ROSÉ
Gracias al suéter que me dio Brice estoy protegiéndome del frío, me pongo mis pantalones y mis zapatos.
No puedo dejar de sentirme un poco insegura respecto a esto o un poco culpable, pero recuerdo las notas en mi casillero y todo rastro de esos sentimientos se van. Necesito respuestas y las obtendré sea como sea. Abdi va por leña y hacemos una pequeña fogata con lo poco que tenemos para calentarnos mientras todo esto pasa.
Sentamos a Brice en una roca con las manos atadas en la parte de atrás, lo reviso a ver si no fue demasiado el golpe y parece que no está tan herido, sólo lo necesario. Unos minutos después él despierta extrañado viendo para todos lados tratando de darse cuenta dónde está. Cuando me ve el alivio cruza por su cara.
-Enana, qué bueno que estés bien- empieza a hablar. Me acerco a él y al verlo de cerca sus labios están partidos y secos por el frío, su mentón tiembla, sus ojos viajan directamente a la fogata ansiosos por calor.
-Necesito que respondas unas preguntas- digo lo más fríamente posible.
-De qué hablas- dice extrañado- Porqué me tienes atado- se mueve tratando de zafar el nudo.
-Abdi- la llamo, ella se levanta y viene hacia mí.
-No intentes mentir y sólo responde… ¿Qué sabes? - pregunta Abdi, ansiosa por este juego de preguntas y respuestas.
-No entiendo de qué hablan- frunce su ceño titiritando más fuerte.
-Las notas que dejaba Thor en mi casillero todos los días- esa confesión parece tomarlo por sorpresa y lo veo vacilar por un momento.
-Puedo explicarlo.
-Exacto por eso estamos aquí- Abdi lo toma del mentón- ¿Quién te mandó? – él se queda callado viéndonos, examinándonos al igual que nosotras esperando alguna expresión o alguna palabra viniente de él. Hay que presionarlo, hay que animarlo a que hable.
- ¿Jason? – la pregunta sale sin pensar y la cara de él se contrae en una expresión de desagrado.
- ¿Por qué tendría yo que trabajar con ese hombre tan desagradable?
-Lo mismo queremos sabes, por eso estamos aquí.
- ¿Por eso me hicieron creer que Rosé estaba perdida, me golpearon la cabeza, caí desmayado, atan mis manos, empiezan a cuestionarme y encima de eso me acusan de trabajar con tu…- las palabras quedan en el aire y él parece pensar más lo que dirá- primo? - finaliza entrecierro los ojos por lo extraño de la situación.
- Eso no es excusa, lo de las notas te delata.
-Por Dios, sólo fueron notas y ustedes aquí parecen acusarme por asesinato- Abdi se tensa al escuchar aquello y sus ojos empiezan a cristalizarse, no entiendo por qué le afecta.
- ¿Vas a responder o no? -le digo.
-No así Rosé- me dice con la mirada endurecida.
-No te desataré, puedes ser peligroso.
- ¿Desconfías de mí después de que te he cuidado tanto?
- ¿Cuándo me has protegido? – cruzo mis brazos.
- Eso no importa ahora, hay algo que debes saber.
-No te creo anda.
-Es sobre Jason.
- ¿Qué sabes de Jason? – susurro agarrando su barbilla entre mis dedos.
-Suéltame y te lo diré.
-No- digo tajante.
-Si así lo quieres- veo que se mueve un poco, se pone de pie y alza sus manos ya libres masajeando sus muñecas- no saben ni atar un maldito nudo y ya que no me quisieron desatar- camina hasta la fogata- me tuve que desatar solo- voltea a vernos y nos hace seña- siéntense, tenemos que hablar- se sienta frente a la fogata extendiendo sus manos y cerrando sus ojos disfrutando del calor.
Nos volteamos a ver a la misma vez, me muevo primero indicándole que vayamos con él, algo importante tendrá que decirnos. Nos acercamos y nos sentamos al otro extremo.
-Bien, ¿Qué es lo que nos tienes que decir? – hablo rompiendo el silencio.
-Entonces era mentira- me ve directo a los ojos.
- ¿de qué hablas?
-No estabas desaparecida, me asustaron.
-Era necesario.
- ¿No pudieron preguntarme antes? Nos hubiéramos ahorrado el golpe- se toca la cabeza.
- Ya estamos aquí, desafortunadamente las cosas no se dieron como dices- dice Abdi.
- Bien, ya hablaremos luego de eso- fija sus ojos en mí.
- Y ¿qué es lo que tenías que decirnos sobre Jason? – me cruzo de brazos y él voltea a ver a Abdi.
- No sé si ella deba saberlo.
- Es de confianza.
- Bien.
- ¿Entonces?
- Sí es verdad que yo era el de las notas pe...
- Ya sabemos eso ve al grano- Digo ya ansiosa.
- Punto por punto Rosé, déjame terminar- no lo interrumpo así que sigue- eso lo hice por algo que sé, algo que escuché aquel día que faltaste a clase, que te saltaste la cerca de todas las casas de nuestra cuadra para entrar a tu casa desde una puerta trasera- mi cuerpo se estremece y me pregunto cuánto sabe- resulta que te seguí y entré a tu casa, me llevé la sorpresa de que no sólo estabas tú escuchando la conversación de tus padres, sino Jason también estaba ahí.
-Esa era una razón más para sospechar algo de él, en el momento que... escuché sobre... ya sabes- se detiene y juega nervioso son sus manos- que se aprovecharon de ti y el saber que él estaba implicado en eso, me heló la sangre. Cuando ibas a salir de la casa, Jason lo hizo primero, pero yo no salí- levanta su cabeza y su boca queda entreabierta, con las palabras en sus labios- y escuché algo que no sé si puedas manejar... ahí es donde entran las notas advirtiéndote, para que no confiaras en nadie- se pasa las manos por la cara, se levanta de su lugar y se arrodilla frente a mí.
Me quedo estática sin saber qué hará o a qué se refiere, lo único que sé es que tengo erizada la piel, estoy nerviosa ya no sé qué pensar o creer.
- Entonces ¿Qué escuchaste? – susurro, él sube sus manos hasta mi cara y me ve con temor a decir lo que sabe.
- Antes de que te diga es mejor que lo veas por ti misma, porque quizá no me creas.