Royal secrets: la sombra tras la corona

10.

Aiden.

Va de camino a su casa. Odia cada segundo en esa academia, pero sobre todo porque está cumpliendo las peticiones de su padre, aunque debe admitir que albergaba grandes esperanzas de encontrarse con Evie; quizá de esa manera el día no hubiese sido tan aburrido.

Se queda un rato mirando el palacio real; está a mitad de la ciudad, rodeado de algunas casas antiguas y otras modernas. Es la construcción más grande que se puede ver, así que es difícil pasarla desapercibida. De igual manera, le gusta observar los detalles del gran palacio.

Antes de poder pasar de largo, escucha unas voces que provienen de no muy lejos.

—¡Joder, deja de caerte! —grita una chica. Conoce esa voz.

Mira en esa dirección y reconoce la silueta de una chica corriendo junto a alguien más, que en este momento se encuentra en el suelo. El chico se levanta y sigue corriendo a zancadas.

Es Christopher.

¿Qué hace Christopher saliendo del palacio?

Aiden se apresura y los sigue en silencio unos metros atrás.

Se detienen en una calle oculta y escucha a ambos recuperando la respiración.

Él se mantiene ahí, a la vuelta del callejón, escuchando lo que dirán a continuación. Se asoma un poco para grabar la imagen mental de ellos, por si llega a haber una pista de qué hacían en las afueras del palacio, corriendo.

Se fija en Christopher, que tiene la sudadera manchada de polvo, al igual que su acompañante. Aiden intenta verle la cara a la chica, pero la capucha de su sudadera oculta sus rasgos. Sin embargo, esa voz... esa forma de caminar... no necesita verle el cabello para saber que es ella.

—¿Qué fue lo que pasó? —pregunta Christopher, aún jadeando.

—Jodimos —responde Evie.

¿Evie?

—Explícate, no entiendo. ¿Qué viste?

Aiden escucha atentamente, grabándose cada palabra en su cabeza para después analizarlas todas.

—Christopher, no lo lograremos. Mi p… —hace una pausa y se corrige—. El rey estaba con… alguien, y es una de mis compañeras, ¿entiendes? Aunque tenga potencial para subir al trono, el rey tiene preferencias.

Vaya, de lo que uno se entera… ¿Preferencias?

—¿Entonces qué? ¿Te rendirás? ¡No puedes hacer eso! ¡Viniste con ese propósito, no puedes solo rendirte por un inconveniente! —reclama Christopher.

«¿No pueden hablar más claro, por favor?» piensa, y le dan ganas de decirlo en voz alta. No entiende nada. Y eso es lo que más le molesta.

Evie suspira.

—Ya no sé qué hacer, ni siquiera pude lograr a lo que iba. —La voz de ella está teñida de frustración.

—Veamos qué sucede, tal vez viste mal —añade Christopher, ya tranquilo; no suena muy convencido—. Tal vez solo era algo… temporal. Y, en realidad, elegirán a alguien que lo merezca.

—Ni siquiera sé si yo estoy en el mejor puesto, así que hay tantas formas de que salga mal.

—Ok, entonces esperemos que salga bien.

Evie suelta una risita.

Aiden aún no tiene idea de qué hablan.

¿Entraron al palacio? Christopher y Evie se conocen… Igual que Christopher y Summer. Quizá Chris tiene más amigos… ¿no?

Ya no soporta el no saber la verdad. No es curiosidad, es necesidad. Las preguntas lo carcomen por dentro. Le martillan en el cerebro, y es imposible ignorarlas.

Esto no grita peligro.

Susurra secretos.

¿Qué es lo que en realidad oculta Evie?

Las preguntas se van multiplicando cada día que pasa. Terminará sacándose la cabeza de los nervios al no responder lo que necesita conocer.

Se va sigilosamente de ahí e intenta unir las escasas piezas que tiene



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En el texto hay: #romance, #obsesion, #secretos

Editado: 30.12.2025

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