Rosi (viaje de fin de curso I)

París ¿Sí? ó ¿No?

Rosi y sus amigos pasan la mañana callejeando por Mykonos y la tarde en una de sus paradisíacas playas bañándose en sus transparentes aguas, al día siguiente navegan y pasan el día en las piscinas y apuntándose a todas la actividades del día y de la noche. Rosi se divierte durante el día con sus amigos olvidándose de Cris, que parece haber desaparecido del barco y de su vida, las noches son lo peor, sola en su habitación mira la cama de él fijamente con las lágrimas saltadas echándole de menos. Álex es encantador con ella, cada vez que la ve distraída o con cara triste, comienza con sus bromas y enseguida le saca una sonrisa.

 

Rosi mira el reloj mirando pasar las horas, los minutos y los segundos, son las ocho de la mañana y ha estado toda la noche dando vueltas en la cama sin poder dormir nada más que dos horas, por mucho que lo intenta no puede dejar de pensar en Cris.

El móvil suena y se incorpora lánguidamente para tomarlo pensando en el día que le tendrán preparado sus amigos, un suspiro de cansancio se le escapa.

- ¿Rosi?- la chica se sienta en la cama en un santiamén al escuchar la voz de Lola, la madre de Cris.

- ¿Lola?- dice sin creerse que es ella.

- Siento molestarte, Cris no coge el teléfono y estoy preocupada.

- No me molestas, dime ¿que necesitas?

- ¿Cómo está Cris?

Rosi se queda en silencio unos segundos

- Bien, disfrutando del crucero- no se atreve a decirle que no lo ve desde hace días para no preocuparla.

-¿Te puedo pedir un favor?- dice titubeando- Si no quieres, no pasa nada, lo entiendo.

Rosi teme lo que le vaya a pedir pero si está en sus manos lo hará por ella.

- Él confía en tí, necesito verlo, si se va no volverá, quiero intentarlo por última vez- se le escapa un sollozo.

-Lola, no creo que pueda ayudarte yo...- a Rosi se le parte el alma al escucharla— él...

-Te ha apartado de su lado- no la deja terminar, sabe que algo ha pasado- Sabía que no debería haberte metido en mis problemas.

- No te culpes, no es por tí, nosotros nos conocíamos desde hace poco y no ha funcionado- su voz se rompe al decirlo.

- Lo siento Rosi, sé que yo soy la culpable- la escucha llorar.

-Dime ¿Qué quieres que haga?- el dolor de Lola atraviesa la línea telefónica hasta llegar al corazón de Rosi convenciéndola de que tiene que ayudarla cómo sea.

 

 

- ¡Ya voy!- grita con voz dormida Estrella.

- ¿Está Lucía?- Rosi entra buscándola en la habitación de las tres amigas.

- No ha pasado la noche aquí- Estrella bosteza- ¿Para qué la buscas?- no puede disimular su curiosidad.

- Necesito saber el número de la habitación de Cris- se sienta en la cama de su amiga.

- ¿Para qué?- pone sus manos en la cintura enojada, ella sabe todo lo ocurrido con él.

- Tengo que darle un mensaje de su madre- Estrella la mira interrogante- me ha llamado y.. ¡No me mires así!- su amiga la mira incrédula- Él muy imbécil no le coge el teléfono, estaba muy mal, quiere verlo para intentar arreglar las cosas.

- La 4576.

- ¿Y tú cómo lo sabes?

- Está al lado de la habitación de Álex y antes de que empieces a gritar, no te lo dijimos porque no era necesario ¿Vale? Cada vez que se dice su nombre te vienes abajo.

- Vale- se va de la habitación dando un portazo enfadada con ella misma.

 

Por el camino Rosi se repite una y otra vez que lo hace por Lola, que si no lo intenta siempre le quedará la duda de si Cris y su madre no podrían haberlo arreglado por su culpa.

Rosi apoya sigilosamente la oreja en la puerta del camarote de Cris, en su interior ruega que Lucía no esté con él, no podría soportarlo, aunque sea lo más probable ya que no ha dormido en su habitación. La puerta se abre y Rosi pierde el equilibrio cayendo sobre él, éste cómo si le diera un calambre la empuja para quitársela de encima.

- ¿Qué quieres? ¿Ya te has hartado de Alex?- sus ojos destilan desprecio.

-Traigo un mensaje de tu madre, está en Atenas, quiere reunirse contigo- decide entregar el mensaje y marcharse lo antes posible.

- No te molestes, no me interesa- agarra el pomo de la puerta para cerrarla en su cara.

-Lo que tú hagas no me importa-aguanta la puerta- le dije a tu madre que te daría el mensaje y lo hago. Te espera en Atenas, en el Barrio la Plaka en el restaurante Zorbas, si no estás allí antes de las dos, se irá y no volverá a ponerse en contacto contigo.

-No iré.

- Ya te he dicho que no me importa- dice Rosi, entonces él le cierra la puerta en las narices.

Ella se queda parada delante de la puerta, apretando los puños y respirando agitadamente, vacila en aporrear la puerta y decirle a Cris lo que piensa de él.

- ¿Rosi?- Álex ha aparecido a su lado- ¿Qué haces aquí?

- Nada- mira fijamente la puerta- ya he hecho lo que tenía que hacer, vamos a tomar un café.

 

 

- Bueno, ya llegó la hora- Álex ha intentado averiguar lo que hacía ella en la puerta de Cris pero no lo ha conseguido- ¿Nos vamos a París?-Rosi no contesta, no tiene todavía claro lo que hacer- Sólo son tres días, la Torre Eiffel, paseo por el Sena, Museo del Louvre, venga,
lo pasaremos bien.

Cómo si el destino quisiera que fuera a París, Cris aparece con sus amigos, va riendo y de la mano de Lucía.

- Parece que ha pasado página- Álex también los ha visto- ¿Vas a desperdiciar la oportunidad de hacer el viaje de tus sueños? ¿Por él?- lo mira con desdén.

- Me encantaría ir contigo a París- por fin se decide, no para vengarse de Cris, sino por su amigo- lo hago por tí, te lo mereces después de haber trabajado tan duro para conseguirlo.

- ¿Estás segura?- la mira incrédulo.

- Nunca he está más segura de algo- aprieta su mano.

- ¡Allá vamos París!- grita de alegría atrayendo la mirada de los comensales.

 

- ¿Y mi primo, a dónde ha ido? El taxi tiene que estar a punto de llegar- Estrella mira por todos lados.




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