Rowena

Capítulo 26

—Rueda la voz —ordenó el marqués—. Que se diga que la nueva busca causar fisuras. El rey no tolera fisuras.

La orden llegó a oídos de muchos; algunos la interpretaron como una advertencia, otros como la primera piedra de una escalera.

Mientras las palabras daban vuelta por los patios, un mensajero llegó al templo. Tenía el sello real en la mochila y la cara del que no espera una respuesta. Lysa lo recibió sin sorpresa pero con la gravedad de quien conoce los ritos del poder.

—El rey desea verla en privado —anunció el mensajero—. Hoy, al mediodía, en sus cámaras. Traiga solo lo esencial.

La frase cayó como una moneda al pozo: ecos. Rowena sintió la sangre afilarse en las venas. Un encuentro con el rey no se mide solo en privilegio: era un riesgo que podía volverse cuchillo o anillo, según cómo se ofreciera.

Iren palideció. No por sí misma, sino por la muchacha que conocía el pulso de la piedra y ahora iba a medir su suerte contra el pulso del trono.

—¿Quieres que vaya contigo? —preguntó Iren, con una voz que quería proteger más que prohibir.

—Si vas, hazlo como quien no está —contestó Rowena—. No traigas preguntas. Solo la calma.

Iren negó con la cabeza. Permanecería en el templo. Sus ojos dijeron lo que no dijo la boca: cuida tu máscara.

Rowena se retiró para cambiar su hábito por uno menos ceremonioso, más sencillo para las cámaras: un gesto que no ocultaba la intención, sino que la hacía transparente. Llevó consigo la luna de plata y la guardó en la solapa, con el brillo mitigado por la sombra. Era la promesa y el secreto a la vez.

Al entrar en las cámaras reales, la luz cambió. El aire tenía la resonancia de las cosas que no se pronuncian: ecos que la corte usa para sostener órdenes. El rey la recibió con una cortesía escueta; había en su mirada un examen sin tregua. Era como ver un navío que se aproxima con poco viento: belleza, pero peligro de quedarse sin impulso.

—Hermana Rowena —dijo el rey—. Has traído palabras interesantes al templo. Algunos llaman a tu discurso un llamado; otros, una herejía.

La sala esperaba su respuesta. Rowena sintió la boca ordenada por Lysa y la respiración guiada por la piedra.

—Majestad —contestó ella—. Solo busqué recordar que la compasión no debe depender de favores. Las bendiciones que se prestan sin intención de devolver son como monedas sin sello: pueden perder el valor cuando más se necesitan.

El rey la miró un largo rato. No se apresuró a juzgarla, porque juzgar presto no da el rédito de conocer. Era un mercader que pesa con las palmas, no con los ojos.

—¿Y qué esperas de mí? —preguntó, directo y sin ceremonia.

Rowena no respondió con una petición. Respondió con otra pregunta, porque sabía que el trono se mueve cuando las preguntas encuentran su reflejo.

—Que se considere qué ocurre cuando el pueblo percibe que su alivio depende de la simpatía del poderoso —dijo—. Que no confunda la gratitud con deuda.

El rey se levantó con la impulsividad de quien prueba un sabor y decide si le agrada. Caminó hacia la ventana; la ciudad se extendía como un tapiz de legos. Nadie en la corte podía ver lo que él veía: los mismos techos que acogían templos y mercados, los mismos balcones donde se tejían alianzas.

—Tienes lenguaje de traición y de cura al mismo tiempo —murmuró—. Algunos me dirán que eres peligrosa; otros, útil. Dime, hermana: ¿eres consciente del precio de ser útil?

Rowena respiró. La pregunta no pedía una razón, pedía voluntad. Ella medía el riesgo como quien mira enlos zapatos antes de pisar.

—Sí —respondió con sencillez—. Sé que ser necesaria implica deber.

Hubo un silencio que no se llenó con palabras, sino con opciones. El rey la estudió como quien considera un altar nuevo: ¿se adora o se usa?

—Te ofrezco un favor —dijo, por fin—. Vendrás a la corte en días. Quiero que me hables sin la sombra del púlpito. Que me digas lo que ven tus ojos, no lo que tu hábito te obliga a decir.

La propuesta, más que un premio, sonó a trampa o a salvavidas, según quién la escuchara en el eco...



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En el texto hay: mentiras, reina, ambicion

Editado: 08.11.2025

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