Roto por ti

RPT| 30. Hola

YERAY


Tragué saliva con fuerza, no sedia a abrir mis ojos porque me enfrentaría a la cruda realidad de todo lo contrario a mi sueño, dónde Danáe me correspondía y fundía sus delgados labios en un beso, pero claro, eso no pasó.

Sentí un frecuente golpeteo paulativamente en mi brazo que estaba a empezando a sentir un ardor en esa zona, por lo qué, lleve mi mano libre a ese lugar y tome la mano para al fin abrir los ojos con mi ceño fruncido.

Mark me sonreía burlón, quitando de brusco de mano de la mía.

—Lo siento, no eres mi tipo primo —comento, apartándose de la cama y dejandome espacio para ponerme de pie.

—¿Y quien dice que tú eres el mío?

Contrataco, sintiendo un leve mareo al estar ya de pie.

—Yo ser tipo de todos.

En ocasiones me daba risa la forma en la que traducía las oraciones del inglés al español, del mismo orden.

—Como digas —murrmuro llendome al cuarto de baño. Cerrando la puerta antes de que se le ocurriera a Mark entrar.


—Dice mi tía que vallamos a la cafetería —avisa de un grito, mientras yo quitaba mi ropa. No respondí, pero el siguo murmurando palabras. —A ver si me encutro una mexicana de mi gusto.

Supongo que tener ya dos semanas aquí a mi primo introvertido, me estaba dando fortaleza a ejecutar su estúpido plan. Pero conozco que al fondo de mi ser, deseaba que eso pasara.

Aprender a perdonar, aunque doliera un jodido infierno y quemara mis entrañas, tenía que perdonar a esa chica que algún día llame mejor amiga. Solo por esa etiqueta sé merecía ese perdón y un inicio de casi cero, porque en mi mente no cabía el odio a alguien que amo.


•★•💞•★•

Mark iba bromeando sobre la forma en la que le hablaba un chica por querer llamar su atención cuando le dijo que el no hablaba español. El inglés de ella era horrible, pero hizo el intento de acoplarse a la conversación de mi primo.

Creo que tanto ella como él quedaron picados. Que ahora por ir bormeando, también iba buscándola en Facebook.

Y en medio de la risa, la vi a ella, estaba de vuelta con Jordán como la última vez que la vi. Y esa sonrisa tan auténtica, radiante y dulce, me hizo recordar al primer día que nos vemos cuando niños.

Así qué yo también sonreír con timidez como aquella vez. Mark dirigió su atención hacía dónde mis ojos veían para luego volver a mi persona observando como si yo estuviera loco.

Su mirada era de pura incréduidad. Incluso me dió un caodazo para que parar de emitir timidez y estaba de borma a esa actitud.

Mi sonrisa se borró y mis ojos viajan a mi primo, su mirada era fría.

—No me agrada —suelta Mark, escaneandola de arriba a abajo con indiferencia mientras se iba acercando a nosotros. Haciendo que Jordán se pusiera a un lado de ella lanzadole un mirada a mi primo.

Mark le sonrió con arrogancia y de cruzó de brazos. Viendolo como un reto.

Mark siempre ve las cosas como retos.

—Hola —saluda con una voz nítida, levantando la mano con timidez.

Quizás con miedo a que repita lo de la última vez, darle la vuelta. Yo alzó mis cejas hacia arriba. Aún dolía escuchar su voz, incluso verla al lado del chico que nunca me dijo que le gustaba, sino hasta ver gritas en la amistad.

Mark es el primero en conestar, con un aire de arrogancia.

—¿Nos saludas a nosotros? —la sonrisa de Danáe vacila, al no ver respuesta agrega —. ¿El chico no te deja responder?

—Mark —regaño con un siseo.

Él me guiñe un ojo.

—Hola, Jordán —saludo al verlo inquieto, observando a mi primo con fastidió.

Jordán solo saluda con un movimiento de cabeza, escucho a Mark chasquear la lengua.

—Soy Mark —se presenta bruscamente, extendiendo la mano a la pareja de mi amiga.

Jordán alza un ceja y saca su mano del bolsillo de su pantalón para orseguir a estrecharla con Mark.

—Jordán —dice seco.

—Por cierto, el es Yeray —me apunta. Jordán lo observa con algo de burla.

—¿De qué hablas? Lo conozco.

Un destello acompaño a los ojos grises de Mark, con algo que quizás luego me agradaría.

—Pero sino te lo estoy presentando a ti —se mofa, lleva una mano a mi hombro y con la otra apunta a Danáe —. Sino a ella.

Sentí un vacío en mi estómago, sin embargo no dije nada. Si ella quiere retomar la amistad, adelante. Después de todo no iniciaremos desde cero, pero sí como compañeros del próximo ciclo escolar.

Algo malditamente loco, pero extremo a tal punto de encantó y facinacion.

—Pero si ya lo conozco ya —se atreve a defender, apretando un poco su mandíbula por la jugarreta de mi primo.

Mark niega.

—Do You know her? —cuestiona, con un aire de superiorida.

—¿Qué si la conozco? —él asiente —. No, por supuesto que no.

—You are going to learn, cousin —me da una sonrisa amarga. Yo le sonrió dándole las gracias a sus ideas retorcidas.

Pero eran ideas que canalizaban mi dolor, y si iba a jugar a los desconocidos.

Lo siento Danáe, tu etiqueta de "mejor" se a removido, ahora solo eres amiga o tal vez desconocida.

—No empieces Mark...

Extiendo mi mano hacia ella, callando las palabras de golpe, me mira con incrédulidad y una mezcla entre tristeza con asombro.

Sabía que eso la desconcertaria, incluso en sus pupilas cafés destrllaban con dolor.

Mi sonrisa se hace más ancha al observar como su mano se extendía hacia la mía, encerrando sus cálidos dedos en mi dorso. Se sentía tan asombro.

—Danáe —dice sin ocultar su dolor en su voz.

Cómo si eso fuera a sopesar mis intrnsiones. Pero esta vez no mi cielo.

—Mi nombre es Yeray — agitó su mano, sus ojos se cristalizan y quita rápidamente su mano como si de pronto hubiera agarrado una braza ardiente.

Sintiéndome tan frío por su repentino arrebate, pero así me sentí cuando descubrí sus intercambios de miradas, sonrisas, timidez y ahora su corazón lo compartían.

Toma la mano de Jordán, dándome una sonrisa chueca. Sin sentimientos. Pero Jordán me observaba sin sentimientos, aferrando la mano de Danáe como si quiera transmitirle paz a mi desición. Pero me sorprendió más cuando asintió.

—Nos vemos después —digo, haciéndole una seña a mi primo.

Quien asiente con victoria. Dando un vaga despedida.

Golpea mi espalda con gentileza y luego pasa su brazo por mi cuello pegandome a él. Era un poco más alto que yo, por lo que le permitió jugar con mi cabello.

Sentía los ojos de Danae en mi espalda que quemaban.

—Lo hiciste bien.

Por un momento de permitirme ser egoísta. Me sentí bien.

—Así superaré mi corazón roto.

Afirmó, por lo que Mark asiente. Dando por último una mirada de reojo a mi espalda donde queda una amiga, una historia sin concluir de amistad, tal vez, solo una pausa.

Ella siempre tendrá un pesado de mi roto corazón para atesorar, la amo, pero solo la puedo llevar como una compañera más.

Dios, como quema dejarla atrás, pero no me puedo permitir volver para no estropear mi suerte de caer otra vez. Pero voy a tener la tranquila vaguez de verla en ocasiones en mi vida.

No volveré a hacer promesas sino hechos.
 




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