Rosi (viaje de fin de curso I)

La reina del averno

Rosi mira el exterior de la pizzería esperando que llegue Estrella perdida en sus pensamientos, piensa en cómo pedir perdón a su amiga y a Álex, sabe que con sus padres no tendrá problemas, más cuando les diga que durante un breve, brevísimo tiempo estuvo con Cris, por cómo ha reaccionado imaginarán que ocurrió algo más, pero es su familia y la apoyaran aunque se haya comportado de forma ruin.

Justi e Isabella están acaramelados recuperando el tiempo que han estado separados, David y Laura han sorprendido gratamente a Rosi, Isabella les ha mandado un mensaje explicándoles por encima lo sucedido y allí están mirando la carta de la pizzería. No han preguntado nada respetando el silencio de la chica aunque de vez en cuando la miran entre curiosos y sorprendidos.

— ¿Ya está la pizza?— Estrella llega con Álex.

— Tiene que estar al llegar— le contesta David que también está deseoso que lleguen la comida. Nada más terminar de decirlo aparece el camarero con el pedido.

— ¿Me puede traer agua?— le pide— ¿Y tú qué quieres de beber Álex?

— Agua también, gracias— sus ojos no se apartan de Rosi que no se atreve a mirar a ninguno de sus compañeros.

— Tenemos mucho de que hablar, pero primero comeremos, mi pequeño— se toca la barriga con ternura — está hambriento.

— Lo que a tí te pasa es que te gusta comer, el renacuajo es todavía muy pequeño para que estés todo el día comiendo— le dice Álex con cariño.

—Eso también— ataca el trozo de pizza sin piedad.

— Toma Rosi— le ofrece Álex un trozo al ver que no hace el intento de coger uno— sino esta tragaldabas se la comerá entera.

— Gracias— lo toma de las manos de él intentando evitar que se le salten las lágrimas al ver que la trata como si no hubiera pasado nada entre ellos.

— Cómo veo que la conversación brilla por su ausencia, escuchemos lo que he podido grabar— Estrella sigue tan mandona cómo siempre— con lo nerviosa que estaba no sé si le di al botón de grabar ni a qué altura de la conversación. Puedes ponerla... ¿Justi? ¡Qué nombre más raro tienes!— el embarazo la hace más descarada aún.

— Pues si te parece raro no quieras saber el verdadero— Isabella apoya la cabeza en el hombro del chico con una sonrisa cómplice.

En cuanto Estrella pone la grabadora todos se ponen a escucharla atentamente. Rosi la oye otra vez y la vergüenza y la culpa se convierten en decisión, Ana no sé saldrá con la suya.

— Menos mal que se escucha bien y grabé lo importante ¿Y ahora chicos cómo vamos a vengarnos de Ana?

— Tiene que ser pronto— Álex habla el primero— Rosi no se ha disculpado con el profesor Meléndez, cuánto más tiempo pase y no lo haga, más furioso estará, no sabemos que podrá a hacerle a Rosi con Ana instigándolo.

— Tiene que ser algo definitivo, que no haya dudas de lo que ha hecho— propone Justi— cómo esa grabación, ¿Cómo se te ocurrió?

— Nadie se mete con mis amigos— mira a Rosi que se avergüenza de lo que le dijo antes.

— El rector debería saber lo que pasa.

— Isabella, no queremos que el hombre pague por los errores de su hija, todavía no ha actuado en contra de Rosi, realmente no sabemos lo que va a hacer— David es el más comedido.

— No estoy de acuerdo— le replica Laura— el rector debe saberlo, cómo dices no sabemos lo que va a hacer, ¿Y si después de saber lo que ha hecho nos perjudica para defenderla?

— No podemos dejar que escuchen la grabación— Rosi mira a su amiga— Estás esperando un hijo, debes de obtener esa beca para poder compaginar tus estudios y el embarazo.

— ¡Oh Rosi, cuánto te he echado de menos!— se abraza a ella— Gracias por pensar en mí, pero el rector ya lo sabe, en cuánto me enteré del embarazo lo comuniqué antes que se enterara por otras personas, fué muy compresivo, me han ofrecido una ayuda para madres solteras estudiantes que es mejor que la de Barcelona y podré quedarme con mis padres, después del disgusto están locos por ser abuelos, también el resto de la familia me apoya— se separa de Rosi y toma de la mano a Álex.

— Nunca te dejaremos sola—se lleva la mano a los labios y se la besa— Va a ser un bebé muy querido, no le hará falta ningún padre— todos evitan mirar a Estrella para que no se sienta mal.

— Lo sé Álex— su voz suena triste— ¡Se acabó el drama! No soy la única mujer a la que su pareja ha abandonado cuando se enteró de la feliz noticia— vuelve a ser ella— Aiden se lo pierde, he llorado todo lo que tenía que llorar y ya no más, así que ahora a planear nuestra venganza— el teléfono de Rosi suena.

— ¿Sí?— se puede escuchar la voz enfadada de la madre de Rosi— Sí mamá, allí estaré, en una hora, te lo prometo, allí estaré.

— Chicos, lo que vayamos a hacer tiene que ser ya, el rector y el profesor Meléndez me esperan en la universidad en una hora.

 

 

— Rosi por favor, pide disculpas antes de que ocurra algo de lo que después te vayas arrepentir— Carmen está nerviosa aunque ve a su hija más calmada. Antonio debería haber venido pero no ha podido escaparse del trabajo y teme no poder controlarla, ésta mañana no podía reconocer a su hija.

— Entren, les están esperando— las acompaña la amable secretaria del rector al despacho. Rosi se queda quieta en el umbral al ver a Cris, el no debería estar allí.

— Vamos hija, sólo será un momento— Carmen tira de ella.

Ana sonríe imperceptiblemente a Rosi, enseguida pone cara triste y mira a su padre asustada cómo si temiera que la otra chica le fuera a hacer algo. Rosi respira lentamente para tranquilizarse, debe ajustarse al plan.

— Siéntense— les ofrece unas sillas el rector, el padre de Ana no parece muy contento de que esté en la reunión, de vez en cuando le lanza miradas furiosas cuando cree que nadie le está mirando.

— Ha llegado a mis oídos que usted está haciendo bullying a la señorita Meléndez— Rosi se agita en la silla, Ana ha pasado a acusaciones mayores.

— No es cierto— la defiende Cris— solo fué una discusión sin más consecuencias.




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