YERAY.
Mis excusa de querer jugar había sonado algo convincente, sin embargo ella no tenía estragos de querer retirarse.
La quería tener cerca pero lejos, no podía soportar que estuviera en mi radar de presencia ahora mismo. No como realmente me siento a su lado.
No puedo creer que mis sentimientos hacia ella estén floreciendo cada día más. Y que ahora duele un montón verla comportarse en modo coqueto con los demás, en especial con Jordán. Jordán Blanco es quien a querido conquistarla.
Y es así como el celular por mi enojo lo dejo resbalar de mis manos con la vista nublada. Pero el grito que ella exclamó me hizo salir de mi ensoñación y darme cuenta a dónde llegue.
Mi mirada no podía despegarse de la de ella, se denotaba enfadada. Yo simplemente estaba en shock por lo que había hecho mi impulso a meterme en su Messenger a revisar. ¿Y quién me trae en ese lugar? Solo para confirmar mis sospechas.
Al igual, mi enfado y decepción me obligo a tirar el teléfono al agua.
—¡Yeray! —mi impulso al grito es ponerme de pie.
—¡Se me resbaló! —fue mi escusa al verla tan furiosa venir a mi.
—Pero... ¿¡Por qué lo tiraste?! — Grito al estar posicionada la frente mío.
—Se me resbaló de las manos —digo. A pesar de que sea una mentira blanca.
—No lo pudiste sujetar bien. ¿Eres mantequilla o qué?
— ¡Andrea! —Grito su mamá en advertencia, viéndola severamente —. Lo metes en una bolsa de arroz y funciona.
La veo voltear hacia mí, una sonrisa de despecho aparece en su rostro.
—Mira Yeray, sino funciona mi celular.
—Mi teléfono será tuyo —digo con apique de enfado en mi voz. Ella asiente.
Siempre han terminado mis teléfonos celulares en sus manos.
La veo irse con su hermana pequeña a ayudarle a nadar, mientras yo solo pido permiso para irme. La madre de mi mejor amiga entiende y me deja ir con una sonrisa triste.
Estaré solo en casa.
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Siento un mano en mi espalda que me hace sobresaltar por lo que es Cat. La prima de a quien llamó amiga.
—Hola gato.
—Sabes que odio que me llames así —reprocha, sentándose a un lado mío en el porche.
—I'm sorry.
—Y también detesto que me hables en ese idioma.
Me arte y solo pongo los ojos en blanco.
—¿Y luego? ¿Que te trae a mi lado?
Indagó. Ella resopla divertida.
—Estas loquito por Andrea. ¿Verdad? —hago una mueca, sin embargo no digo nada —. Tus celos fueron grandes. Mira que arrojar su celular al agua.
—En cada momento me observas o ¿Qué?
Ella se encoge de hombros.
—¿Enserio las promesas valen tanto?
—Realmente ya ni se que vale en esta vida.
Ella da un suspiro mientras niega algo agobiada.
—Es indignante eso de sus promesas —recalca, por lo que en mi mente le doy la razón —. ¡Eran niños! Olvídala y lucha por ella.
Yo solo niego, Dánae era todo mi ser. Sin embargo no puedo hacer eso. Por más que me duele en mi profundo corazón, el amor se ve en sus ojos y se que si intento luchar por ella para luego fallar todo. Ya no estaré para ella.
Al menos seré el amigo que le aconsejará y le dará aliento cuando ella caiga, mientras yo voy a estar roto por dentro sintiendo todo el resentimiento de él no intentar.
—No, está mejor ser amigos —le digo en un susurró.
Cat lleva su mirada al frente y da un suspiro poniendo sus codos en sus rodillas.
—¿Por qué le temes al luchar? —Interroga.
Le podría contar todo lo que quisiera a ella, después de todo es muy buena guardando secretos.
—Porque si fracaso como conquistador. Todo se caería. Nuestra amistad en definitivo se destruiría —me enfoco en mirar a otro lado, se que mi voz no a llegado a fallar.
Pero mi corazón estaba como loco, mi pecho árida a la confesión.
—Tus sentimientos son fuerte —indica —. Mira Yeray, sino luchas por ella, luchará por contener tus sentimientos. No creo que sea algo lindo.
La miro con los ojos bien abiertos.
—Pero estaré a su lado.
—Claro —rueda los ojos —, recordándote lo cobarde que fuiste.
—Catalina por favor.
—¡Basta! —exclama, poniéndose de pie en frente de mi para proseguir a apuntarme —. Vas a llorar, Yeray. Y mucho.
—Tú no...
—Si no quieres mantener tu "amistad" con ella —hace las comillas —, necesitas alejarte de Andrea y evaporar lo que sientes y solo mantenerlos en; te amor como amiga.
Mis ojos ardían, no podía soportar tanta impotencia que sentía y de una u otra forma quería sacarla. Tal parece que mi cuerpo quiere que salga por las lágrimas.
Bajo mi mirada, ella se pone en cuclillas en frente mío y acaricia mi cabello con gentileza dando un soplido de cansancio.
—Eres muy chico para sufrir de amor.
Dice. Yo solo desistí en mirarla a los ojos.
—Piensa en tu futuro. La ves a ella, ¿O como la vez?
—Aún no sé.
Ella se encoge de hombros. Una lágrima abandona mi ojo derecho y ella me obliga a verle a los ojos de dedica a limpiarme las lágrimas. Cuando un hipeo sale de mi boca ella me abraza uniendo mi poca dignidad.
—Eres un chico asombroso, ojalá fueras más grande para repararte ese dolor.
Sus palabras no me afectan o toman por sorpresa, ya que tuve un relación con ella de un año y medio cuando yo tenía catorce años y ella dieciocho. La edad fue el problema y mi enamoramiento por mi mejor amiga fue lo que rompió todo. Era feliz desde entonces.
—La edad no importa.
Le hago saber.
—Y yo no quiero aprovechar por tu debilidad.
Me deja de abrazar. — Mientras se aman, ambos, la edad, la distancia, la economía y todo eso. Solo lo pone a escusas para no avanzar o terminar.
—¿Entonces?
Ella ríe, limpia mis lágrimas.
—Una cosa Yeray — la miro atento —, nunca busques refugio de lo que te falta en alguien más. Solo supéralo o luchas. Tienes opciones.
Le sonrió. Estaba en lo cierto, yo había caído en eso con ella.
—Lamento eso, no quería incomodarte.
—Lo nuestro fue hace mucho. Lo superaste ¿Verdad? —Yo asiento —, así superarás o lucharas por Dánae.
—Gracias.
Ella cierra sus ojos y lo abre. Da un suspiro, se que viene un pregunta que me hará pensar mucho en algún tiempo.
—Piensa esto... —la veo tragar saliva, se arrodilla de vuelta y me mira fijamente —, ¿Romperás esa absurda promesa o tú propio corazón por no luchar?