*Esta novela tiene lenguaje explícito, sensible y grotesco. Cualquier efecto que esta cree en tu vida está bajo tu responsabilidad. Recuerda siempre que la ficción no es la realidad*
PRÓLOGO
Todo se ve oscuro, estoy en un lugar que conozco, pero no se siente seguro. De pronto puedo ver, como si encendieran la luz; son 5 hombres mucho más mayores que yo y se ven horriblemente morbosos. Tengo miedo, mi respiración se agita y ya presiento lo que va a pasar. Estoy en el suelo y el primer hombre me agarra del tobillo y me acerca a él, de un solo empieza a comerme con la mirada. Tengo miedo, ya quiero salir de aquí; ¿dónde está mamá y papá? Temo que puedan estar aquí.
Empiezan a quitarme la ropa, estoy llorando, pero no lucho por que se detengan, no puedo mover mis manos, no tengo fuerza ¿qué me pasa?
-Esperen- es lo que logro decir.
-Por favor, uno por uno- digo, cuando veo que todos se están desnudando.
-Uno por uno- repito entre jadeos de cansancio.
Estoy resignada a ceder, nada puedo hacer, no sé defenderme además de que mis manos están amarradas. No puedo hacer nada más que aceptar mi situación.
Y en ese momento puedo ver sus caras, sonriendo de manera cínica, casi babeando, deseosos de sexo. Deseosos de quitarme lo más preciado que tengo.
-Muy bien, empecemos- dice uno con sus ojos brillosos.
En ese momento, el hombre ya desnudo, sin previo aviso empezó lo que yo más temía y de pronto...
Me despierto de golpe, llorando y sudando, la vista la tengo nublada, mi pecho respira desenfrenadamente en busca de oxígeno, -De nuevo las pesadillas- pienso.
-Tita, ¿qué pasa? ¿Estás bien? – escucho que alguien me habla, busco con mi vista de quien se trata. Es Adrián mi hermano mayor, ya está acostumbrado a esos ataques de despertar llorando, aunque nunca le digo nada de lo que realmente sueño. No quiero que tenga conocimiento de mis horribles sueños.