"La chica de los baños"

Claudia Reinginald

Enzo entro al estudio siendo seguido por Dominica la cual no me vio a los ojos hasta que tomo asiento en uno de los muebles del estudio. Enzo me había informado acerca de las cosas que mi segunda hija mayor estaba haciendo por su cuenta y como era normal las cosas se había salido del control de sus manos, y aquí vamos de nuevo.

—¿Cómo te metiste en un problema?—pregunté viéndola a la cara, estaba encorvada y apretaba sus manos.

—La señorita Dominica hizo lo mejor que pudo para contener el problema que causo el alcalde Figueroa, pero…—intento excusar Enzo.

—¡De cualquier manera, no pudiste limpiar el desastre!—grité haciendo que Enzo retrocediera y que Dominica bajara la cabeza—. Ese maldito alcalde, cambio muy rápido de bando y ahora busco a Emily.

—Aun no he terminado mamá, todavía puedo acomodar las cosas a nuestro favor—chilló mi hija removiéndose en su lugar—. El alcalde no puede olvidar las pruebas que tengo conmigo—está niña aun no aprende y nunca lo hará.

Unos toques en la puerta la distrajeron, por ella entro Emily caminando hasta el centro del estudio.

—Buenos días, señora…—saludo ignorando la presencia de los otros dos.

—¿¡Mamá, la has llamado!?—exclamó Dominica con indignación.

Ignorando sus reclamos le digo a Emily que tome asiento y ella lo hace, quedando a mi lado derecho Emily y a la derecha Dominica que no le quita la miraba de encima.

—¡Mamá aun puedo solucionar las cosas!—chilló mi hija, dios mío dame paciencia.

—Veo que ya escuchaste la historia—habló Emily recorriendo con la mirada a mi hija y a Enzo que aun se mantiene en el estudio, puesto que él ayudo a mi hija en su chistesito hasta que la poso en mi dirección—. Vine aquí porque necesito un favor de manera urgente.

—De acuerdo—conteste asintiendo con la cabeza.

—Como sabe el futuro de la empresa WWH depende de totalmente del proyecto de la Ciudad Roja, con ese proyecto en los próximos 10 años la empresa se convertirá en la mejor del país, no podemos dejar pasar más tiempo necesitamos hacerlo ahora.

—¿Qué hay con eso?—me preguntó hasta donde llegara Emily.

—Todo dependerá de mi boda la cual se llevará a cabo mañana al medio día—mi mandíbula se tensa y mis dientes están ejerciendo fuerza entre ellos porque se supone que eso lo había cubierto, pero soy buena cubriendo las emociones y reacciones no como Dominica que abre sus ojos sin creer que escucho.

—¡¿BODA?!—chilla incrédula Dominica removiéndose en el sillón—. ¿Medio día? ¿Mañana?

—Esa era la fecha en que te ibas a casar con mi adorado Adam…—solté sin gracia, como llegamos a este punto.

—Nos casaremos según lo planeado, solo así puedo conseguir que la empresa consiga ser la que lleve a cabo el proyecto—a eso ha venido, a cambio de silenciar al alcalde, calmar las aguas y hacer lo del proyecto quiere casarse con mi hijo. Ella se casa con Adam y yo consigo el trato para mi empresa, ella es como yo, no es tonta e imprudente como mi hija.

—¿Cómo puedes estar tan segura de eso?—saltó a decir Dominica—¡No te dejes engañar mamá! Ella solo está especulando e incluso osa en chantajearte directo en tu cara. Yo me encargaré del asunto del alcalde Figueroa, lo hare firmar el acuerdo pase lo que pase, ¿de acuerdo?

Suspiro pensando en cómo ella no lograría lo que tanto habla, a mi pequeña le falta visión, ambición y no piensa con cuidado de sus acciones que mira hasta donde la han traído. Si ella no hubiera fallado Emily no tomaría ventaja sobre mí y nunca hubiera pedido casarse con mi hijo a cambio del acuerdo.

Todo por culpa de Dominica.

—Mamá…—llamó ella y yo giré mi cabeza para ver la apacible cara de Emily—. No pensarás ceder, ¿verdad? ¡ES UN MATRMONIO!—gritó levantándose levemente de su lugar, actúa como una niña. Si continúa así nunca será rival de Emily—. ¿En serio vas a dejar que esta criada forme parte de la familia?

No dejaré que cosas como esas me saquen de balance tal como lo hace mi hija, si un camino se cierra dos más se abrirán para mí. Este no es el final y lo puedo asegurar, porque no hay que perder el control de la situación por más encarcelado que estés, ya que el enemigo notara tus debilidades y les sacara provecho. Al final este es un juego de poder y ella ha tomado una pequeña ventaja sobre mí, ella sabe que haré lo que sea para que mi hijo no esté con ella mucho tiempo.

Esta es una batalla entre la joven chica que limpiaba baños y yo, y desde que yo llegue a esta casa ni he perdido ninguna batalla ni menos una guerra.

—¿Y qué pasa si no permito eso?—la tensión se puede cortar con un leve aliento—¿Qué harás entonces? ¿Vas a fugarte con mi Adam y casarse a escondidas como uno niños inmaduros?

—Entonces encontraré otra compañía…—suspiro apretando sus labios para ocultar la pequeña sonrisa que amenazaba con salir. Un jadeo salió de la boca de Enzo, él sabía que pasaría si eso sucedía, era casi mi mano derecha.

Menuda chica he creado, cree que puede morder la mano de la persona que la salvo, alimento y vistió. Tengo muchas ideas rondando mi cabeza, como evitar que se case con mi hijo asegurando que no perder el trato con la compañía WWH.

—La compañía Solticio funcionará—agregó con burla—. Esa compañía viene compitiendo con WWH desde hace más de 30 años, así que si les ofrezco el trato no dudaran en aceptar.