Rough

Capítulo 25

Alexander Rough

Miré a Emily dormir. Su rostro mostraba los rastros de las lágrimas que había derramado. Apreté los puños. Después de tres meses aún todo nos estaba afectando.

Casi la perdía. Casi la perdía a ella a las vidas de los bebés que no sabía que tendría.

Salí en completo silencio de la habitación. Serví un vaso de agua y lo tomé en un solo trago. Mi teléfono celular no dejaba de sonar.

Y sabía que no me iba a gustar ver la realidad cuando me tocara enfrentarla.

Amanda me había hecho llegar un sobre momentos después de haber llegado al Pent-House, y eso era lo primero que revisaría de todo.

Lo busqué sobre la cómoda donde lo había dejado y lo destapé.

En su interior se encontraban unas copias y un cd.

Miré mi ordenador y lo encendí viendo el mensaje en mi teléfono.

Las copias le mostrarán los movimientos en una cuenta exterior a nombre de Kristen Rough, adjunta a los archivos de un correo electrónico entre su padre y su hermana. Me tomé el atrevimiento de investigar a fondo esta tarde con ayuda de especialistas. El CD es lo primero que necesita revisar antes que nada. Hágame saber qué necesito hacer después.

Buenas Noches.

Amanda

Sonreí por su atrevimiento. Emily la apreciaba muchísimo, y ya veía el porqué.

Acerqué mi ordenador y me senté en el sofá con él sobre mis piernas. Puse el CD dentro y esperé unos segundos antes de ver lo que contenía.

La imagen mostraba un ángulo de mi Pent-House. Fruncí el ceño.

Ella entrando,  avanzando hacia dentro y deteniéndose. La imagen se cortó para mostrarme esta vez otro ángulo.

Mi hermana.

Mi hermana levantándose, Emily llorando, mi hermana mirándola con desdén, Emily tapándose el rostro. Mi hermana acercándose mucho a ella y Emily con una mirada decepcionada.

Mi hermana hablándole, Emily quedándose sola. Ella sentándose en el sofá, el vídeo cortándose cuando yo llegué.

Emily tapando su rostro con las manos, llorando.

Sentí perfectamente cómo mi corazón comenzó a acelerarse. La grabación marcaba hora y fecha. El día que Emily me dijo que Kristen estaba detrás de todo.

Mis ojos no creían lo que pasaba. Algo dentro de mí me había hecho aferrarme a la idea de que mi familia, mi hermana sería incapaz de hacerme daño. Cerré los ojos y negué con la cabeza, rehusándome a creer lo que ya, a estas alturas, era evidente.

La traté mal, hice que creyera que no la quería conmigo y todo por creerle a mi hermana. Por creer que ella jamás iba a traicionarme. Me levanté rápidamente para dirigirme al cuarto donde Emily dormía, casi chocando con ella en el pasillo que me llevaba a la habitación.

—¿Qué sucede?— pregunté alarmado, buscando algún indicio que me dijese que ella se encontraba mal. Lo único que noté fueron lágrimas en sus ojos. Esos preciosos ojos que jamás me habían mentido.

Amaba esos preciosos ojos. Hoy más que nunca.

En este preciso segundo los amaba como jamás lo había hecho.

Ella negó lentamente.

—No estabas— me dijo simplemente. Sonreí tomando su rostro.

—¿Ahora comprendes lo que yo siento cuando despierto y no estás a mi lado?— le dije pegando mi frente a la de ella. Vi un atisbo de sonrisa en su comisura. Me encargué de dejar un pequeño beso ahí.

Sequé sus lágrimas y la tomé de la mano, llevándola hacia donde yo había estado minutos antes.

—Te voy a mostrar algo que Amanda me hizo llegar, pero necesito que no te alteres.— le pedí. Ella asintió.

Le mostré la grabación. Ella no hizo nada, solo se quedó mirando todo y después a mí—Amanda intervino mi teléfono por si ella me llamaba, pero jamás llegó a hacerlo. Llegó directamente a tu casa, yo no lo sabía. No sabía de esto— me dijo.

—Ella hizo bien— dije sinceramente. —Gracias a esto sé que jamás me mentiste, Emily— le dije. La atraje hacia mí después de dejar el ordenador a un lado.

—Perdóname. — le pedí.

—No tengo que hacerlo, comprendo cómo te sentías— me dijo. —Siempre lo hice.

La miré en silencio, observé cómo jugaba con el algodón de mi camisa sin decir nada y comprendí que en ella todo era sincero, que siempre lo fue. Pude sentir cómo realmente ella me quería.

Y aún no podía comprender cómo ella era capaz de hacerlo, pero lo hacía. Y yo me iba a aferrar a eso.

Con mi vida.

Ahora iba a tener una familia con ella.

Una verdadera familia.

— ¿Qué son los documentos?— preguntó. Los tomé y los revisé con ella. Resultaron ser movimientos de cuenta, cantidades grandes con destino a cuentas en el exterior.

—Verificaré a quién pertenecen con el equipo de investigación especial, Emily— dije levantándome y levantándola conmigo. —Por ahora necesito buscar a Kristen y mandar a congelar sus cuentas. Necesito que duermas y descanses— la miré seriamente mientras la metía de nuevo entre las sábanas. Ella asintió y dejé un beso en su frente.

—¿Podemos vernos, por favor?— pregunté a través del teléfono con voz neutra.

—claro que si, hermanito— me respondió mi hermana desde el otro lado, con su voz de siempre. Esa voz que yo había empeñado en creer que era especialmente sincera conmigo. —¿Sucede algo?— me preguntó.

Levanté una de mis comisuras.

—Sólo necesito apoyo— respondí.

—Ahí voy a estar, Alexander— me respondió. Corté la llamada y entrelacé los dedos de mis manos y apoyé mi cara en ellos.

Odiaba que mi propia hermana me haya hecho esto. Sabía que había gente mala en el mundo, sabía que llamaba a atención todo mi trabajo y el dinero que he podido hacer, pero ¿Mi propia hermana? ¿Qué ganaba? ¿Eso era lo único importante?

Algo que no había pasado en mucho tiempo pasó en este minuto. Mi coraza se volvió arriba.



#1769 en Novela romántica

En el texto hay: amor, empresario, rough

Editado: 28.07.2021

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