Rowena

Capítulo 13

Agneo estaba sentado en el trono con las manos sobre los brazos labrados; su mirada recorría la sala con una atención que no era curiosidad y que tampoco era indiferente, sino algo intermedio, afilado. No sonrió. No necesitó hacerlo. Había en su rostro rasgos que hablaban de noches largas y decisiones secas: una mandíbula que no dejaba espacio para remordimientos y unos ojos que guardaban un brillo analítico. Su capa —de un azul profundo, bordada con hilos plateados— caía en pliegues calculados. En la comitiva a su lado, consejeros y damas que eran mapas de alianzas, todos con expresiones que enseñaban la geografía del poder.

Rowena sintió que el aire alrededor de su pecho se modificaba. Un calor casi físico le subió a la garganta, y la bandeja pareció aumentar de peso. Por un instante la multitud se volvió un fondo insípido; el rostro del rey era la única imagen nítida. La corona, en su cabeza, adquirió una presencia tangible: no era solo el símbolo que descansaba allí, sino un objeto cuya textura podía imaginar: frío, labrado, con relieves pequeños y un centro para que algo —o alguien— lo sustentara.

Fue entonces cuando, en un pensamiento tan claro que supo hacerlo suyo, pensó: Ahí está la corona que no será bonita si no la sostengo yo.

No lo dijo en voz alta; la frase fue un relámpago interno, apenas un pulso. Si hubiese sido una voz, habría sonado como el rumor de una campanilla en medio del murmullo. Nadie la oyó. Rowena notó, sin embargo, que las palabras le dieron forma a algo que hasta entonces era solo una necesidad difusa: deseo convertido en propósito. No era solo admiración; era la convicción de que la corona, así como la sala era ahora más pequeña a sus pies, sería más auténtica —más suya, en algún sentido— si ella la sostenía.

Cerca de ella, una señora de la nobleza baja, engalanada con plumajes y con un collar que tintineaba cuando gesticulaba, se inclinó y habló con el paje que organizaba las ofrendas.

—¿Quién es la novicia que trae las flores? —preguntó, en voz lo bastante alta para que Rowena la escuchara.

El paje, distraído, alzó la vista.

—De la Casa de Lysa. Tiene permiso para colocarlas. —Su voz fue un acto de validación administrativa.

La señora murmuró algo —si era molestia, curiosidad o solo comentario social, Rowena no lo supo— y volvió a su interlocutor. La joven sintió el peso de las miradas: unas miradas evaluadoras, otras de puro conteo (uno más, buen relleno para la escena). Se quedó en el borde, observando cómo el ritual avanzaba: ofrendas se acercaban al palco, músicos marcaban la cadencia y el maestro de ceremonias, con su bastón, abría y cerraba a su antojo los lugares de paso.

De vez en cuando el rey alzaba la vista, como quien prueba la cuerda de su red. Sus ojos barrieron la sala, se posaron en un par de rostros, se volvieron a él mismo. No hubo reconocimiento para Rowena; si lo hubo, fue apenas la fricción de un roce que no dejó marca. Y eso no la desanimó. Antes bien, alimentó una idea más peligrosa: que el contacto no necesitaba ser inmediato para convertirse en meta. Que la corona podía ser algo que se alcanzara siendo más astuta que impetuosa.

Un muchacho de los serviciales se acercó para ordenar las piezas en la mesa de ofrendas; tomó la bandeja de Rowena con manos expertas y la colocó junto a las otras. Al hacerlo, le dirigió una sonrisa rápida, cómplice, como si supiera que en la multitud siempre iba alguien que afrontaba sueños demasiado grandes. Rowena le devolvió la sonrisa con un movimiento leve; la acción fue la transacción de dos desconocidos que se reconocen por la voluntad de seguir.

La ceremonia prosiguió: oraciones medidas, palabras que se pronunciaban como llaves, y el lustre del público que se mantenía en suspenso ritual. En la distancia, el rey habló por vez primera, y su voz llenó el salón: firme, templada, con la autoridad de quien no suplica ni obliga, sino que dispone...



#2179 en Otros
#359 en Novela histórica
#178 en Aventura

En el texto hay: mentiras, reina, ambicion

Editado: 21.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.