Rosé

Capítulo 8

ROSÉ

¿Alguna vez les mencioné que no me gusta que me dejen con intriga? Es decir, el loco maleducado de Brice parece que es especialista en hacer ese tipo de cosas.

Estábamos tranquilamente en mi casa luego de que Jason se fue, y entonces él me dijo simplemente que lo siguiera porque me va a enseñar a patear culos, ¿Qué significa eso exactamente? Para qué querría yo patear traseros, lo que quiero es apretar el trasero de él, es que se ve bien jugoso… ok ya basta Rosé, deja de pensar en ese tipo de cosas, tú eres una niña buena.

Sí, tan buena que provocaste a un chico con un baile seductor…

Oye, sólo lo hice por curiosidad y ver qué hacía él.

Y te gustó la reacción de él ¿Verdad?...

Pues…

YA DILO, QUE TE GUSTÓ QUE EL BABEARA POR TI.

Se supone que mi conciencia debería ayudarme, no empeorar las cosas.

Sólo digo la verdad…

En este preciso momento estoy caminando por la acera de nuestras casas en el vecindario, Brice está a un paso delante de mí dirigiendo el camino. No caminamos mucho desde mi casa y por lo que veo vamos a la casa de él… ¡VAMOS A SU CASAAAAAAAAA!

Pensé que iba a morir de tristeza, pero ahora mismo me está matando el nervio, bueno, aunque puede que esté su hermana en casa, claro es posible que sí… eso espero.

Llegamos a la entrada de su casa, él abre la puerta y me hace pasar, es una casa muy bonita similar a la mía, pues estamos en el mismo vecindario pero tiene algunos cambios.

Cuando entras hay un pasillo, mientras caminas puedes ver a tu izquierda una escalera que lleva al segundo piso, seguimos caminando para encontrarnos a la derecha con la sala de estar en donde hay un hermoso juego de sofás de color café oscuro, pasamos de ellos y puedo ver la cocina donde todo está muy ordenado y limpio.

Cuando pienso que hasta ahí quedan las piezas de la planta de abajo, veo que Brice se dirige a un pasillo como ¨secreto¨ que se encuentra antes de entrar a la cocina, pero después de los sofás, muy ingenioso. Doblamos a la izquierda para entrar en ese espacio en el que sólo una persona cabe, está oscuro y mientras vamos caminando se va inclinando más como si estuviéramos entrando en un compartimento que está bajo tierra.

Y cuando pienso que nos tardaríamos una eternidad ahí caminando, él para de golpe haciendo que choque en su espalda y suelto un quejido porque sí dolió.

-Auch!...- él se da la vuelta, lo suficientemente cerca para sentir su respiración golpear en mi frente.

-Bien, vamos a entrar a un lugar especial para mí, no quiero que le cuentes a nadie más de este lugar.

-Está bien.

-De ahora en adelante este lugar será nuestro espacio secreto- mi corazón da un vuelco al escuchar eso ¨nuestro lugar¨ el que haya decidido compartir ese lugar conmigo y ahora llamarlo nuestro definitivamente cambia mi ánimo.

¿Qué tiene él que hace mi corazón revolotear y hace que mi estado de ánimo mejore? No sé qué será, pero quiero que siga influyendo en mi vida de esa manera.

-Entendido- mi voz sale entrecortada y me avergüenza el que pueda ver lo nerviosa que estoy en ese momento.

-Okay, ahora entremos- del bolsillo de su pantalón saca su teléfono para alumbrar y con este una llave con un llavero de Bob Esponja, eso se me hace gracioso.

-¿Bob esponja?- y sin poder evitarlo suelto una risita.

-¿Juzgas?- aunque no puedo de manera clara sospecho que está sonriendo.

-Winnie Pooh es mejor.

-Claro que no, me da flojera escucharlo hablar. Bob esponja es más cool.

-Bob esponja es un trozo de queso viviendo debajo del agua- él suelta una carcajada sonora y eso me hace reír también durante unos segundos.

-Y Winnie Pooh es un oso que come miel, eso no tiene sentido. Mejor entremos, ya quiero mostrarte el lugar.

-Sí, mejor- digo con una sonrisa.

Él abre la puerta que parece ser pesada, el lugar está oscuro así que no logro ver lo que está dentro. Él entra y me dice que espere ahí parada mientras busca el interruptor, un momento después la luz se encienda haciéndome entrecerrar mis ojos para que mi vista se acostumbre a la luz y cuando logré ver el lugar quedé fascinada.

-Bienvenida a mi lugar secreto- habla él extendiendo los brazos en señal de bienvenida.

Es una especie de cuarto, bastante grande. En el centro de este hay un cuadrilátero de boxeo, a la derecha hay unas casillas donde supongo guarda los guantes, toallas, vendas y otras cosas. A mi izquierda hay un sillón donde por mucho caben tres personas, hay una mini refrigeradora –muy ingenioso- a la par de esta hay una cama unipersonal bien acolchonada.

El lugar se ve que es un poco viejo pero está limpio y ordenado. Camino adentrándome, detrás del rin de boxeo hay un saco de boxeo color verde oscuro y negro en el centro, también hay una Punching Ball color negro. Me sorprende que tenga todas estas cosas aquí, es como una mini habitación y lugar de práctica.

-Waoo, esto es sorprendente- digo luego de inspeccionar el lugar.

-Aquí vendremos todos los días a las 5pm para empezar con las prácticas- volteo a verlo.

-¿Qué prácticas?

-De boxeo, ¿no es obvio?- se hace el gracioso

-Pues… yo nunca he practicado Boxeo- levanto mis hombros y hago un puchero.

-Por eso te traje aquí, para que vayas conociendo el lugar, porque te enseñaré a boxear- una sonrisa traviesa sale de él.

-¿En serio me vas a enseñar?- muestro el entusiasmo que tengo dentro.

-Así es, para que puedas defenderte de cualquiera y puedas andar con más libertad por las calles- me sorprende la manera en la que piensa.

Cualquiera hubiese dicho que me iba a proteger, que no me alejara de él pero no… Brice piensa enseñarme boxeo para que sea capaz de cuidarme yo sola.

-¿Y por qué?- pregunto.

-Porque en más de algún momento te verás en una situación desagradable donde tengas que defenderte. Un momento en el que yo no esté a tu lado o nadie más pueda defenderte… por eso, pienso enseñarte esto para que no dependas de nadie más que de ti misma- de verdad que él sabe cómo hacer latir mi corazón.




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