DANÁE
¿Y cómo es posible que sepas que tu amigo está enfadado? Bueno, no me a contestado ningún mensaje más que con puras respuestas cortas o cuando se le daba la oportunidad de mandar un "ajá" "okey" y un Like.
— ¿Dánae? —Escucha a mi lado a Fernando que movía su mano en frente de mi rostro —. ¿Qué piensas que dices tantas incoherencias?
Me apunto a mi misma algo confundida.
¡Estaba pensando en mi mente! Se supone que si pienso en mi mente se debe de quedar ahí adentro sin salir, a menos que yo lo ordene.
—Este... en nada, caray —respondí al final, volviendo mi atención a la lista de calificaciones del segundo semestre. — ¡Sí!
Fue lo que dije al ver mi puntaje, mi porcentaje no fue muy alto ni bajo pero bueno.
8.53
— ¡No! —Se queja Fernando, a lo que de mi cosquilleo de chismear me pica y veo sus notas —, tendré que venir a presentar o tomar las clases en verano ¡maldita competencia comunicativa!
¿Competencia comunicativa? La materia más fácil al igual que física.
—Que mal, espantoso — si digo lo que pienso, me va a tomar de tutora y para ellos soy un fiasco.
—Veamos.
Solo con escuchar esa palabra. Trago salva, viendo como estira su mano y apunta con su dedo en búsqueda de mi nombre. Cuando le falta poco para llegar, le doy un manotazo algo fuerte.
—Mía viene hacia acá —índico dándole un movimiento con mi cabeza a la dirección de la nombrada. Cuando sus ojos se pierden en la susodicha, yo aprovecho para dar mi huida.
Cuando estaba fuera de la vista de Fernando, solo me quedo unos minutos o quizás una hora de estar esperando la aparición de mi mejor amigo, sin embargo no apareció y me digne a irme con la cabeza agachada.
¿Qué te pasa Yeray? ¿Dónde estás?
Dejé de revisar sus mensajes. No valía la pena. Simplemente ni en visto me dejaba, ya, aunque si me dejaba en visto mis ganas de saber que pasaba aumentarían.
¿Qué hice mal ahora?
•★•💞•★•
— ¡¿Dulces o frituras?!
Se escucha el rugido de mi hermana menor desde la cocina. Litzy.
— ¡Da igual! —Se digna a responder Ares, nuestro único hermano y el mayor —. De todas formas la película seguirá siendo la misma.
—Yo no quiero ver Barbie: Una aventura de sirenas — Dije asiendo una mueca de asco y fastidiado —. Y tu Ares, ¿Cómo le soportas?
—Tú que eres mujer debes darle la razón... pero no, tengo que ser yo.
—De todas formas, no quiero ver esa muñequita que crea copias en vida real.
Mi hermano tan solo rueda los ojos y prosigue a darle play a la película cuando ve a Litzy con una bandeja de dulces, frituras y tres refrescos de lata.
A mi hermano siempre le ha encantado las películas de dibujo, lo cual me recuerda a una persona en particular que ama eso.
Yeray.
Eso me recuerda a él, pues también es un poco infantil.
Doy un suspiro. No me e atrevido a preguntarle el porqué está molesto, y tampoco e decidido en enviarle un mensaje o algo para saber qué pasa.
A pasado ya tres días.
—Hoy no has invitado a Yeray —curiosea Ares —, él ama eso ¿no?
—No, anda en conquista con una chica.
Respondo, aunque la que anda en conquista soy yo.
— ¿En conquista? Really? —Volteo a mirarlo y le regalo una pequeña sonrisa, sin embargo él no me la devuelve.
¡¿Quién lo invitó?! ¡Litzy!
—Permiso para retirarme — le rogué a mi hermana pequeña, que tenía su cabello castaño atado en dos altas coletas.
—Permiso denegado —Dijo con su voz chillona, metiendo en su boca un montón de frituras. Y sus ojos miel brillaban en malicia.
Me dio igual, me puse de pie. Ares me hizo una señal para que viera a nuestra hermanita que empezaba a hacer pucheros. Estaba a punto de gritar cuando vuelvo a sentarme. Prefiero soportar la película a su mísero llanto.
¡Maldito demonio con patas!
¡No quiero estar aquí! Lloriqueo en mi mente, mientras de reojo miraba a mi mejor amigo. Quien me había respondido o combinado en inglés con español.
Inglés más español en la misma oración, igual a Yeray está súper enfadado.
La película avanzaba y yo empecé a cerrar mis ojos. Cayendo profundamente dormida.
Sentir algo en mi hombro o alguien que me zarandeo de mala gana. ¿A qué hora llegue a dormirme? Barrí con mi vista y ya no había nadie más que él y yo. ¿y la película donde esta? ¡¿Y mi refresco?!
Miro mal a Yeray y este solo se encoge de hombros para después negar.
—Se la tomo Ares —dice.
—Muy bien —digo de forma indiferente, y él voltea a otro lado.
—Quiero que seas mi tutora —pide de golpe —. Please Dánae —ruega al ver mi cara de poema.
Mis ganas de fruncir el ceño se dieron a la vista, sin embargo solo la soporte y asiento. Después de todo quiero saber el porqué de su enojo hacia mí. Algo que no he hecho, o esa es mi teoría hasta que no me diga lo contrario.
— ¿A qué hora?
—A la hora que te dé la gana, solo que no sea en la noche —indica con media sonrisa, para luego agregar algo en inglés —.You Will get some candies.
Eso me hizo sonreír. Así que solo fije la hora de las dos de la tarde, Yeray solo asiente y se despide cortantemente para irse a su casa.
Sí, no estoy tan inteligente en el inglés, pero se que me ofreció golosinas. Aunque solo la palabra chocolate, ya me tenía en sus manos.
El chocolate atiende a mi enojo.