Roto por ti

RPT| 01. Primera Grieta

DANÁE.

 

—Tengo hambre...

Mi amigo se me quedo viendo un momento para luego arrugar sus cejas y negar con la cabeza.

— ¿Y luego? —Refuta, abrazando su libreta de metodología.

Terminábamos de salir de nuestra última clase de curso y ciclo. ¡Al fin!

—Que tengo hambre. Vamos a la cafetería — él solo se encoge de hombros, al pasar por una sesta de basura tira la libreta de la materia. Yo lo miro con los ojos abiertos —. ¿Qué? Esa materia ya no la voy a necesitar.

—Si bueno, y si no pasaste.

— ¡Verano aquí voy! — Grita, atrayendo la atención de varios peatonales que iban a nuestro lado e ignorando mis palabras—. Quita tu cara, en la cafetería tienen mantecadas. ¡Tus favoritas! ¡Mantecadas! ¡Sí! ¡Sí!

En ocasiones me da cosa tenerlo como amigo, sin embargo solo me salgo a seguirle el juego y encaminarme a su lado. Pero antes de llegar a nuestro destino, las ganas de ir al baño se apoderan de mí.

—Yeray, voy al baño.

—De acuerdo, ¿no ocupas nada de toalla sanitaria o algo así?

Aprieto mis labios en forma de reprimir mi vergüenza. Ya que hoy van muchos compañeros alrededor de nosotros y han volteado tan solo al escuchar sus palabras. Me sentía totalmente roja, aunque no había de que avergonzarse si no es nada del otro mundo.

—Te voy a comprar un chocolate. ¿Bien? —Indica, yo solo asiento.

Ya que siempre que sabe que ando con mi regla me compra chocolates y carga un suéter por algún accidente que me pueda ocurrir. Tan considerado mi mejor amigo.

—Te veo en la cafetería.

Solo con decir eso me voy  directo al baño.

Después de hacer mis necesidades, volvería al sitio  con mi amigo. Aunque no me esperaba ver a Jordán en la entrada del baño,  de brazos cruzados sin vergüenza alguna viéndome fijamente.

Jordán Blanco, mi crush desde la secundaria. Estaba parado en frente mío con su cabello lleno de rulos y sus ojos café claro. Me sonreía con un deje de vergüenza.

Yo simplemente frunzo mi ceño.

—Dánae —lo observo con algo de incredulidad.

Él solo deja de mirarme a los ojos y ve por encima de mi hombro.

—Hola —saludo con un apique de nerviosismo. Él suelta una leve carcajada y sus ojos cafés me miran al fin.

—Te quería dar esto.

Con sus manos algo torpe, quita su mochila de sus hombros y prosigue a abrirla. De ella saca una tarjeta gris con unos post-it y unos plumones que le acompañaban.

No sabía que decir, pues amaba las cosas de la papelería.

—Que bello, gracias —suelto, tomando las cosas con algo de timidez. Era algo extraño recibir esos detalles de otra persona que no fuese mi mejor amigo —. Nadie lo sabe. ¿Verdad?

—Claro que no —exclamo poniéndose en una pose rígida —. ¡Qué horror! Aún es algo que no quiero que alguien lo sepa. Perdona.

—No pasa nada, yo estoy igual. 

—Ya sabes... —dice llevando su mano al cuello, como si trajinera tensión en ese lugar—. Necesitas primero, ya sabes qué.

—Si —es todo lo que digo, porque en verdad ni la remota idea de que significaba eso de "ya sabes qué" y me da mucha pena preguntarle qué onda con ello.

Llego a sentir un poco de calor, por recibir tal cosa de él y sobre todo no saber que quiere desatase primero antes de dar otro paso de bebé.

El nombre de Yeray llego a mi mente.

Me está esperando en la cafetería.

—Me tengo que ir —dijimos al mismo tiempo. Ocasionado mi risa nerviosa y Jordán solo se pone su mochila de nuevo.

—Por cierto... espero y contestes.

Yo solo asentí en automático. Pues no sabía a qué se debía eso. Sin embargo a ver si ahora me encontraba con el valor de darle un simple mensaje de texto por Facebook o tomar el bolígrafo y escribir una respuesta.

—Nos vemos.

Digo, pasándole a un lado.  Dándole un adiós con un movimiento de mano.

Mientras tanto, cuando iba de camino a la cafetería mi teléfono sonó y no le puse mucha atención a ese soniditos sino hasta que llegue al lugar, por más que barrí mi vista a todo el sitio. A Yeray no lo pude divisar por ningún lado.

Así que, en ese momento saque mi teléfono y era un mensaje de él.

 

Mejor amigo ❣️; Espero y me disculpes. Me tuve que ir de improvisto por un asunto, ya que mi madre tenía que salir de la cafetería por un accidente de una empleada. Luego nos vemos.

Yo: Está bien. Nos vemos luego.

 

De respuesta solo recibí un like y eso me saco de onda, sin embargo una conversación que tuvimos hace algunos años atrás me vino a mi mente.

 

"—sabes cómo llego a estar molesto por mensajes.

Yo solo me quedo pensando un momento, en los mensajes puedes fingir fácilmente, ya que no te pueden ver llorar, sonreír, gritar, enojado.

—La verdad no sé. ¿Cómo?

Él sonríe.

Me han digo que cuando yo estoy molesto, sin darme cuanta envió una palabra en particular.

— ¿Cuál? —Su conversación cada vez se me hacía más interesante.

—Te envió un like o un "ok" u "okey"

Una sonrisa aparece en mis labios.

—Jamás me enviaras eso ¿o sí?

Su sonrisa desaparece y me jala para darme un abrazo.

—No te puedo prometer nada, porque todo puede pasar. ¿tu romperías promesas o pactos?

Esa vez me tome la libertad de no contestar y quedar con la pregunta en el aire. Aún así el me respondió en un susurro que jamás creyó que no le escuche.

—Estoy a punto de romper una promesa/pacto"

 

Miro el teléfono con tristeza.

Y ese día ha llegado.

¿Ahora porque estas enfadado conmigo? No hice nada mal hoy. 

 




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