Kath se quedó dormida y a los pocos segundos dejó de respirar. No quería ponerle las esposas pues ya nos había ayudado, pero no podía correr el riesgo de que escapara y menos cuando la seguridad de mi hermano dependía de ello. Ya que si ella moría ¿Por qué intercambiaríamos a Aloise? Amarré el extremo de la cuerda en su cuello a una de las barandillas, ella permanecía totalmente inmóvil.
Al voltear Serch se estaba poniendo en pie lentamente.
-¿Cómo te sientes primo?- le pregunté acercándome a él.
-Extraño, siento los músculos duros allí donde estaban las rasgaduras, pero no duele. Además del cansancio creo que estoy bien.- dijo
-Mihail, tenemos que llamar al consejo, y no creo que les agrade mucho la idea de que esa vampiresa nos haya ayudado.-
-Les diremos que la obligamos y, si alguien se opone, podemos demostrar que Serch está bien y listo para la misión.
-Sabes que tú debes presidir el consejo en lugar de tu hermano ¿Verdad? Nosotros podemos ser tu ayuda.-
-Serch ¿Te sientes en condiciones de acudir? Podrías descansar lo que resta del día.- le ofrecí, aunque lentamente su estado volvía a ser el de antes.
-No, me siento bien y cada vez mejor. Solo me cambiaré y acudiré a la reunión. También acudiré como tu segundo… si me lo permites claro.-
-Saben que nada me honraría más, serán mis segundos pero esto solo será en lo que Aloise regresa con nosotros.- Salieron juntos del cuarto.
Luego de echar una última inspección a Kath también salí de allí, cerrando bien la puerta. Lancé el llamado para la reunión y fui a darme un baño para prepararme.
Era Aloise quien siempre llevaba el mando, quien tenía toda la madera para guiar a la familia, yo no era ni siquiera su sombra en ese aspecto, yo era mucho más de peleas y misiones, no de logística. Era por eso que tenía que encontrarlo y traerlo a salvo, era de vital importancia que él regresara y tomara su lugar.
Sí, yo era el siguiente en la línea sucesoria, y tenía el conocimiento y el entrenamiento para guiar a la familia, pero no tenía la intuición y la capacidad analítica de Aloise así como él no tenía mi fuerza y destreza. Los dos juntos éramos perfectos, por separado teníamos demasiados flancos débiles.
Me vestí lo más presentable que podía sin parecer ridículo, con una camisa color vino y un pantalón negro. También me amarré el cabello en una cola de caballo tras la nuca. Algo indeciso tomé el anillo con el sello de la familia, anillo que era de mi padre y que solía portar Aloise en las reuniones.
Al llegar sabía que todos mis tíos ya estaban dentro y mis primos me esperaban afuera de la puerta. Hice un asentimiento hacia ellos antes de entrar, sintiendo como me seguían flanqueándome, me senté en la cabecera y ellos a mis lados. Miré uno a uno a mis tíos. Eran en total cinco, tres hermanos y dos primos. Todos ellos ya eran demasiado grandes para ir a misiones sin peligro, el único que aún tenía posibilidad era mi tío Marco, quien aún estaba recuperándose de una lesión sufrida en su última misión.
-Creo que todos ya lo saben- inicié –Aloise ha sido secuestrado por el chupasangre Velkian, uno de los más poderosos de la zona. Esta criatura vil a pedido un intercambio entre… (Casi la llamo por su nombre) La vampiresa creación suya y mi hermano. Ahora el punto es ¿qué hacer?- dejé la pregunta al aire.
Mis tíos fueron levantando la mano, unos querían matar a la criatura y rescatar a Aloise, otros proclamaban tender una trampa y una vez recuperado a Aloise matar a ambos vampiros. Escuché todas las propuestas con las manos entrelazadas en la barbilla y lo único en que podía pensar es que todas y cada una de ellas podían poner peligro a mi hermano.
-¿Tú qué opinas Misha? O más bien ¿Qué planeas?-
-Entregar a la criatura.- Una serie de murmullos –Serch y Nik vendrán conmigo, entregaremos a la criatura y, una vez que Aloise esté a salvo y solo entonces, intentaremos algo más, pero lo más importante es la seguridad de Aloise.-
Ninguno de mis tíos se atrevió a contradecirme, aunque era obvio que todos querían la muerte de ambas criaturas también querían a Aloise de vuelta.
Nik y Serch narraron todo lo que habían visto, dijeron que encontraron a Aloise sentado en una banca del parque, sorprendidos intentaron acercarse y entonces notaron que estaba amarrado e inconsciente, fue cuando el maldito atacó a Serch. Rasgó su pierna con una garra mientras le mordía el brazo en el que tenía la pistola, luego saltó y se colocó detrás de Aloise para que no le dispararan, levantándolo delante de él.
>-¿Quieren a su cazador? Se los daré y sin ningún daño… más. Pero deberán regresarme a mi Katherina mañana en cuanto se ponga el sol, una vez que la vea libre soltaré a su amigo- Se echó el cuerpo de Aloise sobre el hombro y desapareció de un salto.