue un error, tratar de ganar el corazón de alguien… Por medio de celos, que viera su belleza, no funciono como deseo.
Ahora ya no sabía que hacer…
Agradecía que no hubiera más personas, no le gusta que nadie lo viera llorar, solo lo había hecho delante de ese pelirrojo, su refugio, su todo.
No esperaba que lo perdonaran, hizo cosas horribles.
Más cuando sintió unos brazos rodeándolo, la calidez que había conocido desde pequeño, y un corazón que escuchaba cada que las lágrimas le ganaban.
-¿Shijima?- Preguntó, dudando que fuera real, que ya estuviera delirando.
-¿Por qué actuaste así?- El mayor punto débil de este joven, es la belleza delante y sus lágrimas, como deseaba ser más fuerte, pero no quería dejarlo solo.
Apretó sus ojos, ocultándose en el pecho del otro –Quería que me vieras… Que te dieras cuenta que… Soy más hermoso ahora, que ya no soy ese niño feo de antes… Nunca me decías nada… Pensaba que… No te importaba de esa forma…- Sonrió amargamente –Fui un tonto-
#405 en Fanfic
#1802 en Otros
#423 en Relatos cortos
saint seiya yaoi, saint seiya next dimension, shijima de virgo x cardinale de piscis
Editado: 15.04.2025