Rosi (viaje de fin de curso I)

Calor, mucho calor

Advertencia, escenas subiditas de tono. 💞💞

Él se levanta y va hacia ella, ninguno de los dos puede apartar la mirada del otro, con cuidado ayuda a Rosi a entrar en la tienda, ella no puede evitar sonrojarse, Cris acaricia su fría mejilla y le da un fugaz beso en la comisura de los labios para a continuación tomar la mochila y salir al exterior.

— Espérame— le dice mientras cierra las cremalleras de la tienda.

Rosi mira la entrada sin entender  a dónde va Cris escuchando sus pasos alejarse cada vez más ¿Habrá sido capaz de dejarla plantada allí? No, no puede ser, él no haría una cosa así, los minutos pasan y la chica cada vez está más nerviosa, ¿Dónde está? ¿Por qué se ha marchado? Quizás no debió presionarlo, ¿Y si lo ha espantado con su insistencia?
Cansada de esperar se mete en el saco de dormir y mira las estrellas brillando en el cielo, poco a poco el sueño la va venciendo y sin pretenderlo se queda dormida.

Unos helados besos en el cuello la despiertan a la vez que siente un cuerpo detrás de ella.

— ¿Cris?— pregunta adormilada.

— ¿A quien más esperabas?—  apoya su mano en la cintura de ella pegándola a él.

— ¿Por qué te has ido?— se vuelve para quedar boca arriba, quedando cara a cara con Cris.

— Quiero hacer bien las cosas— no puede resistir darle un rápido beso en los labios entreabiertos de ella— he roto con Ana— nada más comprender lo que le ha dicho Cris, Rosi toma su cara y lo atrae hacia ella, sus labios suaves chocan con pasión uniéndose, luego se separan unos segundos para inmediatamente unirse otra vez, sus lenguas se mueven al compás, ávidas de darse placer. Rosi jadea y lo acerca más todavía si puede a ella mientras juega con su pelo. Temblando, Cris se separa y se quita el abrigo lo más rápido que puede para seguir saboreando a Rosi.

— ¿Estás segura de seguir?— Cris mira los labios hinchados de ella, su mirada llena de deseo y su excitación aumenta al saber que él es el culpable de ello.

— ¿Y tú?— dice quitándose el jersey, él se deleita en las curvas de Rosi, en el valle de sus senos atrapados en suave encaje negro, en la firmeza de su vientre y se quita su jersey ansioso de sentir la sedosa piel de Rosi, su calidez.

Ella observa desde su posición las emociones que pasan por el rostro de él, incertidumbre, deseo, con un valor del que no creía tener, estira su mano y acaricia el duro pecho de Cris hasta llegar a su corazón dónde se detiene, su corazón late agitádamente, tan fuerte que parece que quiere escapar de su prisión de huesos, él contiene la respiración dejando hacer a Rosi, deseando que continúe con sus caricias, lo que la chica hace rápidamente, ávida de conocer cada milímetro de la piel de él, cuando llega a la cintura del pantalón Cris la detiene.

— Ahora me toca a mí— empieza a besar el cuello de Rosi que se estremece al sentir el cuerpo de él encima de ella, va bajando por su clavícula hasta llegar a los senos que se mueven a la par que la respiración acelerada de la chica, con delicadeza baja un tirante y luego el otro liberándolos, Rosi se sonroja al sentir la dureza de sus pechos anticipándose a las caricias de Cris, anhelando sentir su labios por ellos, lo que ocurre enseguida, gime de placer, un placer desconocido y delicioso Cuando Cris se separa, su cuerpo se curva pidiendo más, sin embargo él con una sonrisa traviesa sigue su camino descendente hasta el inicio de la feiminidad de ella.
El chico intenta desabrochar el pantalón, pero el botón con los nervios se le resiste y ella ni corta ni perezosa le aparta las manos y se quita la prenda en un periquete haciendo sonreír a Cris que no pierde el tiempo en hacer lo mismo que ella quedando los dos en ropa interior.
Rosi mira el abultado calzoncillo de Cris un poco cortada y a la vez ansiosa de ver lo que oculta, él no puede dejar de admirar su silueta desnuda sólo cubierta por un minúsculo tanga negro, traga saliva y Rosi al ver el gesto sé lleva la mano a la prenda interior y la baja por sus torneadas piernas clavando su mirada en el profundo azul de los ojos de él oscurecidos por el deseo, al acabar se incorpora y sin apartar la mirada le baja el slip liberando su masculinidad. 
Cris no puede aguantar más y la toma entre sus brazos temblando, acuna la cara de Rosi y la besa tiernamente, recreándose en cada rincón de su boca cayendo encima del saco de dormir. Sus manos recorren la espalda de ella hasta llegar al trasero atrayéndola, Rosi gime en la boca de él a la vez que lo acerca animándolo a seguir, él con una tranquilidad que no siente separa sus piernas y se acomoda entre ellas, la humedad de la chica lo enardece más, quiere tocar, saborear su feiminidad pero es la primera vez que están juntos y no tiene paciencia para hacerlo, sólo piensa en estar en su interior, Rosi quiere lo mismo y mueve sus caderas ofreciendo su cuerpo y su corazón, él se rinde y con suavidad pronto son uno. Rosi lo siente en su interior, se siente completa, llena y terriblemente caliente, así que mueve sus caderas, Cris empieza suavemente, cada embestida es un tormentoso placer.

— Más— Rosi mueve sus caderas a un ritmo más fuerte, Cris cómo no, la complace al instante, pronto el placer les hace olvidar los pensamientos y sólo pueden sentir hasta explotar al unísono con fuertes gemidos.

— Te quiero, Rosi— Cris le sonríe con la respiración agitada mientras todavía están unidos.

—  Te quiero, Cris— Rosi lo besa con pasión y esas tres palabras hacen que el chico se excite cómo nunca lo ha hecho y empiece a crecer en su interior.

— Pensé que tenías que esperar un poco— dice sorprendida Rosi al sentirlo.

— Me vuelves loco— lleva los brazos de Rosi detrás de la cabeza y entrelazan las manos y Cris empieza a moverse lento, muy lento, Rosi más relajada disfruta de cada roce de su piel, de cada beso, de cada caricia y sin esperárselo llega a un clímax, largo, intenso y liberador, Cris la sigue enseguida al sentir cómo ella estalla debajo de él.




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