52. Amor

Breve explicación: Confieso que el final de Rose no iba a tener un cierre de verdad porque planeaba sorprenderles con una corta continuación, PERO AHORA YA NO. Repentinamente cambié de parecer al encontrar un cierre que consideré muy ideal, así que me apunté a este nuevo final y por ello cambié los nombres de los títulos.

Ya me conocen, yo y mis cambios :D

***

Capítulo 52. Amor

Aedus

Asegurar el paso antes de darlo era el más efectivo. Yo no pude arriesgar ninguno porque había mucho que perder, tuve que planearlo todo y después empezar a mover las piezas en su debido momento. Paciencia fue lo que más se necesitó tener.

Ahora solo me faltaba quitar a Neira Relish de mi camino, pero pensar en la forma de hacerlo estaba tomando todo de mí porque su vida representaba cambio y su muerte todo lo contrario, si el dios oscuro quedaba libre nuevamente no tardaría en fastidiarnos la victoria.

Si los dioses vencían al dios maligno vendrían por la nueva dueña del cargo de las sombras. Hasta entonces debía protegernos de su poder porque Neira solo tenía un objetivo y aún no se rendía ante ello, en cualquier momento podría regresar por Rouse.

Ya casi se cumplían cuatro horas desde que ella se retiró de la batalla, me mantenía en suspenso su repentina decisión, pero estaba atento al más mínimo asomo de su poder. Y como si mi pensamiento la hubiera invocado, el aire del ambiente se tornó agresivamente pesado, percibí una cantidad excesiva de seres sobrenaturales cada vez más cerca. Aquello inmediatamente me puso de pie, apresurándome al balcón para observar la manada de lobos y grupo de hechiceros que nos rodeaban.

Desde lo alto de la torre los miré, analicé el aura que manejaban y el de todos estaba cargado de un poder desconcertante. Todos esos lobos eran soldados con un veneno mortal emanando de sus colmillos. No encontré una rápida solución para hacerlos retroceder, todos estaban afuera pendientes del progreso de nuestro triunfo… Repito, eran demasiados y mientras yo me ocupaba de un grupo los otros podían fácilmente llegar a ella. No, no. Mandé un aviso para que mi escuadrón especial volviera inmediatamente aquí, mi mensaje fue rápidamente respondido por Ozana, informándome que ya los estaba reuniendo.

Los atacantes cada vez estaban más cerca, no se apresuraban, se aproximaban a una velocidad lenta y en una postura agresiva, advirtiendo así su seguridad. No esperé más tiempo y me impulsé sobre la baranda para dejarme caer, aterricé sin ningún problema y me dirigí en su dirección, me detuve delante de la entrada principal del castillo justo en el momento que mi gente aparecía para reunirse conmigo, pude distinguir a Heaven entre ellos. Los que estaban dentro del castillo ahora estaban asomadas en la entrada para ver lo que ocurría, todos se nos unieron mientras que Hannah quedó congelada en su sitio.

No hicieron falta palabras para entendernos y organizarnos, enfocamos los puntos a atacar y se seguía notando nuestra desventaja, eran muchos para nosotros. Era todo un maldito ejército. Inmovilizarlos de una fue una posibilidad descartada debido a los hechiceros que mantenían invocado el poder que revocaba esa intención. No quedaba de otra que recibir y responder el golpe.

Y eso hicimos, de pronto todos los lobos saltaron agresivos en nuestra dirección, el padre de Rouse fue el único entre nosotros que pudo responderles en su forma animal. Eleonor, por su parte, combatió a espaldas de su marido derribando a los lobos que los atacaba, al igual que los demás con sus distinguidas habilidades, y en mi caso, desde mi posición me dediqué en obstruir cualquier paso al castillo y a responder los asaltos sin moverme demasiado de mi sitio. El golpe de poder de los hechiceros era respondido por el de las brujas, pero me tocó salvar a varias de su fuerza por la excesiva cantidad de lobos que no dejaban de relucir su violencia en manadas.

—¡Esto es demasiado! —reconocí la voz de Ozana cerca de mí, la vi en apuros tratando de derribar a los que intentaban vencerla, su cabello negro y atado voló en el aire por los giros rápidos que advirtió para librarse de ellos y recibir a más.

—¡Por los Dioses, no me puedo morir sin antes dejar mi hermosa descendencia! —gritó Abby en el medio del bullicio, defendiéndose y defendiéndonos como toda una profesional, se precipitó en mi dirección, soltando un potente golpe de poder tras mi espalda que derribó a un par que habían logrado cruzar el camino que intentaba proteger. En eso, un lobo saltó sobre ella, derribándola de golpe con sus colmillos listos para enterrarla sobre su cuello.

Y por reaccionar al instante en su dirección para evitar su muerte, dejé que algunos pasaran la dirección que trataba de proteger. Pero al momento de lanzar a ese lobo lejos de ella, me volví en mi sitio usando mi poder psíquico para sostenerlos de golpe y tumbarlos antes de que pusieran un pie dentro del castillo.

Pero me atravesaron más, la fuerza con la que nos golpeaba el ejército resultaba más potente que el de mi escuadrón. Seguí defendiendo la propiedad, canalizando mi poder específicamente para derrotar a los hechiceros que no dejaban de manipular toda la magia negra a su antojo.

La ventaja de tener a la familia Dell de nuestro lado nos facilitaba el trabajo, pero no lo suficiente porque se nos seguían viniendo fuertemente encima. Y de pronto aparecieron más ayuda, reconocí como una línea de brujos se precipitaban en nuestra dirección tras salir de un portal, Sasha Gastrell fue la última en aparecer, apresurándose en combatir a nuestro favor.

Sin embargo, los lobos se recuperaban rápidamente y se nos atravesaba con más arrebato y los hechiceros restauraban su magia con mayor potencia. Respiré queriendo controlar el huracán de emociones negativas que se impulsaba en mi interior, estiré las manos a mi costado y manipulé el aire de una forma beneficiosa, el ambiente se tornó frío, la madrugada se volvió más oscura advirtiendo un par de relámpagos que evidenciaban mi furia. Abby quedó defendiéndome al observar el resultado que dejó la fuerza del viento en nuestros contrincantes, el soplo agresivo del viento corría en todas las direcciones, desconcertando el asalto de los lobos…