Rosi (viaje de fin de curso I)

Lágrimas amargas

— Estás muy guapa esta noche— Álex la toma por la cintura y se acerca a su oído, el cálido aliento de él le eriza los vellos de todo su cuerpo.

— ¿Sólo hoy estoy guapa?— coquetea con él mientras se deslizan por la pista al ritmo de la música.

— Siempre lo estás— la mira fijamente mientras acerca su cara con lo labios entreabiertos, ella lo mira hipnotizada, por fin va a ocurrir, Álex la va a besar. Los labios de él son suaves, presiona su boca con delicadeza mientras acaricia su espalda produciéndole un hormigueo que le recorre la columna, cuando profundiza el beso los dos corazones laten al compás del movimiento de los labios, Rosi jadea cuando él se separa, la mira interrogante intentando averiguar si le ha gustado, entonces ella le sonríe y le besa sorprendiéndole.

— Vamos Rosi— Estrella tira de la mano de su amiga y se colocan en la fila de la conga que rodea la pista, Rosi intenta soltarse pero Cris la toma de la otra mano y se pone detrás de ella tomándola por la cintura, Álex aparece de enmedio del barullo y de un codazo quita a Cris de su sitio detrás de Rosi. Cris molesto lo empuja a su vez para conservar su lugar.

— Ella es mía friki, anda y vete con tus amigos, aquí estás de más— le dice amenazante Álex.

Rosi se vuelve para ver qué ocurre, mira a los dos chicos sin saber que ocurre.

— ¿Pasa algo chicos?

Cris va a decir algo pero al final se lo piensa mejor y se marcha. Álex entonces la toma de la mano y se van de la fiesta sorteando a los asistentes, la lleva detrás de una celosía cubierta de enredaderas y se besan con pasión.

— No sé cómo he podido tardar tanto en besarte— se separa un segundo de ella y la vuelve a besar— sabes tan bien— ella toma la iniciativa y mordisquea el labio inferior de Álex, éste la acerca más a él y le toma la cara entre sus manos dando pequeños besos bajando por su nariz hasta apoderarse de su boca.

— ¿Rosi?— Estrella los sorprende.

— Tú como siempre tan inoportuna— le dice Álex molesto a su prima.

— Y tú cómo siempre un caradura ¿Qué jugada le vas a hacer ahora? No me fío de tí ni un pelo, algo estás tramando.

— ¿Qué te pasa? Me gusta Rosi, déjanos en paz.

— Si claro, la conoces desde hace años y pasas de ella completamente y ahora de repente te gusta, ¡Ja! No te lo crees ni tú.

— ¿Por qué no le puedo gustar a Álex?— interviene molesta Rosi, le duele que su amiga no pueda creer que le gusta a Álex cuando sabe que ella está enamorada de él desde que lo vio por primera vez.

— ¡Jo, Rosi! No quiero que te haga daño.

— Soy lo suficiente mayorcita para cuidar de mí misma— entrelaza su mano con la de Álex.

— Después no me digas que no te lo advertí— se marcha enojada a la fiesta.

Los dos se quedan en un incómodo silencio.

— Debes de ir a hablar con ella, sabes la cabezota que es, si no vas se llevará todo el viaje enfadada— mete un mechón de pelo tras la oreja de ella y le acaricia la mejilla.

— Es mi mejor amiga pero a veces me saca de quicio, voy a buscarla— le da un último beso y se marcha para encontrar a Estrella.

 

 

Por mucho que busca no encuentra a Estrella ni a ninguna de sus amigas entre la multitud, aburrida decide ir a buscar a Álex, desea volver a sentir sus labios sobre los suyos otra vez.

Se dirige al mismo lugar en dónde lo dejó y allí está, puede ver su cabeza entre los demás pasajeros, mientras se acerca su cuerpo se estremece de anticipación pensando en volver a estar entre sus brazos.
Casi al llegar se da cuenta de que está acompañado de Mario y unos chicos que no conoce, no entiende como Álex puede ser amigo de él, a ella nunca le ha gustado, la forma en que la mira siempre la ha puesto nerviosa.

Un tripulante de el barco se acerca al grupo y les dice algo, éstos se marchan hacia la proa que está desierta, ella no sabe si ir a buscar a Álex, no les gusta esos chicos, además le da vergüenza. Decide esperarlo en unos de los bancos que hay en los laterales del barco y así descansar un poco los pies, la brisa le lleva las voces de ellos aunque no consigue distinguir las palabras, ve cómo sacan unos cigarrillos y todos fuman menos Álex, que habla gesticulando y riendo. No puede evitar pensar en lo atractivo y guapo que es.

Las luces de los focos que iluminan la proa empiezan a parpadear y se apagan todos a la vez sumiendo a la cubierta en la oscuridad. Álex y sus amigos van hacia ella al quedarse a oscuras, vienen riendo cómo si estuvieran bromeando, parecen bastante animados. Rosi va a levantarse cuando escucha su nombre de la boca de Mario seguido de una gran risotada y se queda parada presa de un mal presentimiento, ¿Qué es lo que estarán hablando de ella? Recuerda las palabras de advertencia de Estrella y decide esconderse detrás del banco pegada a la pared.

— Os lo prometo, le echaré una foto cuando no se dé cuenta— dice Álex al pasar junto a ella.

— Pero tiene que ser en la cama y si se le ve algo, mejor que mejor— Mario y uno de los chicos levantan las manos y se dan una palmada.

— No creo que Rosi se deje, no parece una de esas chicas facilonas— dice otro chico.

Se paran al lado de Rosi que se ha quedado sin respiración al oír de lo que hablan, su corazón late tan fuerte que piensa que la van a descubrir.

— Entonces la apuesta es así. Te tienes que acostar con Rosi esta noche, no solo besos, ni otras tonterías. Si ganas, nosotros tres te daremos doscientos euros cada uno y te invitamos a beber toda la noche en Atenas. Si pierdes le tendrás que decirle a Rosi lo de la apuesta e invitarnos tú— la sonrisa lujuriosa de Mario le produce arcadas.

— La apuesta ya la tengo ganada, ella siempre ha estado loca por mí, me persigue por todos lados como un cachorrito— el corazón de Rosi se detiene a la par que ellos se ríen.

— No, no puede ser— se le escapa a Rosi inconscientemente.

— ¿Rosi?— Álex la busca en la oscuridad incrédulo.




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