Roses

Life of the party

— ¿Estás listo para volver a tu ciudad natal?

La voz de la entrevistadora es amable, coloquial. Shawn piensa que los encargados del canal han tenido buen ojo al escogerla. Es mayor que él, y probablemente, que la gran mayoría de sus seguidores, pero aún así, su aura y entusiasmo le hacen parecer más joven.

— Listo. Listo y completamente ansioso, hace mucho que no veo a mis amigos ni paso tiempo completo con mi familia.

El tono de su respuesta es relajado. Por primera vez, en muchos días, ha dormido bien, incluso más de las ocho horas que se consideran como necesarias. Ir a la cama temprano había sido la mejor decisión de su vida. Ahora se sentía fresco y descansado para su última entrevista antes de su viaje de regreso a casa.

— ¿Entonces serán netamente días destinados a las vacaciones?

— Pues... es la idea, aún así, ya me encuentro en proceso de escribir nuevas canciones para un nuevo álbum.

Su respuesta había causado un grito ahogado a un grupo de afortunadas fans que habían ganado acceso a la entrevista. Shawn no podía sentirse más agradecido por cada una de ellas, aún no se acostumbraba del todo a que hubiera gente que lo admirara de esa manera. Ellas llevaban horas esperando por su llegada, seguro durmiendo la nada misma. Él les sonrió y dedicó un saludo con ambas manos, recibiendo como respuesta un grito más estruendoso que el anterior.

— ¿Existe entonces algún tipo de inspiración especial que encuentres en casa?

Vaya, esa pregunta había sido mucho más personal de lo que él mismo podía llegar a imaginar.

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— ¿Más papas? - Pregunta su madre, extendiendo un bol repleto de estas a Shawn y sus primos.

Con tan solo poner un pie en su casa, había recibido un gran y estruendoso ¡Sorpresa! Y vaya que lo habían sorprendido. Se encontraban allí todos sus familiares y algunos amigos. Se sentía bien poder estar en casa otra vez, era casi como volver a ser niño. Verlos a todos reunidos le recordaba como una de las tantas navidades que habían compartido. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se había dado el espacio de tener un momento así. Si bien las 'fiestas' no eran precisamente lo suyo, el poder compartir con todos de ese modo era un verdadero deseo hecho realidad.

No, gracias, ma. Así estamos bien.

— Habla por ti. Yo sí quiero -contestó una de sus primas, recibiendo aquel bol y teniendo que defenderlo al instante de un montón de manos que amenazaban por acabar su contenido de una sola vez.

— ¡Shaaaaawn! ¿Puedes ayudar a Emma?

Las voces y risas alrededor de él son tantas que es difícil poder centrarse en una sola, sin embargo, cuando es su hermana menor quien habla, él no es capaz de concentrarse en nada más. Se pone de pie, dejando de lado a sus ruidosos primos y se acerca hacia Aaliyah. No podía creer lo grande que estaba ya, aunque, claro, eso no importaba. Siempre sería su pequeña y adorable hermana.

Aaliyah comienza a avanzar hasta la cocina solo con ver a Shawn acercarse hasta ella. Obviamente no va sola, sino que acompañada de Emma, su mejor amiga. Él estaba seguro que, en toda su vida, no iba a ser capaz de encontrar un par de amigas más cercanas que ellas. Se conocían más o menos desde los seis años y, ahora con trece, continuaban siendo tan cercanas como aquel entonces.

— ¿Qué pasa? - Preguntó Shawn, agachándose un poco para poder quedar a la altura de ambas amigas. No es que fueran precisamente pequeñas, pero debía admitir que él, a sus 18 años, era bastante alto.

Centró su visión en ambas, mas, el ver a Emma había sido un trago algo amargo, o quizá agridulce. Emma era la hermana menor de Azul, su primer amor. Qué nombre tan particular, ¿verdad? Es lo primero que había pensado acerca de ella en cuanto la había conocido. 'Sí, es por el color y, bueno, por nuestras raíces latinas', le había explicado ella en una ocasión y Shawn pensó que sus padres no podían haberle dado un nombre mejor. Az, como todos la llamaban, era capaz de llenar de color hasta el más oscuro de los días. Ese era el modo especial que tenía para recordarla.

— En mi clase de karate nadie me cree que te conozco ¡Y me llamaron mentirosa!

— ¿Puedes creerlo? Incluso la acompañé yo un día y dijeron: 'Mentirosas, Shawn Mendes no tiene hermana'.

— Fue catastrófico, quise golpearlas, pero el profesor me regañó porque dijo que el karate era solo para defensa personal.




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