Rosi (viaje de fin de curso I)

¿Dónde estás?

— Yo te acompaño— Rosi no quiere dejar a Cris a solas con Ana, que sigue dormida cómo un angelito en la parte trasera del coche que ha venido a recogerles.

— No creo que le haga mucha gracia verte cuando se despierte— Cris está abatido desde que vió a Ana, esperaba enfrentarse a ella de otra manera, ni en sueños podría imaginarse que ella aparecería en el aeropuerto después de romper con ella.

— Le explicaremos lo que ha pasado— insiste la chica temiendo que Ana pueda dañar o romper lo que acaban de comenzar, es capaz de eso y mucho más.

— No, Rosi— acaricia la mejilla de ella con delicadeza reflejando en sus ojos una profunda tristeza— yo soy el culpable de esta situación, es mi responsabilidad.

— Yo no quería...

— Shh— le pone el dedo índice en los labios para acallarla— lo solucionaré, no temas, hablaré con ella y si no lo entiende será su problema, entre ella y yo todo ha terminado— se pone firme aunque sigue con la cara triste.

— Pronto despertará— Lenon se acerca a ellos impaciente por marcharse, cuidar de Justi es bastante complicado aunque sea un buen chico.

— Vamos Isabella— Justi abre la puerta trasera del coche y la chica se introduce con cuidado de no despertar a la fiera— Cris ayúdame a incorporar a Ana.

— ¡Mamá!— Laura levanta la mano para hacerse ver, después de aparecer la ex de Cris han tenido que cambiar de planes.

— En cuánto termine de hablar con ella, te llamo— Cris le da un fugaz beso en los labios y se mete raudo el el coche para ayudar a erguir a Ana, con delicadeza el chico la deja caer en su pecho y Rosi siente una punzada de celos al verlo. Lenon arranca en cuánto se ponen los cinturones dejando a Rosi preocupada.

— ¡Hola chicos!— les saluda Mary Jus, la madre de Laura, una mujer menuda y bajita que habla tan rápido que a veces no se le entiende— ¿Lo habéis pasado bien?— le da dos sonoros besos en las mejillas a su hija.

— ¡Ha sido un viaje inolvidable, el avión era... Y el hotel...!— Rosi deja de escuchar la conversación dándole vueltas a lo sucedido y lo que sucederá, está asustada, teme a Ana, aunque al verla de esa manera haya sentido pena por ella, no es de las que se rinden así sin más y aunque quiere negarlo sabe en su interior que le va a poner las cosas difíciles.

 

 

Rosi pasa la noche despierta esperando una llamada o un mensaje de Cris que no ocurre, cuando consigue dormirse son las cinco de la mañana, cuando su madre va a despertarla para ir a la universidad la ve dormida profundamente, habiéndola escuchado dar vueltas toda la noche y pensando que no iba a ir de todas maneras a la uni porque se suponía que el avión llegaba esa misma mañana y ha llegado antes porque Justi los ha traído en un avión privado, decide dejarla descansar, algo preocupa a su hija, espera por su bien que no tenga que ver con Cris, desde que se enteró por Ramiro de que su hijo iba al viaje ha estado intranquila, conoce a su hija y sabe que le perdonará todo al chico si él decide dar el paso con ella aunque jure y perjure que no lo hará, el problema está en que él tiene novia.

— ¿Pero qué hora es?— Rosi se despierta sobresaltada y mira la hora en su reloj de muñeca— ¡Mierda, son las una!— busca con la mano el móvil en la cama, lo ha perdido entre las sábanas mientras dormía, cuando lo encuentra lo enciende ansiosa y temerosa de encontrar un mensaje de Cris— ¡Joder, joder!— golpea el móvil contra la cama al no haber ni rastro de Cris. Algo malo ha pasado, piensa nerviosa mientras se levanta, prepara ropa para salir y se mete en la ducha para darse un baño rápido e ir a las clases de Auxilium, allí estará Cris y... Ana— Ufff— se le escapa, un escalofrío le recorre en pensar en enfrentarse a la arpía.

— ¿Dónde vas tan corriendo?— Carmen ve a su hija metiendo los libros en la mochila de cualquier manera.

— A clase— ni le dirije una mirada a su madre revisando lo que se va a llevar.

— ¿Pero vas a ir? ¡Si te acabas de levantar y no has comido nada desde ayer!— dice sorprendida por las prisas de su hija.

— Me preparado un bocadillo y lo como en el autobús— introduce las llaves en un bolsillo de la maleta.

— ¿No te recoge Justi?

— No contesta, estará dormido o vete tú a saber lo que estará haciendo— le contesta malhumorada, Justi desaparece siempre en el momento más inoportuno— lo llamo otra vez— marca el número del chico.

— Anda, te preparo el bocadillo y te llevo— los nervios de su hija se le están contagiando.

— ¿No tienes yoga?— su madre va todas las tardes a practicarlo.

— Se han suspendido las clases por unos días, hay una gotera que...

— Después me lo cuentas en el coche— no quiere entretenerse más, cómo le dé cháchara a su madre no llegará pronto cómo ella desea para hablar con Cris antes de las clases— voy al servicio y salimos.

— Pues si hija, Susana parece que va a cambiarse de local o cerrar— Carmen le cuenta a Rosi mientras conduce lo que le ha ocurrido— aparte de las goteras, le han subido el alquiler y no sabe si va a poder encontrar un local más barato cerca del actual, si no perderá a bastantes clientes.

— Claro— contesta su hija mirando por la ventana al darse cuenta que espera que le responda.

— Me da mucha pena la verdad, es una buena profesora...

— Ajá— dice mecánicamente.

— Y su hijo Ramón, ¿Lo recuerdas?

— Sí, muy agradable— en circunstancias normales estaría conversando alegremente con su madre, pero hoy no puede parar de pensar en que habrá ocurrido para que Cris no se ponga en contacto con ella.

— Y se comió la cabeza, pero primero la cocinó en salsa y los ojos...

— Muy bueno tendría que estar— la chica sólo ha escuchado comer y salsa.

— ¿Qué te pasa?— le pregunta Carmen riéndose.

— Nada, ¿Por?— vuelve la cabeza para que su madre no sé de cuenta de que no la ha estado escuchando.

— ¿Cris?— sólo quiere confirmarlo aunque lo sabe, su hija no ha estado nunca de esa manera excepto con lo ocurrido con el chico.




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