Royal Boutique

"Atando cabos"

Lyra Nerfert        

Lyra Nerfert

Estamos corriendo por el puerto de Yerim en busca de mi mamá, pero no hay señales de ella.

¿A dónde se habrá metido? Después de tomar las fotos un sentimiento de angustia se instaló en mí y ahora estoy buscando mi madre que para acabar no le entran las llamadas a su celular.

Vemos a un grupo de personas descender de un barco de esos que te dan un tour por el lugar, corriendo me acerque al señor con uniforme.

—Disculpe, ha visto a una mujer en sus cuarenta cabello largo traía una chaqueta café oscuro y un pañuelo azul claro alrededor de su cuello—pregunté viendo de reojo como Ameria llegaba a mi lado agitada con el pequeño Joshua.

El señor se voltea y señala al grupo de personas que ahora están disueltas-. Ellos son todos los que había.

—¿Estás segura de que la vistes? Creo que la confundiste, llamemos a la policía y acabemos con esto—dice Ameria sacando mi celular de su bolsa.

Una vez tomé el celular volví a marcar el número de mi madre, pero de nuevo no estaba disponible. Volví a caminar aun llamando a su celular esperando que contestara. Llegamos al muelle y había muchas personas sentadas así que no dude en acercarme y preguntar, pero ninguno de ellos sabía nada o simplemente no contestaban y me ignoraban.

Seguí mi camino y llegue al lugar donde amarran los botes, vi un yate parecido al que vi hace rato ni siquiera dude en acercarme al hombre de camisa negra que amarraba con dificultad la cuerda del dichoso yate.

—Disculpe, ¿ha visto a una mujer en sus cuarenta por aquí? Tiene el pelo casi largo, traía un pañuelo azul—pregunté mientras el hombre seguía amarrando el yate a un palo de madera. Suspirando se detuvo un momento.

—No lo sé, estoy arreglando este yate—contestó dando la cara, no se veía muy mayor. Usaba lentes que acunaban perfectamente su cara y con la manga de su camisa limpio las gotas de sudor que resbalaban por su rostro-. Y como puedes ver estoy solo.

Tomo su chaqueta y se retiró del lugar como si nada.

Bueno este bote no es el que busco, así que con prisa nos dirigimos a la estación de policía de Yerim le haría caso a Ameria y acudiríamos a la estación tal vez ellos nos ayuden.

Una vez ahí corrí hacia la entrada de la estación de policías con Ameria y Joshua siguiéndome los pasos. Un policía me atendió y me paso a una mesa, pidió los datos de mamá al igual que su número de celular que no dude en dárselo con los datos en una hoja se disculpó pidiendo que esperara.

Mis pies y manos no dejaban de moverse, sentía el sudor recorrer mi cuerpo es la ansiedad que me está matando. Pasaron cinco minutos cuando el policía que me atendió volvía con unas hojas, tomo asiento delante de mí.

—Tú mamá hizo una llamada por última vez cuando estaba en la ciudad Norte, eso fue hace unos 20 o 30 minutos—me mostraba las hojas con el registro de llamadas al igual que las horas en que los hizo, me sorprendió ver que tenían hasta los minutos que había estado al celular-. Llámala de nuevo.

¿En serio? La he estado llamando y no me contesta no creo que haya una diferencia. Con mala gana tomé el celular y volví a marcar el número bajo la atenta mirada del policía.

El receptor no puede ser alcanzado... con la frustración a flor de piel deje caer con fuerza el celular en la mesa, exaltando un poco al policía.

—Estoy seguro de que ella volverá a su casa más tarde, solo tienen que ser pacientes—dijo recogiendo los papeles que había en la pequeña mesa, mientras que yo recostaba mis codos en la mesa y pasaba mis manos por mi cabello jalándolo.

—Lyra estoy segura de que te equivocaste, ¿Qué pasa si ella está dando la vuelta por el lugar y no puede recoger el celular no será la primera vez que lo hace?—escuché las palabras de Ameria detrás, ella y su hijo estaban sentados esperando por las noticias.

—Lo vi claramente—miento, estaba un poco lejos pero mi instinto me lo decía y ese nunca fallaba-. ¡Un hombre de negro la golpeo con algo!—grité con todas mis fuerzas.

De pronto la puerta se abrió y todos los policías se pusieron de pie dando un saludo miliar a la persona que iba entrando. De la nada el jefe de esa estación salió sonriendo como el gato de Alicia en el país de las maravillas, recibiendo gustoso a la persona.

—¡Por dios! ¿Qué hace el jefe de inteligencia policiaca aquí? Debe esta muy ocupado—saludo el tipo, debe ser un lame suelas. Por mera curiosidad voltee para ver de quién se trataba, pero falle ya que el tipo estaba de espaldas. Llevaba ropa oscura y por lo poco que pude ver llevaba lentes. El tipo se puso el gorro de su chaqueta, y yo abrí mis ojos entendiendo lo que estaba pasando.

Recordé lo que vi, un tipo vestido de negro con la capucha puesta golpeando a alguien, pero estoy segura de que vi la figura de mi mamá ahí. Nadie pude ser tan estúpido como para no reconocer a tu propia madre de lejos. Quede petrificada cuando el tipo giro su cabeza hacia donde estaba yo.

La voz del jefe de estación capto su atención y volteo su cara siguiéndolo hasta su oficina. Al igual que el quite mi vista de él, creo que me vio.

Es el mismo tipo con el que hable. No puede ser tanta la coincidencia, ¿o sí? Mi mente estaba trabajando en muchas cosas a la misma vez. El policía que me estaba atendiendo volvió a tomar su lugar.

—Las cámaras del muelle la captaron, pero no abordo ningún bote—dijo poniendo unas fotos en la mesa, en ellas claramente se veía mi mamá recorriendo el muelle. Mi cabeza viajó a lo que mi madre había dicho antes de marcharse.



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En el texto hay: traiciones y mentiras, traiciones, dinero y poder

Editado: 29.09.2020

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