Rosi (viaje de fin de curso I)

Ana

— No debiste decirle nada— Rosi le reprocha a Álex aún estremecida por las palabras de Cris cuando él desaparece de su vista.

— ¿Seguro no te ha dicho o hecho algo?— duda al verla con las gafas de sol estando el día nublado.

— No me ha dicho nada, estaba en el baño— un dolor sordo en la cabeza le está empezando. Álex al ver su mueca estira la mano para quitarle las gafas de sol, a lo que la chica responde agarrándole la mano— No quiero que vuelvas a hablar con él, te agradezco que quieras defenderme pero te has pasado, yo puedo hacerlo sola— entrelaza los dedos con los de él— a partir de ahora no vendrás a recogerme.

— Rosi...

— No, Álex, no quiero que tengas problemas con Cris y conociéndote cómo te conozco sé que más temprano que tarde meterás la pata con tu gran bocaza— el chico molesto se suelta de la mano.

— ¿Estás rompiendo conmigo?— Álex pregunta con sorna.

— No hay nada que romper porque nosotros no somos nada más que amigos... todavía— Rosi sonriendo se apodera de su boca en un beso tierno y seductor lleno de promesas.

— No juegues conmigo— la mira con deseo aunque la aparta de su lado— si no estás preparada o no sientes nada más que amistad, éste es el momento de aclararlo— ella lo mira pensativa durante más tiempo de lo normal y la compresión se va abriendo paso en él— No me quieres nada más que como amigo— afirma.

— Álex, lo estoy intentando, creo que hay algo más pero no sé...

— Has estado jugando con mis sentimientos sin importarte— Álex la mira cómo si la viera realmente por primera vez— Me has utilizado— se vuelve para irse.

— Álex, yo no te prometí nada, te dije...

— Quizás— se vuelve molesto— me dijiste quizás, me diste esperanzas a sabiendas de que no sentías nada por mí. ¿Por qué? ¿Para entretenerte mientras olvidas a Cris?— eleva la voz sin darse cuenta— Pues que te quede claro, no soy el segundo plato de nadie. Pensaba que me querías pero que necesitabas tiempo para darte cuenta, el que no se daba cuenta de que te estabas aprovechando de nuestra amistad era yo, hasta Estrella me advirtió y no quise escucharla.

— Escucha Álex...— el chico la mira furibundo y Rosi piensa que es mejor callarse en este momento.

— No quiero volver a verte— se aleja rápido.

Rosi se queda mirando la espalda de él hasta que Álex se marcha en su coche, una gota de lluvia cae en su nariz, luego otra sobre su mejilla y pronto un fuerte chaparrón la empapa de pies a cabeza, ella no lo siente, mira sin ver reflexionando sobre lo que ha pasado, ha perdido a otro de sus mejores amigos por no confesarse a sí misma que todavía no estaba preparada para intentar una nueva relación,   pero lo va a solucionar, no va a perderlos, va a luchar por su amistad, no va a ser fácil pero lo va intentar, no, mejor lo va a lograr y con una media sonrisa corre para refugiarse entre las columnas que rodean la facultad.

 

 

— ¿No te lleva hoy Álex a la universidad?— Carmen no sabe nada y está extrañada de que Álex no haya aparecido ni llamado en una semana.

— Está ocupado con los exámenes y el trabajo— Rosi no quiere que su madre se entere de lo que le ha hecho a Álex, se avergüenza de su comportamiento y de haber sido tan egoísta sólo pensando en ella.

— Ummmm— su madre la mira con el ceño fruncido— ¿No lo habrás espantado con la tontería de Cris?— se sienta en un taburete de la cocina, alicaída.

— Álex sólo es mi amigo.

— Eso no te lo crees ni tú, el chico va detrás de ti cómo un tierno corderito.

— ¡Que cosas tienes mamá!— Rosi se sonroja.

— También te aconsejo que si de verdad es sólo un amigo para ti se lo dejes claro, es un buen chico— suspira— ¿De verdad que no estás todavía engatusada con Cris? Porque tiene novia, Ramiro está muy feliz, el chico ha cambiado para mejor— duda si decirle todo lo que sabe— temen que esto de las clases de refuerzo contigo lo destabilicen.

— ¿Que yo lo destabilice?— se levanta del taburete casi derramando el zumo de naranja— él me dejó en un país extranjero sola, me humilló delante de su familia— toma su mochila bruscamente— puedes decirles que estén tranquilos, mi interés por él es su ayuda para aprobar esa mierda de asignatura, sólo eso— se marcha dando un portazo que hace temblar las jambas.

 

En el autobús que la lleva a la universidad, más calmada, decide no pensar más en la conversación con su madre, le ha dolido saber que Ramiro piense que puede ser una mala influencia para su hijo, aunque no comparta su opinión, comprende su preocupación, Cris estaba realmente mal antes y luego de lo ocurrido con su madre. Toma el móvil y le escribe un mensaje a Álex, todos los días le manda uno y lo seguirá haciendo hasta que el chico la perdone:

No hay palabras ni actos para expresar lo arrepentida que estoy por lo mal que me he portado contigo, sé que con el tiempo me perdonarás, espero que no tardes mucho, te echo de menos. Tu pequeñaja.

Estrella la ha bloqueado y no le coge el teléfono, aún así le deja mensajes en el buzón de voz pidiéndole perdón.

Con Cris ha tomado la decisión de llevarse todo lo bien que pueda, tiene que ser consciente de que ella no puede cambiar los sentimientos de él, si no siente nada por ella, pues a aguantarse y a seguir, la vida es muy larga, llena de alegrías y descrubimientos. ¿Quién sabe dónde estará su media naranja? Después de mucho tiempo y equivocaciones creyendo que había superado lo de Cris, ahora, en este autobús con una mirada soñadora mira el paisaje sabiendo que lo ha conseguido.

 

Cris la espera sentado con sus característicos cascos puestos escribiendo en su ordenador portátil.

— Hola— lo saluda también con la mano colocándose delante de él para que vea que ya está allí.

— Hola Rosi— la saluda quitándose los cascos y apagando el móvil.

— Vaya, si has venido— la novia de Cris aparece detrás de él.

— Hola— le dice fríamente a Ana— ¿Empezamos?— Rosi se sienta, ha venido a estudiar, lo que haga aquí ella no es de su incumbencia.




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