Reina Neferit
Después de hacer unas cuantas preguntas por aquí y por allá, al final de tanto esfuerzo estoy frente a un complejo de casa/departamentos en un barrio un tanto lejos del ajetreo de la ciudad. Detenidamente leo el papel que está entre mis manos y recorro las letras que hay en ella. Tengo la letra de la sección de complejos y el número del apartamento. Estos lugares denotan la falta de mantenimiento, esa chica no debería vivir aquí.
Luego de subir once pisos por las escaleras, ya que el ascensor estaba descompuesto o en mantenimiento, llegue al lugar. Toco la puerta y deprisa me pase las mangas de mi chaqueta por la cara para retirar cualquier rastro de sudor, escuche unos pasos acercándose a la puerta y di un paso atrás colocando mis manos entrelazadas. La puerta se abre y una chica de complexión esbelta me recibe, trae pequeños tubos en la cabeza de esos que son para rizar el cabello y viste una especie de pijama con dibujos de hamburguesas, en cuanto me ve inmediatamente cierra la puerta en mi cara azotándola con mucha fuerza. Ni decir pio me dejo.
Gracias por cerrarme la puerta en la cara.
Tomo una larga bocana de aire y exhalo tratando de mantener la calma. Vuelvo a tocar la puerta, tomando la perilla de la puerta con intención de que esta se abriera. Por supuesto no cedió.
-Esta no es una inspección ni nada parecido, solo estoy aquí para preguntar por algo-digo tocando nuevamente la puerta-. Abre, rápido.
Escuche al otro lado de la puerta un suspiro de resignación por parte de la joven, sabe que no me iré hasta que tenga lo que necesito. Por último, la puerta es abierta de nuevo, la chica no me ve a los ojos mantiene su cabeza abajo. Sus gestos corporales gritan miedo.
¿Acaso doy miedo? No creo.
-Conoces a Lucy, ¿cierto? Ella solía vivir con ustedes, ¿has sabido algo de ella? -siento que hable demasiado rápido que temo que no me haya escuchado o entendido. Si alguien puede tener alguna información es ella. La chica se voltea al escuchar pasos y otra chica en pijama se acerca a la entrada, no tanto, pero sé que puede escucharme y que la podre escuchar.
-Oye, ¿has visto a Lucy?-preguntó sin perder el tiempo con explicaciones.
-No la hemos visto desde hace varios días.
-Escuche que se fue a un trabajo voluntario por contrato-respondió la recién llegada cruzándose de brazos.
-Ella solo menciono que iba a navegar en un yate o algo relacionado con el mar.
Eso es más de lo que he conseguido-. ¿Sabes a dónde fue?
-Fue a Yerim-contestaron las dos. Yerim era una pequeña cuidad no tan lejos de aquí, tengo entendido que hay un puerto que aloja barcos y todo tipo de vehículos acuáticos, ya que la pesca es fundamental en ese lugar.
Sé que mi hija pensará que no debería preocuparme mucho por las chicas y que de alguna manera me estoy arriesgando, pero me gustaría que entendiera que siento la grandísima necesidad de ayudarlas y cuidarlas. La mayoría que trabaja en la prostitución fue porque era el único camino y opción que encontraron, en esta ciudad está demasiado reñido conseguir un empleo estable solo 1 de cada 500 aspirantes pasan las pruebas de las empresas.
Aquí solo una pequeña parte de las mujeres en ese trabajo lo hacen por mero gusto y disposición.
Conozco a muchas, demasiadas chicas en este oficio, donde la mayoría con chicas las cuales sus familias viven en la pobreza extrema; debido a eso no contaron con la educación necesaria para conseguir un empleo. Y es que volviendo a lo que había dicho, vivimos en un mundo donde son pocos los lugares donde ahora te pueden contratar sin al menos la preparatoria terminada como mínimo, y si te llegasen a contratar sin esa base la paga es muy por debajo de lo justo. He visto lugares donde esclavizan al trabajador por unos cuantos pesos extras.
Lastimosamente estamos en una era muy difícil para los jóvenes, ponemos mucha presión en ellos y la educación siempre será lo que más les imponemos a la fuerza para que sean los mejores de los mejores.
Pero a esas chicas y sus familias ni siquiera un techo les era proveído. Esa es la realidad no solo aquí, sino en todo en mundo.
Cuando conocí a Lucy era alguien muy reservada en cuanto hablar de ella, su familia o las razones por las que termino en ese trabajo. Porque ella lo veía así, como un trabajo no como algo que con ganas lo hiciera feliz de la vida. Nunca la presione a que expresara sus razones, al fin y al cabo, no soy Dios para juzgar. Solo después de un tiempo de pasar tiempo juntas, una noche cuando terminada mi guardia como policía la recogí en la esquina del burdel donde trabajaba y esa noche entre lágrimas me contó cómo había parado en el burdel "Souls".
El desencadenante fue el malnacido de su padre, el cual no solo era un alcohólico abusivo, sino que también tenía problemas con las apuestas. Incluso si no poseía dinero el cual apostar.
Dicho padre fue asesinado por los acreedores a los cuales les debía exorbitantes sumas de dinero que no tenía, ni en sueños. Lo que conllevo por estúpidas razones a que buscaran a su familia y les cobraran la deuda a ellos, sin deberla o temerla.
Al ser Lucy la mayor debía tomar el rol de la persona que sería el pilar de la humilde familia destrozada, tenía que ser muy fuerte por su madre y su pequeño hermano menor, la madre de Lucy consiguió un trabajo en algún local de comida, pero lastimosamente la paga solo le alcanzaba para la comida de ella y sus dos hijos. Las desgracias no pararon ni dieron tregua, no cuando las facturas de agua, electricidad, gas y renta iban llegando y acumulándose. Llevándola a buscar un segundo trabajo que le permitiera cubrir esos gastos, Lucy llorando me contó cuanto lucho con su madre para que la dejara trabajar y así poder ayudarla con el sustento de su hogar, pero se lo impidió bajo la justificación de que su hermano menor quedaría completamente solo si ambas trabajaban, no podían abandonarlo era solo un niño de 7 años.