Rosi (viaje de fin de curso I)

Cumpleaños

Hoy os he echado mucho de menos, cómo sabéis es mi cumpleaños, he estado recordando y viendo fotos de nosotros tres, me parte el corazón que no os hayáis acordado de mí, intento comprenderos, sobre todo a tí, Estrella, sé que quieres mucho a Álex y al final tenías razón, le he echo daño, pero ¿Ninguno os habéis equivocado alguna vez? Seguro que sí y seguro que lo pasaríais fatal después igual que yo, os necesito en mi vida, sois una parte muy importante en ella. Os quiero.

Rosi graba el mensaje en el buzón de voz de su amiga y envía el mensaje a Álex, ha estado esperando una señal de ellos toda la mañana, dolida porque ninguno de los dos le han felicitado pero decidida a que la perdonen les ha mandado un mensaje como todos los días.

— Felicidades cariño— el padre le da dos besos en las mejillas para felicitarla cuando llega del trabajo.

— Gracias papi— le dice emocionada al verle con una caja envuelta en papel brillante con los colores del arcoiris.

— Ábrelo, ábrelo— su madre está  ansiosa por saber si el regalo que con tanta ilusión le han comprado le gusta a su hija.

Rosi ilusionada rasga con rapidez el papel, abre la caja y se encuentra con otra más pequeña, con una mirada de sufrimiento fingido la abre y encuentra otra más pequeña, así hasta que después de cuatro cajas más y un salón lleno de cajas y papeles desperdigados, por fin encuentra un sobre de color lila, nerviosa mira a sus padres que le sonríen, temblando, sin tener ni idea de lo que puede ser, abre finalmente el regalo.

— Anda, no llores— la abraza Carmen— ¿Te gusta?

— ¡Sííííííí!— se limpia las lágrimas y abraza a Antonio con fuerza— Gracias, gracias— dice atropelladamente— ¿Pero cómo habéis sabido que es mi artista favorito?

— Bueno, después de escucharte graznar sus canciones una y otra vez nos dimos cuenta que te gustaba bastante ese músico en particular— su padres ríen felices de haber sorprendido a su hija— También pensamos en unos cascos— se burla Carmen.

— O un bozal— sigue Antonio.

— Álex es quién se ha encargado de comprar las entradas del concierto y hacer las reservas del hotel y el avión— A Rosi se le congela la sonrisa, ahora no puede decirse a si misma que a Álex se le ha olvidado su cumpleaños, lo sabe perfectamente y no la ha felicitado a sabiendas, si ha querido hacerle daño, lo ha conseguido— Si te has dado cuenta, las entradas y lo demás son para dos personas, para que invites a quién quieras— Carmen guiña un ojo a su hija— seguro que a Álex no le importaría ir.

— Carmen, ella invitará a quien le parezca mejor— su esposa es una mujer extraordinaria y no se le escapa ni una, pero parece no ver que algo ha pasado entre Álex, Estrella y Rosi.

— Se lo diré— la chica mira las entradas otra vez deseando que llegue el día y que alguno de sus amigos acepte ir con ella— Uff, ¡Qué pocas ganas de ir hoy a estudiar!— resopla.

— Pues haber hincado más los codos— su madre le habla claro y aunque sea dura, dice la verdad, si no hubiera estado tan distraída hubiera aprobado y no tendría que ir a la universidad en su cumpleaños.

— Mujer, la chica ha echo lo que ha podido y ahora con la ayuda de Cris, seguro que aprueba— su padre siempre la defiende.

— Lo haré— dice convencida Rosi, cada día confía más en ella misma— Y ahora sí que me marcho o perderé el autobús— se va con una sonrisa de oreja a oreja.

— La veo mucho mejor— Carmen se siente aliviada al ver a su hija feliz, hacia tiempo que no la veía sonreír, con un suspiro apoya la cabeza en el hombro de su marido— Ya sólo falta que se reconcilie con Álex y Estrella.

— ¿Lo sabes?— la mira impresionado a lo que ella responde alzando la ceja con suficiencia.

— ¿Llueve para abajo? Pues claro que lo sé, aunque a veces pasen días sin verse siempre se llaman o se mensajean. ¿No te diste cuenta de la cara de Álex cuando fuimos a que nos ayudara?— Antonio asiente.

— Me parece que no vamos a tener yerno de momento— por supuesto que vió la cara del chico, daba pena verlo tan triste.

— ¿Te caía bien, eh?

— Mejor que Cris, un poco alocado pero se ve que la quiere.

— Pues yo todavía no descartaría a Cris de la escena— da un beso cariñoso a Antonio en la mejilla.

— No sé, no sé— quiere que su hija sea feliz y hasta ahora Cris nada más que le ha dado disgustos.

— Pues ve acostumbrándote— Carmen palmea suavemente el hombro de su marido— ya te digo yo que esos dos acaban juntos.

 

 

Rosi espera a Cris en la sala de estudios reservado para el proyecto Auxilium, una sala enorme iluminada por múltiples ventanas por las que puede verse el campus rodeado de árboles y el mar azul. Las mesas ya están ocupadas por los tutores y sus alumnos, sólo faltan Cris y parece que Ana. Una chica rubia asoma la cabeza tímidamente por la puerta buscando con la mirada a alguien, sus ojos se posan en Rosi, con la boca forma el nombre de ella para no interrumpir el silencio casi sepulcral de la sala y le indica con la mano que se acerque, Rosi mira a los lados para ver si la chica está llamando a otra persona, no es así, la rubia la señala a ella, con cuidado de no hacer ruido se levanta y va en busca de la desconocida.

— Shhh— le indica con la mano que la siga lejos de la sala dónde no puedan molestar— ¿Eres Rosa Martínez?— la chica se ve incómoda.

— Sí— la rubia parece tranquilizarse.

— Me manda Ana, ella y Cris están con el profesor Menéndez ultimando unos detalles del proyecto y llegarán tarde, mientras tenemos que esperarlos en la biblioteca haciendo unos ejercicios.

— Así que eres la alumna de Ana— Rosi se fija más detenidamente en ella, es un poco más baja que  ella, de complexión menuda, melena muy rubia casi blanca, ojos azules, barbilla puntiaguda y la tez crema cubierta de pecas, a Rosi le recuerda a un pequeño duende asustadizo.

— Si— sin decir nada más sale apresurada hacia la biblioteca. Rosi la sigue con dificultad, más que andar parece que corre




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.