Roto por ti

RPT| 11.Tradúcemelo

DANÁE.

No entiendo porque mi mejor amigo tomo esa actitud, tan… Pesimista y amargado.

Me impulse con una rama para poder llegar  a la otra rama mas gruesa del árbol y poder sentarme, mientras observaba el agua en mis pies después de sentarme. Era muy lindo.

Volteó abajo, veo a Ares tirando piedras al agua con aburrimiento. Eso le pasa por hacerle caso a Yeray.

—Extrañas a tu novio—Comente mientras él volteaba a verme y estaba totalmente serio.

—¿Y tu no extrañas a la tuyo?

¡Yo no tengo novio! Quise gritarle, sin embargo me detuve cuando el volvió a hablar con un tono fastidioso en su voz.

—¡Ah! Lo olvidaba, la tienes aquí – Infle mis mejillas con enojo.

—¡Caleb no es mi novio! —dije arrojándole una pequeña rama que logre cortar y sin caer, pero no le pegue.

— no hablo de él— Lo mire intrigado.

—¿Entonces de quién?

—Yo hablo de Yeray —agrego sonriendo, yo abrí la boca indignado.

—Es mi amigo, zopenco.

—Al último terminaras amándolo.

Argh, ¡Maldita idiota!

—¡ No! ¡No lo haré!

¡No lo haré! Es mi mejor amigo y punto, es una promesa que no romperé esa promesa. No lo haré. Mi respiración tan pronto como pensé eso se puso algo irregular y mis ojos un poco húmedos. ¿Por qué me duele decir eso? ¿A quién le hago daño?

—Como digas —escucho su voz algo lejana, más no quiero voltear a verlo —. Aunque opino qué… Le romperás el corazón.

Tragué fuerte. Al momento que iba a dar una vuelta y enfrentarlo para callarlo, caigo al agua viendo de reojo llegar a Yeray.

Dejo que el agua me envuelva y me abrace al fondo del agua, ya qué flotaba en mis pensamientos. ¿Y si Ares tiene razón? No quiero romperle el corazón, pero tampoco la promesa. Mi mente gritaba sin razón, hasta que abrí mis ojos al percatarme que mis pulmones imploraban oxígeno, me sentí pesada y aún así nade hasta llegar a la superficie y tomar un bocado de aire.

Mis ojos estaban totalmente húmedos, y no solo por el agua que me rodean, sino también por las que mis ojos derramaban al ver a Yeray a un metro de mi, agitado, angustiado y viéndome con total preocupación que me partió el corazón.

—¡Acaso quieres morir! —Grito él con un apliqué de enojo.

Aún agitada por todo en mi mente que pasó en minutos, pude responder un débil no.

—No quiero que te pase nada —Dijo con la voz más suave, acercándose a mi con lentitud —. Y mucho menos ante mis ojos. 

No le digo nada, así que solo le sonrió con debilidad. Es mentira lo de Ares. ¿Verdad?

•★•💞•★•

—Ares, por favor dime qué dijo Yeray.

Ares me observa mordiendo un labio, y niega con la cabeza.

—Él fue más que obvio.

Es todo lo que me dice, antes de irse tras de Yeray. No quería llorar.  No quería hacerlo, no tenía porqué… ¿O sí?

Trago fuerte que mi garganta ardió. Me encamino tras de ellos, y Yeray lo veo con inquietud así que corro hacia él. Cuando estoy a un lado de mi amigo le hablo;

—Yeray… Por favor.

—No quiero hablar Andrea.

Mi aliento se fue, así que deje de caminar y me pare en seco. Ares solo observo con pena, se encamino a mi lado para poner sus manos en mis hombros y quitar un cabello húmedo de mi rostro. Quizás mis ojos estaban rojos por retener las ganas de llorar.

Mi hermano me observo con lastima.

—No me observes así —le dije, cuando mi voz se rompió. Él solo envolvió sus brazos a mi alrededor —. Yo no tengo…

—Tranquila, no pasa nada.

—Ares.

—Ni siquiera sabes que está pasando y ya hiciste una historia en tu cabecita.

Trata de tranquilizarme. Aún así, me sentía sin sentido. Que mi mejor amigo se enfade a cada momento me estaba sacando de mis casillas, y me estaba poniendo de este modo tan sensible.

 




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