Roto por ti

RPT| 21. Decididos

DANÁE

 


Me sentía totalmente avergonzada, patética , qué estaba haciendo bollito en mi cama. Casi llorando por lo ocurrido. Había vomitado por miedo, a Jordán, en sus pies.

Mis preguntas son pocas aún así; ¿A qué le tengo miedo? ¿A romper a mi mejor amigo? ¿O a qué me abandone? ¿A mi saber que responder?

—Soy un desastre —me riño, tapando mi cara con la almohada.

—Pues hueles horrible —indica mi mamá, ya que había dicho que era suficiente el verme sufrir por nada.

—¡Mamá!

—Bañate, y luego hablamos.

Indica dándome un beso, pero hizo una mueca al alejarse un par de centímetros de mi, por lo cual olí mi ropa y casi vómito de vuela en la cama. Mamá me volvió a hablar en reproche y casi me arrastró fuera de la cama diciendo que iba a cambiar las sábanas, pero que ella ni pensaba lavarlas.

Con pasos torpes me dirigí al baño.

Un poco lenta, me fui quitando la ropa con pesar. Mis ánimos estaban por los suelos. Yeray Al fin iba a tomar la palabra y ahora sí iba a tener excusa buena para llorar e incluso hundirme en mi habitación.

No creo qué valla a actuar como lo a hecho estas semanas pasadas, sería mucho dolor y despecion. Para mí, sería egoísta obligarle a actuar como amigo y que entierre sus sentimientos muy en el fondo.

Al sentir el chorro de agua fría en mi piel, mis pensamientos no dejaban de fluir en qué voy a perder con Yeray. No solo es la amistad de años, sino una exelente persona. Quizás, merezca lo mismo. Jordán no es para mí.

—¡Danae!

Abrí mis ojos algo irritada, ni en la ducha puedo llorar agusto.

Aclare mi voz —. ¿Qué pasó Ares?

Este dejo de golpear la puerta.

—Olvidaste tu ropa, niña inteligente.

—Ando muy mal estos días —hablo cerrando las llaves del agua. Me envuelvo en una toalla dejando que mi cabello escurra a chorros.

Abro la puerta de golpe. Mirando a mi hermano de mala gana.

—Jordan dice que ya se va a retirar.

Mi mano fue y topo a mi frente, cerré los ojos. Torpe que soy. Me había olvidado que él me había traído a casa.

Corro a mi hermano a un lado, dirigiendome a la sala. Escucho los gritos de mi hermano tras de mi, pero no le prestó atención.

—eeh.

Fue lo único que escuche salir de los labios de Jordan al verme, entrecerre los ojos algo irónica. Ares se pone en frente de mi tapándome.

—¡Oye!

—Te estoy haciendo un favor —dice enfadado, aún con mi ropa en mis manos.

Un momento, con mi ropa en mis manos. Suelto un chillido bastante tosco y aferró mis manos a la toalla. Sentí todo mi cuerpo calentarse por la vergüenza, madre mía, ¿Que me pasa hoy?

Alzo mi vista por los hombros de mi hermano, Jordán estaba rojo hasta las orejas con sus labios ligeramente abiertos.

—Cierra la boca —riñe Ares al notarlo así —, date la vuelta.

Jordán algo rígido obedece las órdenes. Pidiendo disculpas tapándose la cara con sus manos. Mamá también había llegado a la sala con una sonrisa divertida.

—No era mi intención —intenta decir Jordán.

—Danae, que exivista me saliste.

—lo siento mamá —digo en un murmuró. Estaba avergonzada y nerviosa.

—Vete a cambiar —indica, apuntando por dónde había venido —. Jovencito, mi hija está tope estos días. Ya sabe usted por qué.

—Por Yeray, entiendo.

Doy un suspiro cansada, Ares de volteo y me hace volver al baño. Me da una sonrisa triste cuando me entrega la ropa y sin avisar, me da un beso en la frente que hizo enternecer mi corazón. Haciendo que una lágrima fluyera rápido.

—Sera mejor que hables con Yeray lo más rápido posible.

—Se que lo voy a perder.

•★•💞•★•

Jordán tomaba el vaso de jugo que mamá le había dado, lo aferraba tanto que creí que lo iba a quebrar. Yo tenía mis labios apretados, quizás ya estaban blancos.

—¿Cuando hablas con...? —Dejo la pregunta en el aire, dando un carraspeó.

—No le e contestado —respondo decaída.

Mis hermanos y mis padres estaban en la sala, técnicamente escuchado nuestra conversación y estaban fingiendo ver la televisión.

—¿Por qué?

Gimo en reproche, llevando mi cabeza a la mesa.

—Entiendo —dice con un suspiro, alzo solo mi cabeza para tener los ojos conectados con los de él —. No quieres que te pregunten. Pero... Creo que es tiempo, tiempo de afrontar las cosas.

—Jordan...

—Lo siento Danae, pero si vas a estar poniendo un alto a algo que en cualquier momento va a suceder. Lo que sea que valla a surgir entre nosotros, no va a suceder sino afrontar esto.

Me pongo recta en la silla, sosteniendo su mirada, él me da una sonrisa sincera. Estirando sus manos para que tome las suyas con hace rato en el café, el miedo de que suceda lo mismo me invaden. Pero, con su mirada me indica que está bien, el va a estar en mis desastres a pesar de estar involucrado.

Suelto el aire que estaba reteniendo, estiró mis manos a las suyas y las entrelazó. Sometiendo un gran confort en mi pecho, un alivio tremendo a mi miedo. Eso calentó mi pecho con confianza.

Esa era la forma de decirme mi cuerpo y mente que estaba lista. Lista para enfrentar a Yeray.

—Muy bien —digo al fin, haciendo que mi corazón de un vuelco.

El asiente contento por mi desición.

Mi teléfono de pronto invade mi vista, el teléfono de Yeray, enfoco la vista en la mano de quién lo extiende. Observo a mi hermano.

—Adelante.

Tomo el celular. Me introduzco al chat de mi mejor amigo.

[¿Cuando nos vemos?]

Pareciera como si estuviera esperando mi mensaje, porque rápido lo vio y aparecía escribiendo.

[Creí que no me ibas a contestar]

Alzo mi vista de la pantalla un momento para darle una sonrisa a Jordán.

[Bueno, ente más rápido mejor]

Yo solo me deleite a teclear un si.

[A las ocho, hoy, nuestro lugar favorito]

Algo pico en mi pecho, dónde había iniciado nuestra amistad.

¿Iba a terminar en ese lugar?




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