Rosi (viaje de fin de curso I)

Despertar

En cuanto llegan al hospital se llevan a Rosi corriendo por los pasillos, el médico de la ambulancia la ha conseguido estabilizar, las convulsiones sólo duraron unos segundos y el resto de camino siguió inconsciente pero estable. A los pocos minutos llegan Carmen y Estrella preocupadas.

— ¿Dónde está?— pregunta con dificultad Carmen aletargada todavía por el calmante.

— La han llevado a hacerle pruebas, me han dicho que espere en la sala de espera— dice Cris con una tranquilidad que no tiene en absoluto para no alterar más a Carmen.

— Vamos, hijo— se agarra a su brazo y con la otra mano palmea el brazo del chico. Cris aguanta las lágrimas, se siente culpable de que Rosi esté así, sabía que tenía que separarse de ella, sabía que le haría daño y aún así no pudo.

 

 

— ¿Pero qué pasó?— pregunta Justi descompuesto. Él y los demás han llegado minutos después de las mujeres, en un rincón de la sala hablan bajo para no molestar.

— ... Y la loca de Ana al ver que no se saldría con la suya se echó encima de Rosi tirándola al suelo— Estrella termina de contarles lo sucedido con las lágrimas rodándoles por las mejillas.

— Esa chica tiene un problema serio— dice David impresionado al igual que los demás.

— Y más que va a tener, después de la agresión, ya no es sólo cosa de la universidad, la policía tiene que intervenir, según las lesiones que tenga Rosi le caerá un pena u otra, ya lo mínimo que le va a caer son servicios sociales— Laura estudia abogacía.

— Se merece eso y más, ojalá sea sólo una mala caída y no....— Isabella no quiere decir lo que todos tienen en mente.

— No debió llegar a estos extremos— Álex es el que más callado ha estado—no somos dueños de una persona y no podemos obligarla a que nos quiera si ella no siente lo mismo por nosotros— él más que nadie de los que están allí puede comprender que Ana estuviera celosa pero llegar a esos extremos no es normal, él mismo estuvo celoso todo el tiempo del poco que estuvo con Rosi, no pudo disfrutar porque siempre estuvo temeroso de que lo dejara por Cris, sabía que todavía sentía algo por él y lo que consiguió fue perderla cómo pareja y cómo amiga, aunque a esto último le va a poner solución en cuanto Rosi se ponga bien, porque él sabe que se va a poner bien.

Antonio llega buscando desesperado a su mujer, ella lo ve primero y sale corriendo a su encuentro estrechándose en un abrazo, la pobre mujer se rompe y empieza a llorar balbuceando lo que ha pasado sin apenas entendérsele.

— ¿Han venido a decirte algo?— pregunta Antonio preocupado. Su mujer niega con la cabeza— Vamos— toma a su mujer con delicadeza— no pueden tenernos aquí esperando sin decirnos nada— se dirigen al mostrador de recepción, los chicos a distancia le siguen.

— Familiares de Rosa Martínez, acudan a la consulta seis— llaman por megáfono. Los padres salen a toda velocidad a la consulta dejando a Cris sólo.

Enseguida su prima junto con Álex y los amigos de Rosi se acercan a él.

— No te preocupes, estará bien, Rosi es muy fuerte— Álex intenta consolarlo, Cris parece a punto de derrumbarse, ¿Cómo pudo dudar de que no quiere a Rosi?  Entonces Cris lo abraza, Álex se queda con los brazos abiertos sin saber que hacer para terminar abrazándolo también compartiendo los dos su dolor.

 

 

— La tendrán sedada hasta que se baje la inflamación del cerebro, es leve, así que tiene buen pronóstico— les informa el padre de Rosi más aliviado que cuando llegó.

— ¿Cuánto tiempo?— Cris está deseando de verla.

— No lo podemos saber, unos días— dice evasivo— Podéis marcharos tranquilos, apenas tengamos noticias os avisaremos.

— Yo me quedo aquí— el chico no piensa irse hasta que Rosi despierte.

— No es necesario Cris, sólo podemos pasar a verla los familiares cercanos unos minutos, avisaré a Ramiro en cuanto haya algún cambio— la voz de Antonio suena molesta.

— No voy a irme, me quedaré en la sala esperando, no molestaré— dice obstinado.

— Chicos ¿Podéis dejarnos solos?— les pide amablemente.

— Voy a ser claro— empieza a hablar Antonio en cuanto se marchan— Rosi necesita tranquilidad cuando despierte, no debe alterarse ni tener preocupaciones, y tú hijo, sólo le has producido dolor a mi niña.

— Yo no sabía...

— Lo sé Cris— pone su mano en el hombro del chico al ver su cara de desconsuelo— Sé que no eres culpable de lo que ha hecho Ana, incluso tú has sido el más perjudicado con sus mentiras pero aunque sé que sientes algo por Rosi debo pedirte que la dejes recuperarse, si vuestro destino es estar juntos un tiempo separados os servirá para reforzar vuestros sentimientos o daros cuenta de que vuestro sino no es estar juntos— el chico asiente con la cabeza tragando saliva.

— Lo haré, la dejaré en paz, pero por favor— lo mira suplicando con la mirada— déjame verla una última vez.

— De acuerdo— lo piensa unos segundos— y luego no volverás a verla hasta que esté recuperada— el padre de Rosi espera que su hija se olvide de él después de lo ocurrido, él solo quiere verla feliz y cree sinceramente que Cris no lo conseguirá.

Los dos caminan por los pasillos del hospital en silencio hasta llegar a la sala de cuidados intensivos dónde está Rosi. Cris la ve a través de los cristales, parece que está dormida sólo rompe esa imagen las vías intravenosas que salen de su brazo y las máquinas a las que está conectada.

— Podremos entrar en diez minutos— Carmen apoya la mano en el cristal que la separa de su hija cómo si con esa acción estuviera tocando a su hija.

— Él entrará esta vez por mí— dice Antonio mientras la besa cariñosamente en la sien. Ella estira la mano tomando la de Cris y los tres juntos esperan a que sea la hora.

Al llegar la hora una enfermera les abre la puerta, Cris se queda paralizado al llegar al lado de Rosi, sólo la mira aguantando sin darse cuenta la respiración hasta que un bip de la máquina lo saca del trance.




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