Rosi (viaje de fin de curso I)

Vuelta a la vida

                         UN AÑO DESPUÉS

—Rosi, no seas cabezota—insiste Carmen— no puedo retrasarlo más, hoy tengo que confirmar quiénes vamos a la boda.

— No voy a ir y por más que me lo pidas no vas a convencerme— se pone los cascos con la música a toda volumen como hacía Cris para no seguir escuchando a su madre. La música es lo único que consigue sacarla un poco de su apatía.

—No sé que te pasa hija— escucha la voz preocupada de su madre amortiguada por la música— Tú antes no eras así—ve por el rabillo irse a Carmen derrotada.

No, no lo era pero es lo que ha quedado después del rechazo de Cris, no puede evitar amarlo ni olvidarlo y eso hace que esté triste y amargada. Y ahora su madre quiere que vaya a la boda de Rodrigo y Ana, no entiende que no quiera ir, Cris va a estar allí, es la boda de su padre y todavía no está preparada para verlo, nada más pensarlo se le saltan las lágrimas.

La luz parpadeante del móvil la avisa de un mensaje, es Estrella.

—Voy a entrar en tu casa, ven pronto, ya sabes cómo está tu madre de pesada con la boda.

Mira la hora y han pasado diez minutos desde que lo envío, sonríe al pensar en su madre dándole la charla a Estrella para que la convezca de que vaya a la boda.

— No lo entiendo ¿Si conoció al chico en el viaje?¿Cómo puede estar así por él?— su madre gesticula alterada delante de Estrella que la mira con cara de resignación— En mis tiempos si un chico te daba calabazas, llorabas, pataleabas y a otra cosa mariposa.

—Pero ella...—intenta hablar su amiga.

— ¡Un año! Lleva un año sin salir, nada más de la universidad a casa ¿Así cómo va a conocer a alguien? ¿Cómo podrá olvidarlo? Ella es guapa, inteligente, yo iría a esa boda con un buen maromo y le refregaría lo que se ha perdido— alza la voz frustrada.

—¡Rosi!— respira aliviada su amiga al verla entrar en el salón.

—Vamos— Rosi toma el bolso del perchero ignorando a su madre.

 

 

—¡Espera, que no puedo andar tan deprisa con los tacones!— grita Estrella a Rosi.

—¿Y a dónde vas hoy?— Rosi mira el atuendo de fiesta que lleva su amiga, un traje negro corto sin tirantes con un bolso rosa fucsia al igual que sus altísimos tacones.

— A dónde siempre, a la Flasht, hoy canta Aiden con su grupo y me he querido arreglar un poco.

— Dicen que está muy bien esa discoteca— vuelven a caminar.

— Pues vente conmigo y así la conoces, van a estar Álex y algunos amigos de la universidad,— mira a Rosi interrogante.

— No me apetece, gracias.

— Tu madre tiene razón— se para enmedio de la calle— comprendo que lo que te pasó fué muy fuerte, pero ya deberías pasar página.

—Otra vez no— rueda los ojos— tú y mi madre me tenéis harta.

— Te queremos y estamos preocupadas por tí.

— Lo sé, pero es que...

— ¡Es que nada! Pasas totalmente de todo el mundo, te has encerrado en ti misma con una coraza que no podemos atravesar— Estrella intenta contener las lágrimas bordean sus ojos.

— Estrella...

— No, déjalo, ya sé que nada de lo que te digamos valdrá para nada si no quieres o no estás preparada para avanzar, por mucho que insistamos es inútil— se limpia las lágrimas— He ido a verte porque al igual que tu madre no me voy a rendir contigo— abraza a Rosi— siempre juntas— la aprieta entre sus brazos.

Una pequeña grieta se abre paso en el corazón de Rosi ¿Qué está haciendo con su vida? ¿Merece Cris que lo espere cuando está claro que no siente lo mismo por ella? Ha pasado un año ya, si de verdad la quisiera cómo le dijo hubiera vuelto e intentado arreglarlo.

— Iré contigo, pero no te prometo que aguante mucho tiempo.

—¡Bien, bien!— la suelta y le da dos besos emocionada— pero antes vamos a arreglarte un poco.

— ¡Ay qué alegría me das de que vayas a salir!— Carmen mira a su hija feliz, la mira de arriba a abajo, está muy bella con su traje negro con la espalda de encaje, se ha puesto unos enormes aros plateados igual que sus zapatos y se ha recogido el pelo con un peinado informal. En un impulso Rosi abraza a su madre.

— Te quiero mamá— le da dos besos y sale con su amiga deprisa para tomar el taxi que les va a llevar al Flasht.

 

 

— ¡Guau! Estás genial pequeñaja— Álex se acerca a saludar a Rosi en cuánto las chicas aparecen la discoteca.

— Hola Álex— le contesta con timidez, lleva sin verlo desde hace mucho tiempo.

— Ven siéntate con nosotros, pronto empezará la actuación— la lleva junto con algunas personas que conoce de la universidad.

—Hola— la saludan todos.

—Hola— Rosi se ruboriza al sentir sus miradas puestas en ella.

—Ya salen, ya salen— Estrella mira emocionada a su novio y a su grupo.

—¡Buenas noches!— saluda Aiden al escaso público— ¿Preparados para divertiros?.

—¡Sííííííí!—Estrella grita mientras aplaude poseída a su novio.

— No te hagas muchas ilusiones— le dice Álex al oído a Rosi— no lo hacen muy bien.

El chico tiene razón, a la tercera canción nada más queda de público Álex, Estrella y Rosi. A los Speedy parece no importarles y siguen con la actuación si se puede llamar así, Aiden desafina y cada miembro del grupo toca a su ritmo, Rosi no ha escuchado algo peor en su vida.

— Te avisé— Álex la mira con su bonita sonrisa mientras se tapa un oído tras el último chillido del cantante.

—No está tan mal— intenta ser amable.

— Rosi, por favor, son horribles— Estrella la mira riendo— si quisieran hacerlo peor no podrían— su novio termina la canción y ella vuelve a aplaudir.

— Eso sí que es amor verdadero— Álex mira con cariño a su prima que le saca la lengua al escucharlo.

— Ahora vuelvo, voy a buscar al artista— guiña un ojo y se va dejándolos solos.

— A ver ¿Porqué has puesto esa cara de haber chupando un limón?— Le pregunta Álex sin cortarse ni un pelo— Ya veo, él— contesta el mismo cuando ella no dice nada— mira lo del amor verdadero no iba por tí, de verdad, lo siento— la mira apenado.




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